Opinión | En corto y por derecho

Del opio del pueblo a la corbata llegada de Escocia

La política asturiana está de lo más intensa, tanto que en una comisión de Educación del parlamento asturiano un diputado de Vox, Javier Jové, "con acento en la é", como él mismo corrigió al presidente de ese comité, José Luis Costillas, preguntó a la consejera de ese ramo, Lydia Espina, si creía que la religión era el opio del pueblo. Una máxima de Karl Marx a primera hora de la tarde en la Junta General. Por un momento me sentí un chaval en clase de Filosofía de COU. Melancolías aparte, esa pregunta iba del supuesto desinterés de la Consejería de Educación en la asignatura de Religión y por extensión en los profesores que la imparten. Replicó la consejera Espina que no iba a entrar al trapo "del tuit, titular o eslogan" que, desde su punto de vista, buscaba el parlamentario de Vox "para ridiculizar la educación asturiana en uno de sus momentos de gloria". El debate subió enteros cuando Jové habló de las estadísticas que atribuyen mayores cotas de felicidad a las personas religiosas o de que las mujeres católicas tienen medio hijo más de promedio y se divorcian menos que las que no lo son. Cómo sería que Gloria García, diputada del PP y profesora de Religión en excedencia, aprovechó el inicio de una intervención suya para pedirle a su homólogo de Vox: "Mejor no nos defienda". Fue tras declararse madre y divorciada, "aunque me falta media hija", informó.

El presidente Barbón informó de otra cosa en su red social: anteayer estrenó la corbata que le regalaron en el Festival Intercéltico de Avilés y Comarca. Hecha (para el certamen) con la tela del tartán diseñado específicamente por la Authority Scotland Tartans, la corbata hace guiños en sus colores a las banderas de Asturias y de Escocia y al escudo de armas del Principado. "Un tartán –los colores de las típicas faldas escocesas y otros atuendos– define un clan, una familia, una tribu...", escribió Barbón. A lo Braveheart.

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