Amaya P. GIÓN

Investigadores del Centro Tecnológico del Acero y de los Materiales Metálicos de Avilés colaboran en un ambicioso proyecto relacionado con la construcción del reactor experimental ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor), el segundo proyecto más caro de la historia tras la estación espacial internacional. Se trata del primer reactor experimental para la obtención de energía por fusión nuclear. Su objetivo: proporcionar una fuente de energía abundante, segura y responsable con el medio ambiente. Según los expertos es la solución a los problemas energéticos del planeta.

Un grupo de investigación asturiano formado por cuatro personas (de la Universidad y científicos del Centro del Acero de la Fundación Itma) y liderado por el catedrático de Ciencia de Materiales e Ingeniería Metalúrgica de Universidad de Oviedo, Javier Belzunce Varela, trabaja para el ITER a través del proyecto «Consolider Tecno-Fus». Su misión consiste en el desarrollo y caracterización del acero «eurofer», un material especial de actividad reducida que debe ser capaz de soportar durante la vida del reactor condiciones extremas, como altas temperaturas y fuertes dosis de irradiación de neutrones de muy alta energía. Este acero tendrá una función primordial en el reactor, ya que será el material utilizado en la barrera de confinamiento de la estructura, según las fuentes consultadas.

El proyecto «Consolider Tecno-Fus» -de tres años de duración y liderado por el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas- implica a más de cien investigadores de doce instituciones (universidades y centros públicos y privados de investigación), así como a 19 grupos de investigación repartidos por todo el país. Su presupuesto asciende a 2,5 millones de euros y se dedicará alrededor de un tercio de esta suma a la formación de investigadores en este campo. Se trata de un plan integral sobre energía de fusión, donde se realizarán innovaciones sobre computación neutrónica, se estudiará el diseño termomecánico y termomagnético de estos reactores y la extracción de calor del reactor y se diseñarán y fabricarán los materiales necesarios, además de los correspondientes análisis de seguridad. En el Centro del Acero y Materiales Metálicos, ubicado en el polígono de la ría, investigan el desarrollo de nuevos aceros para el reactor.

El ITER pretende demostrar que es posible generar en la Tierra energía por fusión nuclear (el mismo proceso que ocurre en el sol) y utilizarla como una fuente ilimitada de suministro energético. El objetivo final es aplicar el ITER a escala comercial. Los expertos afirman, además, que su impacto medioambiental sería mínimo. El ITER se construirá en la localidad francesa de Candarache, próxima a Marsella, y costará 10.300 millones de euros en la próxima década. El reactor se basa en la fusión nuclear y se perfila como una de las tecnologías para generar energía relativamente limpia y barata. El objetivo del proyecto es probar todos los elementos necesarios para la construcción y funcionamiento de un reactor de fusión nuclear, que serviría como demostración comercial. Los actuales socios del consorcio son la Unión Europea, Rusia, Estados Unidos, Japón, China, Corea del Sur e India.