Las consecuencias del fiasco ferroviario para Asturias más allá de los Avril: sin tren madrugador y problemas por una obra

Una reducción de vías en Chamartín empuja a Renfe a una nueva operativa que obligará a unir convoyes con distinto destino

El Principado ve imposible adelantar ahora el primer Alvia de la mañana y pasa de la tibieza al ataque al Gobierno, criticando la «falta de rigor»

EN IMÁGENES: El primer tren Avril en pruebas para la Variante entra en Asturias

EN IMÁGENES: El primer tren Avril en pruebas para la Variante entra en Asturias / ÁNGEL GONZÁLEZ

El fiasco ferroviario por el retraso indefinido de los Avril dejará a Asturias sin el tren madrugador de las 6 de la mañana que reclamaban los empresarios. Y, de paso, pendiente de una obra en la estación de Chamartín que tendrá lugar en abril y podría demorar el tiempo de viaje hasta Madrid. El enésimo problema en la llegada de estos trenes, más veloces y de última generación, que recortan otros quince minutos el trayecto hasta la capital, ha provocado además un terremoto a todos los niveles. La problemática tras otro incumplimiento del Gobierno central que tiene por delante la región es compleja y mete en un embrollo al Principado, que esperaba inaugurar las nuevas frecuencias el mes que viene. Pero el retraso de los Avril no es en sí mismo el principal problema, sino que implica más.

Por un lado, está el gatillazo del tren madrugador, que iba a salir a las seis de Asturias para llegar a Madrid a las 9.30, como quieren los empresarios, que así tendrían tiempo para las reuniones de trabajo. Ese nuevo horario ha quedado descartado hasta que estén en funcionamiento los Avril, que no tienen fecha. Según el Principado, el cambio de frecuencias no podría hacerse antes, con los Alvia que operan en la actualidad. Por tanto, tampoco hay fecha para que los empresarios asturianos puedan llegar a Madrid antes, como sucede en todos los ejes de la alta velocidad. Según varias fuentes del sector, adelantar la salida de los trenes actuales sería técnicamente posible y factible, aunque de momento no está sobre la mesa.

El Gobierno regional, en todo caso, descartó ayer pedirlo. Por otro lado, la estación de Chamartín se prepara para una reducción de vías a raíz de unas obras que se unirán a las que ya están en marcha y empezarán, según las primeras estimaciones, el 8 de abril. Todavía no hay nada oficial, pero se estima que alrededor de cuatro vías del Norte quedarían bloqueadas mientras duren los trabajos, que se alargarán al menos un par de meses. Por tanto, habrá menos vías para que circulen los trenes, lo que obligará a poner en marcha un nuevo plan de transporte que ya está preparando Renfe. La compañía ferroviaria ya ha trasladado varias previsiones a los maquinistas, según fuentes ferroviarias, para que el servicio se vea afectado lo menos posible durante las obras. Uno de los planes alternativos es que los trenes con distintos destinos puedan salir unidos de la estación, compartiendo las vías, para separarse luego y continuar sus trayectos. Por ejemplo: un tren que va para Oviedo podría ir unido a otro que parte hacia Galicia hasta Segovia, y separarse ahí para que cada tren siga su trayecto. Esta es una de las opciones que maneja Renfe, que lógicamente supondría perder algo de tiempo en este proceso. Sea como sea, la compañía tiene la previsión de mantener los trenes actuales en Asturias y no quitar frecuencias.

Aún así, el temor en muchos sectores, sobre todo sindicales, es que teniendo en cuenta estas obras sea muy complicado que Asturias tenga las seis frecuencias prometidas –tres Avril y tres Alvia– en un corto plazo de tiempo. De hecho, las previsiones más optimistas hablan de disponer todo el servicio prometido para el verano, aunque nadie se atreve ya a dar una fecha oficial.

Paralelamente a las obras que se avecinan, está el asunto esencial: la falta de disponibilidad de los trenes Avril, que el Ministerio y Renfe achacan a Talgo, que es la empresa constructora. Esta compañía ha optado por el silencio en todo este fiasco. Consultada por LA NUEVA ESPAÑA, la empresa optó por no dar ninguna versión sobre los retrasos, por los que Renfe pide una indemnización de 116 millones de euros y otros 50 por lucro cesante. Los nuevos convoyes están realizando las pruebas de fiabilidad, sobre las que la compañía ferroviaria exige un porcentaje del 97 por ciento. Durante esta semana, hubo incidencias en al menos tres pruebas, lo que no quiere decir, sostiene Renfe, que los trenes sean defectuosos. Lo que exigen el Ministerio y Renfe a la compañía, con la que tuvieron una tensa reunión el jueves que precedió al gran fiasco, es claridad en los plazos, poniendo el foco en la «ineficiencia e incoherencia del proyecto».

Con todo este panorama, el Principado pasó ayer de la tibieza al ataque más contundente hacia el Gobierno central. Si el jueves Adrián Barbón se limitó a decir que esperaba que los trenes llegasen lo antes posible y Alejandro Calvo, consejero de Fomento, fue el más optimista con los plazos, sin descartar que pudiesen funcionar incluso tras el 31 de marzo, tal y como estaba previsto, este viernes el Principado criticó la «falta de rigor» del Ministerio de Transportes de Óscar Puente, por la gestión en todo este caso y su comunicación con Asturias. Según dijo Calvo, el miembro del Gobierno regional que lidera las conversaciones, la posición inicial del Principado se debió a que el jueves, tras la reunión de Renfe y Talgo, todavía no conocían el alcance de este nuevo revés, pese a que el Ministerio ya transmitió los peores presagios tras el encuentro.

El Consejero fijó ayer la nueva posición del Ejecutivo asturiano en una comparecencia en Presidencia que no estaba prevista, después de un rosario de reacciones desde la oposición, empresarios y sociedad civil. «Compartimos el cansancio de la sociedad asturiana y estamos llegando ya a un nivel de enfado. El Gobierno de España tiene que saber que los asuntos de Asturias tienen que tratarse con seriedad y rigor», dijo Calvo. «Esta segunda fase de la alta velocidad no depende únicamente del Ministerio, pero no nos valen excusas», recalcó el Consejero, que pidió «una reunión urgente con el Ministerio para tratar este asunto». Calvo dijo compartir el «hartazgo y enfado» de todos los asturianos y repitió reiteradamente que exigirá saber los nuevos plazos para los Avril. Y justificó la reacción tardía del Gobierno porque, según dijo, no tenían la suficiente información. «Trabajamos con datos y con hechos oficiales, la información en tiempo real no existe», indicó Calvo, que admitió que el «nivel de interlocución (con el Ministerio) a lo largo de la tarde fue deficiente». Según desveló, en las primeras conversaciones con el Ministerio por este asunto, al Principado se le transmitió que el retraso «era algo muy limitado. «Se nos dice: ‘no os preocupéis, porque la operativa sigue siendo la oficial, y alrededor del 31 de marzo estará (la nueva oferta)’». El Consejero, que según dijo habló con el Ministro Puente, aseguró que el hecho de que el equipo de Transportes estuviese en el extranjero de viaje oficial dificultó todo el proceso. En todo caso, Calvo fue claro: «No podemos permitir que se nos traslade una información con falta de rigor».

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