El ejemplar mensaje que dejó Puri, la maestra muerta por el kamikaze de la AS-II: "Era todo amor, no querría que odiáramos"

Vecina de Gijón de cincuenta años, publicaba relatos, practicaba taekwondo, le gustaba la meditación y derrochaba cariño en el colegio de Lastres donde trabajaba: "Era una madre para los niños"

J. Quince

Se llamaba Purificación Ramos Villagrasa, la llamaban "Puri" y era "todo amor, alegría, sonrisa, cariño". Lo dicen sus tres hermanos, María José, Almudena y Pedro José. Y lo corroboran sus amigos, sus compañeros de trabajo y de actividades deportivas y, en definitiva, todos los que la conocían bien. Para comprender cómo era Puri, la mujer fallecida en la autovía AS-II, basta con resaltar lo que dijo ayer su hermana María José: "Sabiendo como era ella, no quería que odiáramos a nadie". Ni siquiera al kamikaze que provocó su muerte.

Era "maestra con todas las letras, de vocación, de amor a los niños y al trabajo", subrayaba ayer su hermana Almudena en el tanatorio Los Arenales de Oviedo, donde se velaba el cadáver, que será incinerado hoy. Puri, que había cumplido medio siglo de vida, mantenía su espíritu juvenil y su amor por el deporte, por los animales y por la vida. "Compartía todo su amor y todo su cariño con todos", en especial con los niños, con sus alumnos de Lastres, que la veían "como una madre".

Llevaba 18 años como maestra de Educación Infantil, los dos últimos en Lastres. "Le gustó tanto aquella escuela tan chiquitina que repitió", indicaba su hermana María José. Antes Puri había ejercido en lugares como Villalegre (Avilés), donde también trabaja en la actualidad como maestra su hermana Almudena, en Tineo o en Los Campos (Corvera). Pese a que no había hasta ahora tradición familiar, los cuatro hermanos son educadores: las tres mujeres, maestras, y el varón, profesor universitario en Zaragoza.

Puri fue asimismo profesora de llingua asturiana, por la que sentía verdadera pasión, y ahora estaba aprendiendo catalán "solo por gusto, por saber otro idioma", apuntaban sus hermanos. "Era brillante, seguramente una mujer con altas capacidades no diagnosticadas, aunque a ella no le gustaban las etiquetas", añadían.

Tenía muchos intereses, muchas aficiones; era una persona muy activa y dinámica. Participaba, por ejemplo, en un grupo de escritura y publicaba relatos. Practicaba deporte desde siempre. Llegó a ser subcampeona de Asturias de balonmano (las tres hermanas practicaban este deporte) y era una experta taekwondista, disciplina en la que consiguió varias medallas, la última no hace mucho. Sentía también pasión por el béisbol: participaba en un grupo que sigue los partidos de ese deporte.

"Puri era todo amor, no querría que odiáramos", afirma la familia de la fallecida en la autovía

La maestra fallecida, en el centro, junto a alumnos y otros profesores en una excursión. / Álbum familiar

Más: practicaba mindfulness (meditación). Y trataba de transmitir toda su positividad a los demás. Sus hermanos recordaban ayer una anécdota: un abrazo que se dio con una compañera y que ambas consideraron "el mejor abrazo de sus vidas. Ella era así", añaden.

La principal preocupación de la familia son ahora los padres de Puri; sobre todo la madre, que ayer estaba en shock y aún no había acabado de asimilar la tragedia que ha roto sus vidas. Y es que Puri, como cada semana, había disfrutado durante la noche del viernes y parte de la madrugada de una cena familiar en casa de su madre. Y esta la vio salir de casa llena de vida. Vida que perdió solo unos pocos minutos después.

¿Qué sienten ahora los hermanos de Puri? "Sabiendo cómo era ella de corazón, sabiendo que creía en la bondad de las personas, diría que si esta persona (el kamikaze) tenía una enfermedad mental, pobre de ella", señalaba María José, que de una cosa está segura: su hermana "no querría que odiáramos a nadie. Es lo que querría escuchar de nosotros, aunque tengamos una enorme pena por dentro", añadía.

Porque Puri "siempre veía la parte positiva de la gente y de todo en general". De tal manera que "no querría que habláramos de odio. Tendrá que hacerse justicia, pero querría que estuviéramos bien nosotros y que cuidáramos a su perrita", comentaba muy emocionado su hermano Pedro José.

Purificación Ramos, a la izquierda, con dos alumnos de Lastres durante una fiesta de disfraces.

Purificación Ramos, a la izquierda, con dos alumnos de Lastres durante una fiesta de disfraces. / LNE

Llanto por una gran maestra

La comunidad educativa de Lastres quedó ayer en «shock» al conocer la trágica muerte de una de sus maestras, Purificación Ramos Villagrasa. La noticia del fallecimiento de «Puri», como la llamaban cariñosamente, y las circunstancias del mismo han causado un enorme impacto entre sus compañeros. Y es que muchos la consideraban, además de compañera, su amiga.

«Era una persona muy cariñosa, cercana y con un espíritu muy juvenil», evocó la directora del Colegio Público Matemático Pedrayes de Lastres, Lidia Granda. Sus compañeros de trabajo la recuerdan con afecto, destacando su amor por la enseñanza, su profesionalidad, vocación, implicación, empatía, solidaridad y buen humor. 

«Te daba alegría hablar con ella», «era la vocación docente personificada», «ha sido compañera y sobre todo en tan poco tiempo amiga», comentaban sus colegas de profesión por un grupo de Whatsapp. Recuerdan a Puri como una «presencia fundamental» en el colegio, donde, a pesar de llevar dos años trabajando, ya deja una huella imposible de borrar.

Era profesora interina en el centro llastrín. Tras un primer curso tuvo la oportunidad de repetir y no dudó en hacerlo: «Se sentía a gusto en el colegio, estaba muy contenta, y todos con ella», expresó la directora, en sintonía con lo que manifestaron también los tres hermanos de la educadora fallecida.

La maestra impartía clases a niños de 4 y 5 años. Mantenía un trato especial con sus pequeños alumnos: «La querían mucho, la veían como una madre. También se llevaba muy bien con los mayores, con los que tenía mucha implicación. Conectaba muy bien con todos», señaló Lidia Granda.

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