50 años de la generación de Química del 73, unos "pioneros" en "tiempos convulsos"

Medio siglo ha pasado desde que Alfonso Camba subía los escalones que dan a la facultad de Ciencia de la Universidad de Oviedo de dos, “con la energía que da la juventud”. Hoy, recién operado, salva los peldaños de uno en uno mientras evoca aquellas quedadas en el bar Manantial, en Oviedo, después de las clases de laboratorio.

Camba es uno de los alumnos licenciados en Química en 1973 en una Universidad en la que esta mañana se conmemoró el 50 aniversario de la promoción. De los 70 alumnos que la integraron acudieron 24, muchas de ellas mujeres -el 34% de las licenciadas aquel curso, un porcentaje inusualmente elevado para la época-. Una de ellas es María Rosario Guerrero, que no recuerda haber tenido esa sensación dado que “en esa época nadie hablaba de esas cosas”. La decana de la facultad de Química, Susana Fernández, recalcó en su intervención lo sustancial de la presencia de mujeres en un campo, el de la ciencia, que “históricamente” no ha sido “amistoso” para ellas. “El techo de cristal de cristal de las mujeres en la ciencia aún persiste”, ha lamentado Fernández, satisfecha sin embargo porque en la facultad de Química en la actualidad el número de mujeres (55%) supera al de hombres: “Hay que celebrar dónde estamos”.

A Humberto Rodríguez, vicerrector de Relaciones Institucionales y Coordinación de la Universidad, le gustaría tener una máquina del tiempo para ver entrar y salir por la puerta de la facultad de Ciencias -donde se cursaba Química por aquel entonces- a los egresados en el 73 “con una mochila llena de sueños e ilusiones”. “Fuisteis unos pioneros, dejasteis una huella imborrable -ha enfatizado-. Nuestra generación se inspiran en vosotros y vuestras dedicación, nos enseñasteis que con trabajo todo es posible. Prometemos no olvidar jamás vuestro legado.

Rodríguez se ha detenido en el contexto histórico en el que les tocó estudiar la carrera a los homenajeados, una época de cambios y avances “sin precedentes”, como refrenda Cipriano Barrio. “Fueron tiempos convulsos y muy emocionantes -recuerda-. Estaba cambiando el país, en la Universidad estábamos con un pie en la modernidad y otro en lo antiguo”. En la Universidad, recuerda su compañero Camba, se impartían las clases “con mucha disciplina”. “El ambiente era mucho más rígido que ahora”, rememora. Pese a ello, Barrio y Camba convienen en que había “mucho compañerismo” y en lo bien que lo pasaron. “Alguna cerveza cayó”, reconocen.

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