Celebramos hoy el Día Mundial del Turismo, una jornada promovida por la Organización Mundial de Turismo (OMT) que este año quiere sensibilizar sobre el turismo accesible con el lema, "Turismo para todos". Un 15% de la población mundial vive con algún tipo de discapacidad, un colectivo importante que ya de por sí justificaría políticas de accesibilidad, pero es que, además, hay ahí un gran mercado potencial y una magnífica oportunidad de negocio. La accesibilidad es un asunto importante que el sector y la sociedad tienen que abordar de forma paulatina y sostenible, garantizando siempre el sentido de nuestras empresas y la rentabilidad de los negocios.

En Asturias celebramos el Día Mundial del Turismo después de un verano donde se han registrado buenas cifras de ocupación y una sensación general de entusiasmo, principalmente porque además del número de visitantes, se ha percibido una paulatina recuperación en los precios que habían experimentado un importante descenso en los últimos años, aunque aún sin alcanzar las cifras previas a la crisis.

Es decir, ha sido un buen verano pero posiblemente no tan excelente como pudiera parecer por el entusiasmo general expresado por nuestros políticos. Desde la representación empresarial del sector tenemos la obligación de no dejarnos llevar por unas buenas sensaciones y analizar fríamente cual es la situación real de nuestro sector en Asturias y compartirlo con la sociedad.

Y la realidad es que es verdad que estamos mejorando, que los niveles de ocupación en las fechas claves del verano (pero lo que llamamos verano en Asturias son dos meses) han sido altos, y que se está produciendo una ligera recuperación de los precios. Pero también es verdad que la afluencia de visitantes se circunscribe a pocas semanas al año y que en precios, por ejemplo, Asturias es la comunidad con las tarifas más bajas de toda la España Verde.

Y estas afirmaciones no suponen instalarse en el pesimismo, ni buscar únicamente lo negativo. Es situarse ante la realidad para hacer un análisis serio y ver cuáles son las necesidades y qué políticas hay que articular para seguir mejorando. Observamos que en Asturias hay ciudades que no tienen política turística en ninguna dirección. Lo único que hacen es ofrecer grandes titulares o bonitas fotos en pleno verano, pero el resto del año no se preocupan del Turismo.

La competencia desleal sigue siendo una lacra que nos invade y cuando no son ferias o fiestas, que llevan toda la vida sin que nadie se las cuestione, son nuevos eventos que se inventan para modificar los modos de consumo de los asturianos, pero que difícilmente traen turistas de fuera de la región. Y, sin embargo, muchos de nuestros políticos lo apoyan.

Si queremos que el Turismo sea un pilar estratégico de esta región, que conviva en eficiencia junto a los motores primordiales de la economía asturiana, debemos apostar todos por él. Debemos tener un presupuesto regional digno para un sector que da empleo a 35.000 personas en Asturias. De que así sea es responsabilidad de todos los diputados asturianos y no solo del Gobierno.

Es momento de abandonar los grandes titulares y pasar a la acción ya.

Ese análisis es necesario. Por eso, desde el sector empresarial demandamos la creación de un observatorio turístico regional donde se den respuestas a estas preguntas. Un observatorio que recoja y analice los datos, donde estemos sentados todos los agentes que pueden o deben de opinar sobre nuestro sector y, lo más importante, se desarrollen propuestas que configuren las políticas turísticas futuras tanto regionales como locales.

Otro de los aspectos que requieren también una reflexión es el que afecta a la formación. Gobierno, sindicatos y empresarios coincidimos en considerar de suma importancia el desarrollo de un programa de formación que, por un lado, forme a trabajadores para el acceso a puestos de trabajo específico con el conocimiento suficiente, y por otro, dirigido a los trabajadores en activo para que puedan aprender nuevas habilidades cada vez más imprescindibles en un mercado tan cambiante como el turístico y promocionen en su trabajo.

Es necesario el impulso y la potenciación de la actualización de conocimientos de los operadores, gestores y directivos del sector turístico asturiano. Una formación 2.0, que forme profesionales con capacidades múltiples que domine idiomas, redes sociales, sepa comunicar para que persuada al visitante... Al final se trata de conocer qué habilidades demanda el sector ahora y en el futuro y, convenientemente sistematizadas, puedan ofrecerse en un nuevo programa formativo que nos haga ser un sector competitivo e innovador.

Y como digo, todas estas propuestas requieren de una auténtica apuesta de las administraciones públicas por el turismo que se demuestran, más allá de las consabidas declaraciones sobre la importancia del turismo para la economía local y regional, en su reflejo en los presupuestos de los ayuntamientos y del gobierno del Principado de Asturias. Debemos tener en cuenta que el sector actualmente da empleo a más de 35.000 familias, y alcanza un porcentaje del 10% del PIB regional.

Tenemos una Asturias muy atractiva, bien conservada, con recursos naturales privilegiados y que entre todos, y a lo largo de generaciones, hemos sabido conservar. Una Asturias que nos hace a todos los asturianos sentirnos orgullosos. Eso es gracias a todos y debe ser reconocido.

Para terminar quiero felicitar en este Día Mundial del Turismo al conjunto de los 35.000 trabajadores asturianos que con su trabajo hacen que esta actividad sea cada día más importante para e l desarrollo de nuestra comunidad.