La Guardia Civil de la Comandancia de Oviedo finalizó la "operación Cerbero" investigando en Pravia a ocho personas, a quienes se imputan los delitos de estafa continuada, delincuencia organizada en su modalidad de grupo criminal, blanqueo de capitales, usurpación de estado civil y falsedad documental. La investigación se inició a principios de octubre del 2020 cuando en el cuartel de la Guardia Civil de Pravia un hombre formalizó denuncia como víctima de una estafa. En la denuncia, el hombre explicaba cómo después de haber comprado un cachorro de perro a través de una conocida página web de compra-venta y de haber realizado el ingreso de la mitad de la cuantía acordada, perdió todo tipo de comunicación con el supuesto vendedor, y por supuesto, el cachorro nunca llegó a su poder.

Tras instruir las diligencias oportunas, el Puesto de la Guardia Civil de Pravia acordó el traslado de diligencias al E.I.C.O. (Equipo de Investigación de Compañía) de Pravia, para que esa unidad continuase con la práctica de gestiones para el esclarecimiento de los hechos.

Durante el desarrollo de la investigación, se realizó un análisis y estudio exhaustivo que desembocó en la petición de datos de numerosas cuentas corrientes vinculadas a diferentes entidades bancarias. Con estos datos, la Guardia Civil logró discernir el modus operandi de este grupo criminal, que es similar en la casi totalidad de los delitos penales investigados a lo largo del desarrollo de la operación.

Los investigados ponían a la venta mascotas u objetos muy por debajo de su valor de mercado en portales o plataformas de internet, una vez captadas a las víctimas, les instaban a realizar un pago a través de la plataforma de pagos BIZUM, una trasferencia bancaria inmediata o bien un desembolso a través del método efectivo móvil (HalCash).

En otras ocasiones, eran los propios investigados quienes contactaban directamente a través de los citados portales de internet con los anunciantes, haciendo creer a los mismos que están interesados en la compra de los objetos que ofertaban. Luego les decían que realizarían el pago a través de la plataforma de pagos BIZUM, si bien lo que hacían era mandar una solicitud de dinero que en muchos casos se aceptaba por el vendedor al no estar familiarizado con dicha plataforma. 

Una vez que los investigados obtenían el dinero por cualquiera de las dos vías, la entrega del producto, o en su caso la compra del mismo no se llega a materializar, consumándose de esta manera la estafa previamente planificada. La Guardia Civil ha podido constatar que el grupo criminal, para dificultar la labor policial, canalizaba los pagos a través de múltiples cuentas bancarias, muchas de las cuales habían sido abiertas usurpando la identidad de víctimas anteriores, utilizando además líneas telefónicas cuya titularidad adjudican a identidades falsas o ficticias.

A lo largo de la investigación, el E.I.C.O. de la Guardia Civil de Pravia trató la información recibida con habilidad, realizado numerosas peticiones de colaboración a distintos organismos y analizado los datos recopilados para desarrollar con eficacia la operación, en la que constataron que el grupo criminal investigado tenía como único fin perpetrar estafas a través de medios tecnológicos, adoptando una estructura jerarquizada que evolucionaba o se transformaba en función de los intereses de cada momento.

Durante la fase de explotación de la "operación Cerbero", la Comandancia de la Guardia civil de Oviedo solicitó la colaboración de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Cádiz, a fin de tomar declaración a los investigados, de entre 20 y 30 años de edad, que tenían su residencia fijada en la localidad de San Fernando (Cádiz). 

Cabe destacar que durante el desarrollo de la investigación, la actividad delictiva del grupo no cesó en ningún momento, siendo detenidos o investigados por otras unidades de la Guardia Civil, en la que cabe destacar la denominada "operación Maniqueta", llevada a cabo por el Área de Investigación de Burgos, la cual atribuye a este grupo la comisión de 74 hechos delictivos localizados por todo el territorio nacional.

Derivado de la investigación durante la "operación Cerbero", ha quedado acreditado documentalmente una estafa de en torno a los 30.000 euros, así como una tentativa cercana a los 115.000. Al gran montante económico citado, se suma la cantidad de 50.000 euros estafados que le atribuyen las diligencias instruidas por el Grupo de Delitos Tecnológicos de la Brigada de Policía Judicial de San Fernando (Cádiz).