Cuenta atrás para la apertura de una infraestructura vital para la región

Tras 13 años de retrasos, la Variante tendrá fecha de apertura esta semana: ¿será la definitiva?

Barbón duda de que el Ministerio pueda revelar el miércoles el día concreto en que llegará el AVE

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Ramón Díaz

Ramón Díaz

«Esta vez sí, es el fin de trayecto de la variante de Pajares». En el Ministerio de Transportes resaltan que ya no habrá más retrasos y que la alta velocidad llegará a Asturias este año «sí o sí». Claro que prometieron exactamente lo mismo el año pasado y el anterior… y así sucesivamente hasta 2003, cuando ese mismo departamento, entonces denominado de Fomento, señaló 2010 como año de apertura de la Variante. Dando por supuesto que el AVE llegará este año, resta por saber cuándo. El pasado otoño, el departamento que encabeza Raquel Sánchez prometió que la nueva salida ferroviaria a la Meseta abriría en mayo de este año, pero se tuvo que desdecir en enero: las obras y las pruebas pendientes impedían cumplir el compromiso. Entonces la propia Ministra prometió que revelaría la fecha de apertura en abril. Finalmente, será este miércoles, 3 de mayo.

En teoría, porque hay serias dudas sobre si los portavoces ministeriales revelarán el día concreto en que abrirá o se inaugurará –no es lo mismo– la variante de Pajares o si, como sostienen las fuentes consultadas por este periódico, ofrecerán una aproximación; por ejemplo, el mes en que se cortará la cinta de la nueva salida ferroviaria de Asturias a la Meseta. La fecha –día, semana o mes– que se dé el miércoles pasará a ser la decimoctava de las que pronunciaron los sucesivos gobiernos de España en los últimos veinte años.

Veinte años, cuatro presidentes del Ejecutivo central, cinco del Principado y unos 4.000 millones de euros han pasado desde que comenzó la obra, en febrero de 2004. Más años, más presidentes y más millones se han sucedido desde que empezó a pergeñarse el proyecto, con los primeros estudios geológicos y de alternativas, en los años ochenta del siglo pasado. La primera estimación del coste global de la Variante, en el año 2006, fue de 2.312,8 millones, porque antes solo se había calculado lo que supondría perforar la Cordillera Cantábrica, pero sin «vestir» los túneles. Esto supone que el coste final de la obra será un 70 por ciento mayor que el ofrecido hace ahora 17 años.

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La enorme complejidad técnica de la obra, la mayor de cuantas se han ejecutado en España en el último siglo (atraviesa 40 formaciones geológicas diferentes, por ejemplo), está detrás de un retraso que supera ya los 13 años. Pero también pesa el enorme descenso de la inversión en la obra decidido por los sucesivos gobiernos de España a partir del año 2010. Un descenso que se justificó apelando a la crisis económica iniciada en 2008, pero que se mantuvo –e incluso se hizo más acusado– una vez superado ese bache. Números cantan: en 2007 se gastaron en la Variante 525 millones de euros, mientras que en 2016 ni siquiera se alcanzaron los 60 millones.

Esos 13 años de retraso, tal y como reveló LA NUEVA ESPAÑA el pasado 22 de enero, sitúan a la Variante como la obra de alta velocidad que suma más retraso en la historia de España, por delante de Antequera-Granada y Olmedo-Orense (12 años en los dos casos), Atocha-Chamartín (10 años) y Santiago-Vigo, Elche Orihuela, Valladolid-Burgos, Beniel-Murcia y Plasencia-Badajoz (7 años todos ellos). El «récord» de la Variante aún podría ser superado por el «otro» tramo del AVE a Asturias, el que une León y La Robla, que aún permanecerá en obras, como mínimo, un año más. Esta circunstancia hará que el AVE llegue a Asturias «cojo», porque tendrá que avanzar desde Madrid por tramos de doble vía y de vía única, trayectos compartidos con mercancías y otros solo para trenes de pasajeros, y por zonas con ancho ibérico, otras con estándar y otras más con triple hilo. También habrá «de todo» en lo que se refiere a las velocidades. Las máximas rebasarán los 300 kilómetros por hora entre Madrid y Valladolid, no podrán superar los 160 entre León y La Robla, y podrían quedarse por debajo de los 100 entre Pola de Lena y Gijón, con el condicionante añadido de que ese tramo tendrá que ser objeto de una reforma integral en los próximos años. Traducido: limitaciones aún más severas

. La variante de Pajares, con 49,7 kilómetros de longitud, salva el paso bajo la Cordillera Cantábrica y el importante desnivel que existe entre la provincia de León y Asturias. Representa un reto sin precedentes de ingeniería y construcción. Un ejemplo: el 80 por ciento de su trazado transcurren en túnel, y el resto son casi todo viaductos.

La nueva línea ferroviaria salva un desnivel de más de 700 metros, desde los 322 metros de altitud en la estación de Pola de Lena, hasta los 1.028 metros en la divisoria de Asturias y León. En su ejecución han llegado a participar de forma simultánea hasta 4.000 trabajadores y se emplearon cinco tuneladoras para las excavaciones.

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Adrián Barbón no las tiene todas consigo. El presidente del Principado reconoció ayer en Siero que no cree que el Ministerio de Transportes revele este miércoles el día en el que la variante de Pajares abrirá al tráfico comercial. No cree que puedan dar una fecha concreta, sino más bien que los representantes ministeriales con los que se reunirá en Asturias aportarán «plazos temporales, de mes, por poner un ejemplo» a la hora de fijar la llegada de la alta velocidad a Asturias. En todo caso, Barbón reconoció que desconoce «en absoluto» qué trasladará el Ministerio en ese encuentro. El presidente autonómico se mantiene en sus trece: «De todas maneras, yo lo que tengo claro es que la prioridad para nosotros es que (el AVE a Asturias) se ponga en marcha este año 2023, y que además sirva para desestacionalizar el turismo». Explicó el porqué de esa aspiración: «En Asturias no queremos un turismo de masas, apelotonado en verano, lo que queremos es un turismo que se redistribuya en el tiempo, que genere riqueza y empleo, pero que sea sostenible». Barbón había arrancado en junio del año pasado a la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, el compromiso de que la Variante abriría en mayo de este año. Ya el 12 de enero de este año, el ejecutivo asturiano y la Delegación del Gobierno en Asturias admitían que la Variante quizá no podría abrir en mayo, algo que corroboró unos días después el Ministerio. La crisis abierta ente ambas instituciones por ese nuevo retraso obligó a comparecer en Asturias para dar explicaciones a la entonces secretaria de Estado de Transportes, Isabel Pardo de Vera, que después cesaría en el cargo, quien aseguró que la Variante abriría «a lo largo de este año, «si no pasa algo muy gordo». Fuentes del Ministerio han señalado que los trabajos y las pruebas pendientes en la Variante «difícilmente acabarán antes de finales de agosto o primeros de septiembre», y solo entonces podrá valorar la apertura la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria (AESF), que suele tardar entre dos y cuatro meses en dar el visto bueno definitivo a las nuevas líneas de alta velocidad. El problema es que si, como parece, se agota la legislatura y hay elecciones generales el 10 de diciembre, la inauguración no podrá celebrarse más allá del 17 de octubre. Lo impide la ley.

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