El primer Avril asturiano alcanza los 305 km/h, roza el lleno y convence a los viajeros: "Ahora sí que por fin tenemos AVE"

El primer tren de ancho variable que circuló entre Asturias y Madrid sufrió una demora de 24 minutos

"Es un momento histórico", celebró en el interior del tren Alejandro Calvo, consejero de Fomento

Los nuevos trenes Avril ya unen Asturias y Madrid: "Es una pasada, es el AVE real"

X. Fernández/ A. Domínguez

Y por fin llegó el Avril. El tren más veloz, el auténtico AVE asturiano, el más esperado, el que se retrasó más tres años, el que gestionaron tres ministros, el que puede rodar por todo tipo de vías y el llamado a aprovechar todavía más las posibilidades de la Variante de Pajares, empezó a circular hoy entre el Principado y Madrid.

El primero de ellos fue muy madrugador –así se conoce ya coloquialmente– y algo impuntual, porque llegó con 24 minutos de retraso sobre la hora prevista. Partió de Gijón a las 6.02 horas, paró en Oviedo a las 6.30, puso fin de trayecto en Madrid a las 10.00 y abrió sus puertas a las 10.02. Alcanzó los 305 kilómetros por hora poco antes de la estación de Valladolid. A los mandos estuvo el maquinista Roberto García. El viaje duró cuatro horas y, aunque la demora ensombreció algo el esperado estreno, la sensación general entre los viajeros fue positiva. "Ahora sí, ahora sí que por fin tenemos AVE", comentaban varios pasajeros antes, durante y después del que no fue un trayecto más. "Es un momento histórico", celebró en el interior del tren Alejandro Calvo, consejero de Fomento, que viajó junto a Mariano Santiso, gerente del área norte de Renfe y quien festejó el memorable momento "para las comunicaciones de Asturias, con este primer AVE y una jornada que recordaremos durante mucho tiempo". Y así fue.

Porque se palpaba en el ambiente que la jornada era especial, de inauguración. Los viajeros hacían fotografías a la llegada del tren. "Ahí está, ahí está", decían muchos cuando apareció por la estación de Oviedo. Y dentro fisgaban esto y aquello. La pantalla individual, los asientos, los enchufes, la cafetería... El tren olía a nuevo. Entre Oviedo y Gijón se subieron 357 pasajeros que, contando los de las otras estaciones de ese tren –León, Palencia y Valladolid– llegaron a los 501. Solo quedaron seis billetes sin vender, prueba del tirón ferroviario que se respira en la región desde la apertura de la Variante y que se avala con números: desde que la infraestructura se puso en marcha ya van vendidos más de medio millón de pasajes.

El primer tren de la mañana en Asturias fue también el primer Avril en operar en toda España, porque el estreno fue nacional. Ninguno salió tan pronto. Lo más comentado a bordo versaba sobre la "modernidad" de estos nuevos convoyes, que albergan 507 plazas, frente a las 299 de los Alvia (seguirán operando en la actualidad), y que como máximo pueden coger 330 kilómetros por hora, por los 250 de los Alvia.

Una de las reflexiones compartidas es que el impacto de los Avril se verá más bien a largo plazo, porque los tiempos de trayecto serán por ahora muy similares a los de los Alvia. En el mejor de los casos, el viaje entre Oviedo y Madrid será de tres horas y 8 minutos (hasta ahora era de tres horas y 19), pero los tiempos se irán ajustando y además las frecuencias –por tanto los horarios–, se ven ahora comprometidas por unas obras en Chamartín que rebaja el número de vías operativas. Lo previsible es que el viaje entre Oviedo y Madrid quedará por debajo de las tres horas.

La mayor ganancia ahora es en el número de plazas, con un incremento del 35 por ciento que se ampliará aún más en los próximos meses. El primer AVE asturiano tuvo también su pequeña dosis de suspense en la estación de León, tras pasar la Variante. De repente, el tren se quedó a oscuras y parado. "Se está reiniciando el tren, en breves momentos retomaremos la marcha", se escuchó desde la megafonía. Ese proceso se conoce como rearmar el tren, en jerga ferroviaria. La oscuridad duró solo cuatro minutos, pero el convoy estuvo parado en León unos quince minutos, para desconcierto del pasaje. Eso, más otra espera justo antes de entrar en la estación de Valladolid, explicó en parte el retraso, debido a "una incidencia técnica de equipos de tracción y a limitaciones de velocidad durante el trayecto", según Renfe. De León a Valladolid hay vía única, lo que provoca que muchas veces un tren tenga que esperar a otro, ocasionando de este modo retrasos. Entre esas dos ciudades el convoy superó en varias ocasiones los 300 kilómetros por hora, para curiosidad y asombro de los viajeros, pendientes de las pantallas. Desde Valladolid hasta Chamartín ya no hubo más incidencias, aunque el del primer tren en Asturias no fue el único retraso en la región. El primer Avril de Madrid a la región tuvo también demora, en este caso de algo más de diez minutos.

Fiasco en Galicia

El estreno de los Avril a nivel nacional tuvo su propio fiasco en Galicia, donde también estrenaron estos trenes. El primer AVE Vigo-Madrid tuvo que ser remolcado hasta Ourense por un Alvia tras haber estado una hora y media parado y sin luz por una avería técnica. El retraso total superó las dos horas, el más grave de toda la jornada.

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