La ley asturiana que propició una tregua entre el PSOE y el PP (pero poco duró)

Barbón y Queipo se acusan mutuamente en el hemiciclo de la Junta General de fomentar "discursos de crispación" en Asturias

Por la izquierda, las  diputadas Alba Álvarez (PSOE) y Cristina  Vega (PP).

Por la izquierda, las diputadas Alba Álvarez (PSOE) y Cristina Vega (PP). / .

PSOE y PP se dieron una tregua en una semana de reproches y acusaciones cruzadas, marcada por el debate político nacional y "el punto y aparte" de Pedro Sánchez, para aprobar con un amplio consenso la primera ley asturiana de impulso demográfico. "Es una cuestión de Estado para Asturias", afirmó la vicepresidenta, Gimena Llamedo, tras una votación concluyente: 41 a votos a favor de los diputados socialistas y populares y de IU-Convocatoria por Asturias, Foro, y los dos del grupo mixto, por solo cuatro del único partido que votó en contra, Vox, que descalificó el texto aprobado de "bazofia".

No corren vientos favorables para alcanzar grandes consensos entres los dos principales partidos y esta semana todavía peor, con el desenlace de los cinco días de "reflexión" que se tomó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por las acusaciones contra su mujer, Begoña López. Pese al escenario adverso, socialistas y populares pusieron por delante la necesidad de sacar adelante una ley que no llegó a tiempo de aprobarse en la anterior legislatura, tras adelantarse otras comunidades autónomas con problemas demográficos similares a los de Asturias como Castilla-La Mancha y Galicia. "No era fácil, pero nos hemos encontrado. Es un gran acuerdo, que mira hacia el futuro de Asturias", defendió la diputada Alba Álvarez (PSOE), que señaló como una de las novedades la creación de un fondo económico para los municipios en riesgo de despoblación. La ley de 81 artículos tiene una orientación "transversal" en la que se regulan, destacó la parlamentaria socialista, cuestiones relacionadas con las áreas de "educación, salud, infancia, sector primario, los municipios y las políticas sociales". Y defendió que el texto resultante ha incorporado más de 80 enmiendas, cuarenta de ellas transaccionales.

Pese al voto favorable del primer grupo de la oposición, su diputada Cristina Vega (PP) enumeró una amplia lista de discrepancias con la ley, casi todas ellas con un denominador común: "La izquierda tiene urticaria a los plazos y a los compromisos". Los populares habían presentado más de un centenar de enmiendas, "pero no nos aceptaron más de la mitad, es una pena que tras cinco años no se haya hecho una ley mejor", afirmó Vega, que pidió por ello "perdón a todos los asturianos", pero justificó el voto favorable porque la aceptación de más de cincuenta enmiendas "mejora algo un texto, que no es el que habría presentado el PP". Vega destacó como avances la fijación de un plazo de un año para el desarrollo reglamentario de la ley o el compromiso del apoyo a del Principado a los ayuntamientos para que puedan optar a fondos europeos, pero reprochó que no haya medidas fiscales concretas, "algo que la izquierda y Foro han preferido que quede para las negociaciones presupuestarias".

Vox marcó distancias abismales con la primera ley demográfica de Asturias. "Es una auténtica bazofia, es infumable, no aporta nada, es un pastiche de la ideología de género y de la Agenda 2030, lleno de términos como impulsa, abordar, fomentar, planificar", afirmó el diputado Javier Jové, para quien el texto ni incluye ninguna receta "para mejorar la demografía o la natalidad".

El parlamentario de Vox hurgó en el apoyo de los populares: "El PP vende muy barato su apoyo a esta ley", reprochó Jové, "valiente oposición la del señor Queipo", remachó.

"Era una ley necesaria", destacó Adrián Pumares (Foro), quien no obstante advirtió que "no será el bálsamo de fierabrás" para afrontar el problema demográfico de Asturias, aunque destacó el amplio consenso alcanzado. Pumares reclamó que la normativa "ahora cuente con recursos, aunque este texto aporta cosas". Covadonga Tomé valoró positivamente que esta ley aúne en el término "migración" las referencias a la emigración y a a la inmigración.

Sube la tensión

La bandera blanca entre PSOE y PP se arrió pronto. La semana venía caliente y el pleno no se libró del cruce de acusaciones mutuas entre el presidente de Principado, Adrián Barbón, y el portavoz del principal partido de la oposición, Álvaro Queipo, de fomentar la crispación política en Asturias. El presidente del parlamento, Juan Cofiño, abortó los intentos de Vox e IU para que el hemiciclo asturiano se desviase del orden del día acordado, donde no había asunto alguno relacionado con "el punto y aparte" de Sánchez. Pero la pregunta de Queipo sobre si Barbón cree que goza de credibilidad entre los asturianos fue lo suficientemente genérica para que el líder del PP asturiano echase en cara al presidente del Principado "sus alaridos llamando a la rebelión en Ferraz". También juzgó de "muy desafortunadas" las declaraciones de Barbón acerca de que los demócratas respiraron "aliviados" con la decisión de Sánchez de seguir. "¿No soy demócrata? ¿no lo son los doscientos mil asturianos que votaron al PP?", preguntó. El presidente del PP asturiano vio en esa argumentación del presidente autonómico "un peligroso discurso rupturista, de crispación y división que asusta".

"Yo defiendo la democracia, esto no va de Pedro Sánchez, va de la democracia que queremos", rebatió el presidente del Principado. Una interrupción del portavoz adjunto del PP, Luis Venta, preguntando a qué partidos se refería Barbón que habían provocado la dimisión de Adolfo Suárez, en 1981, motivó la intervención de Cofiño, que llamó al orden al portavoz adjunto del PP en los siguientes términos: "Es usted repetidor en malos modos y falta de respeto a quien está interviniendo". Un conato de rifirrafe que Barbón usó para cargar contra el jefe de la oposición. "Señor Queipo esto es lo que usted trae: la crispación a esta Cámara que no existió en toda la legislatura pasada".

Debate a tres bandas con el lobo, el peaje del Huerna, la guerra contra la burocracia y la UE

El debate a tres bandas que mantiene el presidente del Principado cada dos semanas con los portavoces de la oposición dio juego para que Álvaro Queipo (PP) interpelase a Adrián Barbón sobre el "voto hipócrita de los diputados del PSOE asturiano en el Congreso para no sacar al lobo del LESPRE". El presidente autonómico contraatacó con la prórroga del peaje del Huerna. "Es raro que no hablen del informe de la Comisión Europea porque tenían la oportunidad de pedir públicamente perdón", dijo sobre un escrito desvelado por LA NUEVA ESPAÑA, que tilda de ilegal la ampliación que hizo el PP en el año 2000. Luego en la pregunta de Carolina López (Vox), sobre si el Gobierno da por acabada la guerra a la burocracia, Barbón dio la negativa por respuesta. "En breve presentaremos la nueva ley de proyectos estratégicos, que tiene entre sus objetivos reducir la democracia", avanzó. El cara a cara con Covadonga Tomé fue sobre la situación de la industria y de la amenaza de despido a más de un centenar de trabajadores de Saint Gobain, en Avilés, parte de los cuales estaban en la tribuna de invitados y siguieron en pie esa parte del debate. Tomé reclamó un fondo público de inversión para empresas estratégicas. "Asturias necesita unidad de acción", reivindicó tras hacer mención a los problemas en Arcelor, Alcoa y Vesuvius, otras plantillas afectadas por deslocalizaciones. Barbón expresó "la solidaridad del Gobierno" con los trabajadores de Saint Gobain, pero afirmó que la solución a las deslocalizaciones está en la Unión Europea. "No busco aplausos, busco la reflexión", afirmó.

PSOE e IU, a favor de prohibir el acceso a las corridas de toros a los menores de edad

La Junta General del Principado también aprobó ayer con los votos de PSOE, IU y la diputada del Grupo Mixto Covadonga Tomé, la toma en consideración de la reforma de la ley de espectáculos públicos para limitar el acceso de los menores de edad a espectáculos taurinos.

La iniciativa, presentada por IU, busca que se modifique la ley para prohibir a los menores de 18 años acceder a las plazas de toros cuando se celebren espectáculos taurinos, y conmina a instalar carteles que adviertan de que el espectáculo puede herir la sensibilidad de las personas. También se pide que no se puedan vender ni consumir bebidas alcohólicas en estos espectáculos.

La reforma contempla también que se contará como infracción "muy grave" la asistencia de cada menor de edad, con una sanción individualizada. El diputado de IU-Convocatoria por Asturias, Xabel Vegas, defendió la iniciativa asegurando que no pretende "abrir un debate sobre la tauromaquia", sobretodo "en una comunidad autónoma como esta en la que, afortunadamente, nunca ha habido afición a los toros". Con esta modificación, lo que se pretende es "garantizar la seguridad y la protección a los menores en la celebración de espectáculos taurinos en Asturias".

"Estamos hablando de unos espectáculos que, más allá de la opinión de cada cual sobre los mismos, poseen unas características singulares: son espectáculos sangrientos y que se basan en la violencia ejercitada", ha aseverado, destacando que la exposición a estas imágenes "puede tener consecuencias en el desarrollo educativo, cognitivo y emocional del menor", recalcó.

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