José Luis Alonso: "Ser pastor es muy exigente, hay que estar encima del queso"

"Estoy contento y algo superado", asegura el elaborador más joven de gamonéu del puerto, que recogerá hoy en Madrid un premio nacional

José Luis Alonso, con dos de sus vacas. | Miki López

José Luis Alonso, con dos de sus vacas. | Miki López / Mariola Riera

Mariola Riera

Mariola Riera

Cuesta oír al otro lado del teléfono móvil a José Luis Alonso. Los cencerros de sus vacas solapan su voz, algo apurada. «Es que estoy cambiando a las novillas de finca, aquí en Gamonedo, pero puedo hablar», se disculpa. No hay tregua en un oficio como el de José Luis Alonso, el de pastor y quesero. Los animales necesitan cuidados los 365 días del año, 24 horas al día. Él se los da, está entregado a ellos. Porque sabe que solo de esa forma podrá elaborar el que pasa por ser uno de los mejores quesos del mundo, el que alumbran los Picos de Europa, el gamonéu del puerto, ese que tiene limitada su producción de mayo a octubre, con la leche del ganado que pasta durante este tiempo en los verdes y exclusivos pastos de montaña. Alonso ha sido galardonado con el premio «Asturiano del mes» de LA NUEVA ESPAÑA.

«Los animales tienen que estar en buen estado todo el año, de nada sirve preocuparse solo de su alimentación cuando llega la primavera y ponerte a cebarlos. En otoño tienes que cuidarlos ya, durante todo el invierno también, para que luego las hembras puedan parir en condiciones, fuertes. Solo así saldrá buena leche», explica. Esta temporada ha sido muy buena para la producción de leche. «Hay mucha cantidad, más que ningún año, y de calidad. Aunque el calor no es lo mejor para el ganado arriba en la montaña, ha resultado un buen verano». Él todavía estirará la temporada algo más y sigue ordeñando las vacas para hacer queso. «Tiene que quedar claro que los animales no tienen un grifo que lo abres y da leche, así sin más. No, no. Hay que cuidar al animal de forma constante para que tenga leche y buena».

Palabra de pastor. El más joven, además, de los Picos de Europa, donde solo quedan cuatro elaboradores de gamonéu del puerto. Alonso tiene 28 años y va camino de cumplir una década con un oficio que mamó desde pequeño en casa junto a su abuelo Paulino Alonso. Siempre tuvo claro que, como él, quería ser ganadero, pastor, quesero. Hoy recogerá en Madrid el Premio Nacional de Gastronomía Talento Joven Alimentos de España. Un galardón que «busca inspirar a las nuevas generaciones», en palabras del cocinero Dabiz Muñoz, presidente de un jurado que vio en el asturiano la figura ideal para tal fin. «Demuestra que se puede ser joven y dedicarse con éxito a profesiones artesanas que no pueden perderse».

José Luis Alonso se declara «muy contento y algo superado» por el reconocimiento. Con los pies en el suelo, advierte de que lo que él hace, más allá de esa postal idílica del pastor por las montañas con sus ovejas, tiene un coste muy alto que los jóvenes de hoy en día, los que vienen detrás de él, quizás no están dispuestos a asumir. «Yo ya voy camino de los 30 y conozco chicos de por aquí a los que les gusta el ganado, lo hacen bien, sí, y quieren dedicarse a ello. Pero lo del pastoreo y hacer queso ya es otra cosa. Cuando tienes 20 años, después de dar de comer a las vacas te apetece salir, irte a tomar algo con los amigos. Pero hay veces que no puedes si quieres hacer las cosas bien. Hay que estar encima del queso, muy pendiente. Esto es muy cansado y exigente», describe.

Cuatro días de vacaciones

Él siempre ha estado dispuesto a asumir ese coste. Acaba de cogerse cuatro días de vacaciones, «más no puede ser». Se ha ido gracias a su tío Santi, con quien lleva la quesería Uberdón –30 vacas, 80 cabras y unas 200 ovejas– en Gamonedo (Cangas de Onís), que produce el gamonéu del puerto en la majada de Gumartini, un idílico lugar en la montaña de Covadonga. «Los dos tiramos juntos de esto, sin él me sería imposible irme», recalca. Por este motivo no podrá ir Santi con su sobrino a Madrid hoy a recoger el premio, en una gala en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (19.30 horas). Le acompañarán su novia de toda la vida, Cristina, y los padres de ésta, Celia y Martín, además de su amigo del alma, Ricardo.

No será el único asturiano en la ceremonia. La Real Academia de Gastronomía, que concede los premios, renovó a principios de verano su junta directiva, que preside Luis Suárez de Lezo (en sustitución de Lourdes Planas), y cuyo secretario general es el avilesino Miguel Loya, abogado y miembro de una de las sagas culinarias más destacadas del Principado, hermano de los conocidos cocineros Isaac (El Real Balneario de Salinas) y Javier (Deloya Gastronomía) Loya.

Entre los distinguidos de este año están Oriol Castro, Mateu Casañas y Eduard Xatruch, Premios Nacionales de Gastronomía al Mejor Jefe de Cocina; Sara Fort, Mejor Directora de Sala; Raúl Miguel Revilla, Mejor Sumiller 2023; Hilario Arbelaitz, Toda una vida; y Amaya Cervera, Mejor Comunicación Gastronómica. Entre los últimos asturianos premiados figura el cocinero Nacho Manzano, Premio Nacional de Gastronomía en 2021.

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