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¿Por qué el aumento de los casos de covid en Asturias no es (por ahora) preocupante en los hospitales?

La sintomatología mas leve de los enfermos permite agilizar las altas

Una enfermera de la UCI del HUCA.

La jornada del sábado de Navidad fue el cuarto día consecutivo por encima de los 1.000 casos de covid en Asturias. Sin embargo, los peores presagios no parecen estar cumpliéndose. Pese al despliegue de la variante ómicron, y pese a que en la última semana se han registrado en Asturias unos 6.500 nuevos contagios por coronavirus, cifra récord de toda la pandemia, el volumen de hospitalizados por covid no aumenta. Es más, en la última semana ha descendido ligeramente.

Según ha podido saber este periódico, este domingo los centros hospitalarios de la región amanecieron con algo menos de 200 pacientes con su proceso infeccioso totalmente confirmado. Hace una semana, la cifra era ligeramente superior a 200. Se trata siempre de casos confirmados a los que hay que sumar alrededor de diez enfermos que presentan sospechas.

En esa cifra comparativa entre el último domingo y el anterior hay que especificar que el número de enfermos en cuidados intensivos (UCI) ha aumentado muy levemente: de 44 a 46. Mientras tanto, el dato de contagiados en planta ha caído en algunas unidades: en números redondos, de 160 a 150, aproximadamente, a falta de que mañana lunes la Consejería de Salud difunda los datos exactos correspondientes al viernes, el sábado y el domingo.

Con independencia de que sean unos pocos más o menos, lo verdaderamente relevante es lo que los profesionales sanitarios concluyen de estas cifras: que el boom de infectados de las últimas jornadas, con cuatro días seguidos por encima de los 1.000 casos, no está traduciéndose en una avalancha de hospitalizados. ¿Explicación? La más razonable indica que la vacuna está protegiendo a la población y evitando ingresos; que los enfermos que han de ser hospitalizados suelen desarrollar síntomas menos graves; y que eso posibilita dar altas más precoces que en olas pandémicas anteriores. Es cierto que la escalada de casos ha sido muy notable en los últimos días y que ese incremento, de una forma u otra, puede terminar reflejándose en los ingresos.

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Sin embargo, ya en semanas previas las cifras de infectados fueron considerables, y los sanitarios observan que el contingente de ingresados es asumible y no comparable al de otras ondas precedentes.

Hoy lunes se sabrá, de manera oficial, que la incidencia a catorce días ha rebasado en Asturias los 1.000 casos por cada 100.000 habitantes. Si hace un tiempo se hubiera pronosticado ese volumen de contagios, se vaticinaría también una hecatombe hospitalaria. La realidad es otra. En noviembre de 2020, sin vacuna y con un tope de 653 casos por 100.000 habitantes, se alcanzó un máximo de 1.038 hospitalizados: 893 en planta y 145 en UCI (el 15 de noviembre). O sea, con relación a la situación actual, seis veces más en planta, y más del triple en UCI.

Mientras tanto, la vacunación sigue avanzando en la región. El Principado ha comenzado ya a llamar al último grupo de edad al que (por el momento) está indicado administrar la tercera dosis: los asturianos que tienen entre 40 y 49 años. Asimismo, el efecto de la entrada en vigor mañana del “pasaporte covid” se dejó notar: en la última semana el Sespa inoculó la primera dosis a 1.244 asturianos mayores de 12 años. La cifra supone un incremento de más de 500 personas respecto a las nuevas vacunaciones que se produjeron la semana inmediatamente anterior, cuando se registraron 716 primeras dosis. Entre los niños de 5 a 12 años, que se encuentran en plena campaña de vacunación, se inocularon más de 10.000 vacunas contra el covid en esos siete días.

Los reinos de taifas autonómicos ante la sexta ola: del toque de queda a la barra libre

Las autonomías tienen que ponerse las pilas para frenar el avance de la sexta ola. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dejó el grueso de las restricciones en manos de los gobiernos autonómicos en la Conferencia de presidentes del pasado miércoles, donde la principal medida fue la obligatoriedad de volver a usar la mascarilla en exteriores durante un mes. La situación de reinos de taifas autonómicos ya está otra vez servida ante la disparidad de medidas que planea cada territorio. En medio de esta diversidad, que va desde la vuelta al toque de queda en las ciudades de Cataluña con mayores incidencias de contagios, a la decisión de Madrid, Castilla y León, Castilla-La Mancha o Extremadura de no implantar restricciones, varias autonomías del norte peninsular, entre las que figura Asturias, han intensificado los contactos en los últimos días para buscar medidas si no idénticas sí bastante similares en los planteamientos generales. Todo surgió a través de un acercamiento entre Navarra y País Vasco.

“Tienen competencias, que las asuman”, fue uno de los mensajes de planteó Pedro Sánchez tras la Conferencia de Presidentes, en la que el Gobierno del Principado estuvo representado por Juan Cofiño, debido a la baja por covid de Adrián Barbón. La presidenta de Navarra, María Chivite, tomó el mensaje de Sánchez, con quien tiene una excelente relación, al pie de la letra y empezó a pulsar la opinión de otros territorios próximos para buscar un paquete de nuevas restricciones homogéneo que no provoquen un efecto llamada hacia autonomías más permisivas. El consejero de Salud, Pablo Fernández, confirmó en la misma rueda de prensa donde anunció el cierre del ocio nocturno durante un mes en Asturias que las direcciones generales de Salud Pública de Aragón, Navarra, La Rioja, el propio Principado, Cantabria y el País Vasco buscan “consenso y coinciden en las líneas de trabajo” para aplicar medidas, si no idénticas sí bastante similares, sobre las actividades en las que puede haber un mayor movimiento de personas, tales como la hostelería, el ocio nocturno, eventos multitudinarios e incluso sobre el teletrabajo. El mapa de los reinos de taifas ante el covid sitúa a Asturias como una de las autonomías que podría ver cómo sus ciudadanos salen a comunidades vecinas, como Galicia o Castilla y León, donde no se ha decretado el cierre del ocio nocturno por ahora. Galicia reunirá mañana martes a su comité de expertos para decidir si adopta restricciones adicionales ante la Nochevieja o Reyes. Tampoco en Castilla y León han decidido aún alguna medida sobre esas fechas, aunque su comité asesor ya había sugerido la posibilidad de adelantar a la una de la madrugada el cierre de toda la hostelería así como del ocio nocturno. Las autonomías de Madrid, Andalucía, Castilla La Mancha, la Comunidad Valenciana y Extremadura son algunas de las que no tienen previsto, hasta ahora, introducir cambios significativos en forma de mayores restricciones, si bien esta postura podría variar en función de la situación epidemiológica y de que el número de contagios empiece a suponer una presión mucho mayor sobre los hospitales y las UCI.

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