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Las consultas telefónicas ya tienen lista de espera en los centros de salud de Asturias

La atención primaria apenas registra demoras presencialmente | La reserva de cita por internet no estará operativa hasta septiembre

Una médica realizando atención telefónica en un centro de salud. Víctor Echave

Los asturianos están tomando apego a las consultas telefónicas con su médico de atención primaria. Un dato recogido esta misma semana avala esta aseveración: en los centros de salud de la región, las demoras para citas a través del teléfono son sustancialmente superiores a las que registran las consultas presenciales. En las primeras, son varios los centros sanitarios (principalmente del ámbito urbano) con esperas de dos o tres días para poder comunicarse con el facultativo. En las segundas, apenas existen demoras reseñables.

Entre tanto, la Consejería de Salud está trabajando en la recuperación de la aplicación informática para fijar citas con el médico o la enfermera a través de internet. Este sistema, utilizado de manera habitual por una porción significativa de usuarios, fue anulado cuando llegó la pandemia. Desde hace varias semanas, la Administración sanitaria está tratando de ponerlo de nuevo en marcha, pero adaptado al nuevo modelo organizativo de los centros de salud, que incluye opciones de consulta con el personal de enfermería o de trámites con el personal administrativo. Todo apunta a que hasta el mes de septiembre no será posible que entre en servicio de nuevo la aplicación informática para consultas en atención primaria.

Estos son los datos que los responsables del Servicio de Salud del Principado (Sespa) trasladaron a los directivos del Sindicato Médico de Asturias (SIMPA), en una reunión celebrada anteayer, jueves. Facultativos y gestores llevan meses negociando soluciones para la saturación de la red de atención primaria denunciada por los médicos de la región.

¿Cuál es la causa de la creciente demanda de las consultas telefónicas? Falta un análisis que permita responder esta pregunta con un mínimo de rigor. A priori, se presume que las franjas de usuarios más jóvenes y con obligaciones laborales son más proclives a resolver a través del teléfono todas aquellas cuestiones que no requieren un contacto presencial.

Medidas y quejas

Es bien sabido que, en marzo de 2020, el advenimiento de la pandemia de coronavirus precipitó el cierre casi total de la red de centros de salud, cuya asistencia pasó a ser casi exclusivamente telefónica. Con las sucesivas desescaladas, la atención primaria fue recobrando actividad presencial. Sin embargo, a día de hoy sigue habiendo muchas críticas de usuarios por las dificultades para acceder a su médico de cabecera por vía telefónica. Asimismo, los facultativos denuncian una sobrecarga de trabajo persistente, derivada en parte de los déficits de una plantilla en la que muchas de las bajas, permisos y vacaciones no son cubiertas.

El Sespa ha actuado de varias maneras. Por una parte, ha reestructurado las agendas de los profesionales de los centros de salud, atribuyendo al personal de enfermería tareas que venían desempeñando los médicos. En segundo lugar, el Sespa ha adoptado medidas para que no recaigan sobre el personal sanitario trabajos de índole burocrática. Y, en tercer lugar, la Administración sanitaria ha reforzado los equipos de telefonistas para suprimir los cuellos de botella en el acceso a la asistencia.

Pese a todo, persisten las quejas de usuarios y profesionales. El Sespa defiende que la situación de la atención sanitaria mejora y que el malestar de usuarios y profesionales va a menos.

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