Un cuarto de siglo de la foto de "Cuervo", el primer oso que retrataron las cámaras del Fapas

El colectivo conservacionista empezó hace 25 años con tres sistemas de grabación automática en los montes y hoy llega a los cien

La icónica fotografía de "Cuervo".

La icónica fotografía de "Cuervo". / Fapas

Javier Sámano Lucas

El primer (y último) posado del oso "Cuervo" fue en abril de 1998. No se trató de una exclusiva pagada sino de un robado, como el que les hacen a los famosos en la playa todos los veranos. Detrás de la cámara, cual "paparazzi" de los montes, se encontraba Alfonso Hartasánchez, del Fapas (Fondo para la Protección de los Animales Salvajes). Un cuarto de siglo después, confiesa que, antes de hacer la histórica fotografía –la primera que se tomó mediante un sistema de cámaras automáticas–, albergaba dudas en torno a su utilidad. "No estaba muy convencido de que fuese a servir para algo –rememora–. Pensaba: ¿Para qué queremos esto?". Seis días después de colocar la cámara en el monte de Somiedo, se registró la primera imagen de un oso pardo. Aunque eso lo sabrían unos días después. "Como la cámara era analógica, había que llevarla a revelar, y esperar quince días para ver qué coño había en la cámara", recuerda el hermano de Alfonso, Roberto, presidente del Fapas.

La complexión física del animal llamó la atención de Alfonso: "Estaba gordo como una peonza, lo cual es raro teniendo en cuenta que estábamos ya en abril, una época en la que debería estar más delgado porque acababa de salir de hibernar". Cuando empezaron a registrar imágenes de los osos, el Fapas apenas tenía instaladas tres cámaras de seguimiento en los montes asturianos. Un cuarto de siglo después, ya en plena era digital, tienen distribuidas cien cámaras por todo el territorio que envían al instante las imágenes al ordenador correspondiente.

Un cuarto de siglo de la foto de "Cuervo", el primer oso que retrataron las cámaras del Fapas

Un ejemplar erguido. | Fapas / Javier Sámano Lucas

La carrera como modelo de "Cuervo", sin embargo, resultó efímera. "Al poco tiempo de fotografiarlo, cayó en una trampa de radiomarcaje y acabó falleciendo porque nadie fue a rescatarlo –cuenta Alfonso–. Se decía que ya venía en mal estado, que tenía una pata lastimada... pero mi foto demostró que no era así porque, tres días antes, en la imagen se le veía perfectamente. Esos días estaba nevando mucho, y los investigadores pensarían que el animal que cayó en la trampa era un zorro o un tejón". La trampa de la discordia fue colocada por investigadores, según el relato de los hermanos, con el fin de capturar un oso y ponerle un collar de radiomarcaje que permitiese hacerle un seguimiento, práctica que se lleva a cabo en la actualidad aunque con mayores garantías de seguridad.

Un cuarto de siglo de la foto de "Cuervo", el primer oso que retrataron las cámaras del Fapas

Una osa con sus crías. | Fapas / Javier Sámano Lucas

La población de osos pardos ha aumentado notablemente en los últimos veinte años. "Cuando empezamos –cuenta Roberto Hartasánchez– había 40 o 50 osos en la Cordillera. Ahora estamos en torno a los 300, con unas 80 hembras reproductoras, una cifra baja que hace que, técnicamente, estén en peligro de extinción". El incremento del número de ejemplares guarda relación, argumenta Roberto, con la mayor protección que se les brinda. Sin embargo, denuncia que en las dos últimas legislaturas "se ha abandonado" la política de protección, circunstancia que genera una problemática "muy potente" con los cazadores furtivos.

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Una hembra mirando el objetivo. | Fapas / Javier Sámano Lucas

En cualquier caso, 25 años después de la sobrevenida fama de "Cuervo", los osos cada vez se parecen más a los humanos: tienen resaca –cuando se dan una panzada de comer, el día siguiente se lo pasan tirados sin hacer nada, relata Roberto– y, visto lo visto, hasta podrían abrirse una cuenta de Instagram.

Un cuarto de siglo de la foto de "Cuervo", el primer oso que retrataron las cámaras del Fapas

Otro oso en los montes. | Fapas / Javier Sámano Lucas

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