El puerto de Avilés ha cerrado la estadística de actividad referida a 2019 con una declaración de tráficos de 5.146.027 toneladas, en línea con el objetivo marco que lleva tiempo siendo lograr acercarse, o superar, los 5 millones de toneladas. Hay que remontarse doce años atrás, a 2007, para encontrar una cifra mejor; en aquel ejercicio se declararon 5.605.598 toneladas, uno de los mejores datos de la serie histórica reciente. De este modo, la Autoridad Portuaria de Avilés logra volver a los niveles de actividad previos al estallido de la crisis que puso patas arriba la economía española, y con ella la actividad industrial de la que el puerto avilesino es tan dependiente.

La explicación de este buen resultado de actividad radica en el extraordinario comportamiento de los muelles de Arcelor, que mejoraron sus cifras de 2028 un 28,61 por ciento. Según fuentes portuarias, un hecho a priori malo para la economía asturiana (la paralización de uno de los hornos altos de Gijón en respuesta a la caída de la demanda de productos siderúrgicos) fue "bueno" para el puerto de Avilés dado que Arcelor tuvo que importar más "slabs" (planchones) de acero para sus líneas de productos planos y esos pedidos entraron en Asturias por la ría de Avilés. En total, los muelles siderúrgicos de la dársena de San Agustín movieron el año pasado 920.161 toneladas (en 2018 fueron 715.473).

La mejoría de los tráficos relacionados con el acero amortiguaron la caída a prácticamente cero de los tráficos que originaba la multinacional del aluminio Alcoa. Durante 2019, en el muelle de San Balandrán (el que da servicio a la aluminera) solo se descargaron 8.542 toneladas, un 92,7 por ciento menos que en 2018, cuando ya con Alcoa herida de muerte se movieron 116.983 toneladas. En febrero de 2019, Alcoa paró las cubas donde fabricaba aluminio y cesó la entrada de materia prima por el puerto, situación que se mantiene con el nuevo propietario de la fábrica, el fondo de inversión Parter Capital.

Al margen del buen comportamiento de la actividad siderúrgica, la escalada de los tráficos portuarios a niveles anteriores al inicio de la gran crisis no hubiera sido posible de todos modos sin el mantenimiento de otros tráficos importantes para el puerto en cifras satisfactorias: el mineral que importa Asturiana de Zinc, las exportaciones de abono, la importación de carbón y el movimiento de piezas eólicas y otras fabricadas en los talleres de calderería pesada de la ría.

Atendiendo al reparto de los tráficos portuarios a sus características físicas, los graneles sólidos (como los minerales) aportaron 2,80 de los 5,15 millones de toneladas cargadas o descargadas en el puerto durante 2019 (el tonelaje se redujo un 11,86 por ciento); los graneles líquidos experimentaron una mejoría del 15,78 por ciento (717.949 toneladas frente a las 620.106 de 2018); y el capítulo de mercancía general (que agrupa, por ejemplo, a las piezas eólicas y los productos siderúrgicos), generó un tráfico de 1,57 millones de toneladas, un 34 por ciento que el año anterior.

El presidente del Puerto, Santiago Rodríguez Vega, expresó su satisfacción por el logro del objetivo propuesto (superar los 5 millones de toneladas) y dio por sentado que con estos datos "tenemos la seguridad de que el resultado económico será positivo, lo que nos permitirá disponer de recursos para acometer las obras previstas en el plan de inversión del año, por importe de 11 millones".