"El tiempo nos pondrá donde nos merecemos, para bien o para mal". Con este lacónico mensaje se despedía ayer, en una carta por escrito dirigida a LA NUEVA ESPAÑA, Pepe Hevia, el organizador del Festival Internacional de Longboard de Salinas, que puso a la localidad castrillonense en el mapa de la tradición surfera durante las dos últimas décadas.
La suspensión de la edición de este año ha llevado a los responsables del evento a agradecer los apoyos recibidos en los últimos días, pero también a lanzar un mensaje para las autoridades locales acerca del criterio técnico que llevó a tomar la decisión de suspender el festival. "Su impacto económico para la comarca era de 3 millones de euros", recordó Hevia. "No creo que se pueda renunciar a algo así", abundó antes de pronunciarse sobre las palabras del concejal Iván López cuando justificó la decisión del tripartito con estas palabras: "No queremos otro Madrid Arena". "Aludir a la seguridad es un comodín fantástico", señala el organizador de la cita.
"La cuidamos año tras año", remarca en su carta de despedida tras aludir a lo "injusto" de que se les relacione con el colapso producido en el pabellón deportivo de Madrid. Y añade al respecto: "La credibilidad de veinte años se pierde en un minuto", dice sobre el perjuicio económico que supuso "desmontar todo a 24 horas del inicio".
Por el momento no quiere concretar más sobre el futuro del Festival Longboard. Únicamente celebra "la marca" que consiguió dar a Salinas "como destino de surf". "Cuidadla", pide Hevia en su adiós. "Si hubiera habido voluntad real de sacar el festival para adelante, hubiera sido tan fácil como recibir una llamada convocándome al ayuntamiento, meterme en la oficina técnica, cerrar por dentro y no dejarme salir hasta que todo se hubiera resuelto", expone en su última crítica al gobierno local.
