Que viene el lobo de las pensiones: las claves de una campaña electoral nacional que pasa poco por Asturias

Los principales partidos centran sus mensajes en la batalla por La Moncloa, pero los asturianos buscan respuesta a problemas reiterados cuya solución está en manos del Gobierno central

Que viene el lobo de las pensiones: las claves de una campaña electoral que pasa poco por Asturias

Que viene el lobo de las pensiones: las claves de una campaña electoral que pasa poco por Asturias

Vicente Montes

Vicente Montes

Todo está dispuesto para que el próximo 23 de julio suceda un choque político de trenes. Casi como en el enunciado escolar: dos locomotoras viajan en dirección contraria, el tren Pedro Sánchez y el convoy Alberto Núñez Feijóo. La colisión es inevitable y sus resultados no están del todo claros, porque ninguno de los dos tiene la inercia suficiente como para garantizarse salir inmaculado del choque: los socialistas, según las encuestas, necesitarán el apoyo de Sumar y otras formaciones para mantener una mayoría de gobierno; al PP, inmerso en una tendencia favorable, le cuesta despegarse de Vox como socio necesario para alcanzar la Moncloa. ¿Y en esta batalla, cuánto pesa Asturias?

Que viene el lobo de las pensiones: las claves de una campaña electoral nacional que pasa poco por Asturias

Que viene el lobo de las pensiones: las claves de una campaña electoral nacional que pasa poco por Asturias / Vicente MONTES

En principio, poco. Las claves de estas elecciones generales serán nacionales y se plantearán en dos ejes: para el PP el objetivo estará en desalojar ("derogar") a Pedro Sanchez; para el PSOE, en frenar una victoria de la derecha con Vox como aliado necesario, planteando la dicotomía "derechos o derechas".

Pero ninguno de los dos grandes partidos puede centrar únicamente sus mensajes en menguar al contrario. Tanto socialistas como populares deben aglutinar voto de otras formaciones a sus extremos: Sumar y Vox. Por eso las palabras clave en esta campaña serán voto útil y movilización. La movilización es fundamental en unos comicios que se producen en pleno verano y que, pese a ello, tienen los ingredientes suficientes como para que en otras circunstancias concitasen una elevada participación.

Populares y socialistas, ante el ceñido ajuste que muestran las encuestas, recalcan que cada voto cuenta. Pedro Sánchez ha realizado maniobras para que los sectores de su partido más descontentos no se queden en casa; Alberto Núñez Feijóo amplía el objetivo al que se dirige, lanzando sus mensajes hacia el votante centrista sin perder la perspectiva de combate al sanchismo y, también, hacia el "viejo PSOE" moderado.

Con todo, cada partido buscará un eje clave de campaña en Asturias; una manera de aderezar el sabor eminentemente nacional de los discursos. El mayor solapamiento de las cuitas autonómicas en las generales estará en la sesión de investidura de Adrián Barbón como presidente autonómico. Tras el anuncio del PP de que no presentará alternativa (evitando así un choque dialéctico), la clave estará en las relaciones que la FSA establezca con Izquierda Unida, cuyo respaldo ahora ya no es estrictamente necesario para que Barbón sea presidente. No obstante, ambas fuerzas han intensificado estos días los acercamientos para cerrar próximamente un acuerdo de gobierno conjunto. Estos son los pilares de la campaña electoral en Asturias.

Los socialistas y la bandera de las pensiones

El PSOE tratará de blindar las acciones del gobierno de Pedro Sánchez, con especial énfasis en la reciente reforma del modelo de las pensiones, aunque también en otros logros sociales (subida del salario mínimo, mejora de las cifras de empleo) que creen que afectan a la mayoría de los votantes en Asturias. Las pensiones constituyen una materia sensible en la región: hay en el Principado algo más de 270.000 pensionistas, de los que 141.000 son varones y 129.000 son mujeres. Representan casi tres de cada diez asturianos, un peso importante en una población envejecida. Aunque el número de pensionistas en el Principado alcanzó su máximo en 2018 y ahora la cifra está en descenso, las pensiones por jubilación en Asturias son las segundas en cuantía de España (después del País Vasco), rondando los 1.400 euros mensuales. La lista que encabezará Adriana Lastra se ha marcado como objetivo insistir en que un cambio de signo político podría poner en riesgo un modelo que sólo garantiza Pedro Sanchez. No solo eso, el PSOE incidirá en el argumento de que anteriores gobiernos del Partido Popular supusieron "recortes de derechos y retroceso social".

La batalla por el lobo, para el PP

Los populares de Alberto Núñez Feijóo harán especial hincapié en cuestionar los efectos que tiene en el medio rural asturiano (en particular en la ganadería) la especial protección para el lobo impulsada por el gobierno de Pedro Sánchez. Esta es una cuestión de profundo debate en Asturias; precisamente, el descontento en el medio rural por este y otros asuntos terminó por castigar a los socialistas en algunos territorios asturianos en las pasadas elecciones autonómicas y municipales. La candidatura por Asturias del PP, encabezada por Esther Llamazares, se compromete a restablecer la protección del lobo a la situación en la que se encontraba antes de 2021, garantizando que las poblaciones de la especie situadas al norte del Duero queden fuera del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE). De este modo, se permitirá el control de población de la especie en Asturias. La fiscalidad (corrigiendo los efectos de la inflación en el IRPF) y la implantación de una "tarifa 0" para los autónomos, junto a la promesa de una educación de 0 a 3 años gratuita y universal, suponen algunos de los ejes fundamentales de los populares.

La reforma laboral y la sanidad, claves para Sumar

La amalgama que lidera Yolanda Díaz pondrá el acento en esta campaña en Asturias en la mejora de la sanidad. Los trabajadores de este colectivo han expresado en los últimos meses su descontento y su fatiga tras el estrés de la pandemia: falta de organización, condiciones económicas variables según los territorios y falta de personal constituyen la espina dorsal de sus quejas. El hecho de que Sumar tenga como cabeza de lista en Asturias al médico Rafa Cofiño (exdirector general de Salud) eleva el tono "sanitario" de la campaña. Pero el discurso nacional arrastrará un argumentario que pivotará sobre la figura de Yolanda Díaz y su gestión en el Gobierno central, con especial énfasis en las acciones llevadas a cabo desde su Ministerio de Trabajo y Economía Social.

Familia y batalla frente a la "asfixia fiscal", pilares en Vox

La formación de Santiago Abascal pivotará la mayor parte de su discurso en el argumentario nacional. Ya la presentación de su programa electoral ha indicado el camino del modelo político que persigue Vox, a sabiendas de que tiene opciones de entrar en el gobierno al ser necesarios para Feijóo. Seguridad y lucha contra la delincuencia continúa siendo uno de los asuntos principales, pero serán las políticas de familia (en especial los beneficios para aquellas que tienen hijos) y una reforma tributaria algunas de sus claves. Vox incidirá en el mensaje del despilfarro, defenderá la soberanía energética y discutirá avances ambientales "que ahogan a la industria", además de reclamar un modelo de educación "no ideologizada". La candidatura que en Asturias encabeza José María Figaredo también centrará buena parte de su discurso en el sector primario, donde ven otro posible nicho de votantes.

Pero, más allá de estas cuestiones, ¿cuáles son los aspectos que a Asturias le interesa resolver en estas elecciones? Hay algunos asuntos medulares para la región cuya solución depende directamente de la sensibilidad que adopte el futuro gobierno central, que se abordan en la letra pequeña de los programas electorales y para los que cada partido tiene su posición clara, pero que quedan fuera de foco en una campaña en la que la prioridad de cada bloque será echar carbón a las calderas para que su motor electoral llegue a las urnas con el máximo rendimiento.

Demografía

La situación demográfica de Asturias es, sin duda, el gran asunto regional. No tanto por sus consecuencias actuales sino por las que tendrá en un plazo de 15 o 20 años. La inercia demográfica tiene difícil solución, pero sí hay margen para llevar a cabo con antelación medidas que traten de atenuar su efecto (elevando la natalidad, atrayendo nuevos residentes y preparando el terreno para una sociedad más envejecida a la vuelta de la esquina). La crisis demográfica es una lluvia fina que empapa todas las grandes cuestiones regionales: el modelo económico, la fiscalidad, la prestación de servicios, la red de infraestructuras o las políticas sociales.

La transformación productiva y energética

Durante décadas, Asturias ha asistido a numerosas reconversiones y ajustes en su tejido productivo, no solo en el ámbito industrial, sino también en el sector primario. Superadas buena parte de ellas, ahora la región se enfrenta al reto que supone la implantación de un nuevo modelo energético, basado en las fuentes de generación limpias y en la implantación de nuevos recursos, como el hidrógeno. Todo ello conlleva un cambio de paradigma, no solo en lo económico, sino también en la política ambiental: habrán de coexistir fórmulas de preservación del medio ambiente con el impacto de establecer las infraestructuras necesarias para expandir la generación eléctrica de fuentes renovables. La velocidad con la que se aborde esta cuestión está sujeta a debate político, entre quienes apuestan por llevar a cabo esa transformación cuanto antes y quienes defienden que es mejor una hoja de ruta más sosegada.

El impulso al Noroeste y el Eje Atlántico

La periferia siempre cuenta con menos oportunidades que el territorio que se encuentra en el centro de actividad económica. Asturias corre el riesgo de acabar orillada en la periferia de la periferia. En el ámbito mundial, el peso económico ha ido desplazándose hacia Asia, frente al eje formado por Estados Unidos y Europa, una tendencia que según los expertos se mantendrá durante esta década. Por otro lado, en la propia Unión Europa, la salida del Reino Unido y la expansión hacia el Este hacen que el eje de comunicaciones del Mediterráneo hacia centroeuropa se convierta en la columna vertebral de la economía, dejando al frente Atlántico fuera de foco. Por último, la situación del noroeste peninsular, en el contexto de España, con sus problemas de comunicaciones y su tendencia demográfica, coloca a Asturias alejada de los núcleos de decisión, si bien esta situación sufrirá un salto importante con la apertura de la Variante de Pajares (prevista para noviembre) tras décadas de espera. Es este triple contexto el que propicia las demandas para acelerar la inversión del corredor ferroviario del Noroeste o para impulsar la creación de una macrorregión atlántica: la conectividad en la fachada cantábrica y la mejora de las conexiones con Europa forman parte de una reivindicación que trasciende las fronteras de Asturias pero que le afectan de manera indudable.

El irresoluble problema de las cercanías

El futuro gobierno central tendrá sobre la mesa las deficiencias de la red de cercanías ferroviarias asturianas. Ha sido esta una reivindicación histórica de la región, sujeta siempre a promesas de planes y con pocas soluciones efectivas. Los problemas de movilidad que padece Asturias por esta cuestión requieren una solución inminente, no solo por facilitar la vida a los usuarios, sino para resolver los retos para reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y limitar el uso de los vehículos privados.

Las políticas agroalimentarias

El campo asturiano permanece en una perpetua crisis, azotado por problemas que, en vez de resolverse, se incrementan. La crisis económica, la subida de las materias primas, las consecuencias de la guerra en Ucrania y los modelos de consumo han terminado por poner más y más zancadillas al campo asturiano. A ello se suman decisiones medioambientales (como la protección del lobo), la pérdida de población o la ausencia de una política para el medio rural coherente y efectiva. Necesariamente, la búsqueda de una solución a esto deberá pasar también por el impulso a los productos autóctonos, ayudando a su exportación y valor más allá de las fronteras locales. La defensa de las fórmulas de explotación tradicionales y sostenibles (con una mayor concienciación en el consumidor) terminará por beneficiar al campo asturiano.

Impulso al turismo de forma ordenada

El turismo constituye ya uno de los motores económicos del Principado, un territorio que cuenta con mayores oportunidades para atraer visitantes en un contexto de cambio climático y con sus recursos naturales como bandera. Aunque el acierto en la promoción depende en gran medida de la administración autonómica, el respaldo del Gobierno central para impulsar mejoras en infraestructuras o apoyar proyectos singulares resulta fundamental para incrementar ese potencial, partiendo de un modelo ordenado que se aleje de fórmulas de masificación y que tenga la mirada puesta en la preservación de los valores ambientales.

Un gobierno que escuche la voz de los asturianos

También es este un asunto recurrente: el peso que Asturias tiene en las decisiones que adopta el Gobierno central. Por eso, un futuro ejecutivo en el que Asturias tenga capacidad de interlocución seguirá siendo una de las premisas fundamentales de esta campaña electoral. Los incumplimientos de promesas, la baja ejecución presupuestaria de algunas partidas fundamentales para el desarrollo de Asturias o la falta de sensibilidad frente a las demandas de un territorio menguante constituyen algunas de las reiteradas quejas de esta comunidad autónoma frente a los gobiernos de Madrid.

Los partidos políticos buscan en Asturias arañar para sí cuantos más de los siete diputados que el Principado ofrece en sus urnas. Están en juego el reasentamiento del bipartidismo, la posibilidad de un cambio de ciclo político y la supervivencia del PSOE de Pedro Sánchez (también el futuro de Núñez Feijóo, que él mismo ha vinculado a conseguir el gobierno). Por eso, la batalla por el voto será cuerpo a cuerpo. En ese choque de trenes inevitable, Asturias, como siempre, se enfrenta una vez más al temor resignado de acabar en el último vagón de los partidos.

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