Falsos mitos de la dieta estival: ni se engorda más ni se hacen más excesos que en otros meses

Psicólogos y nutricionistas reconocen que en verano nos alimentamos "peor" y eso lleva a iniciar la búsqueda de un falso "cuerpo perfecto"

Ambiente a la hora de comer en una céntrica terraza de Avilés. | R. Solís

Ambiente a la hora de comer en una céntrica terraza de Avilés. | R. Solís / Sara Martínez

Sara Martínez

El verano, como la época del año en la que uno suele tener más vida social, más tiempo libre y, por tanto, menos preocupaciones y más descontrol, tiene una repercusión directa sobre la alimentación. Salir a comer a restaurantes y a tomar algo a la hora del vermú con los amigos y en familia son maneras de relacionarnos muy comunes que se practican más frecuentemente con motivo del buen tiempo y las vacaciones. "Ahora me salto las restricciones de alimentación que sigo durante el resto del año, porque esta es una época de ocio", asegura María Luisa Carceller, vecina de Avilés que, como muchas otras personas dedica su tiempo de verano con amistades a comer fuera de casa. Además, es en este momento en la que se tiende a consumir más bebidas azucaradas o alcohólicas, como suele ocurrir en las fiestas de prao" que se celebran en los meses de julio y agosto y significan un alto consumo de alcohol y el fin de las restricciones alimentarias del resto del año.

Según datos del Ministerio de Sanidad, el Principado de Asturias es la segunda comunidad autónoma con mayor número de casos de obesidad entre personas mayores de dieciocho años, suponiendo el 19,1% y siendo únicamente superada por Andalucía. En Asturias son típicas las raciones grandes y los platos altamente calóricos, como la fabada, normalmente acompañados de alguna que otra botella de sidra fresca en una terraza.

El conjunto de estas costumbres podría significar que el verano es la peor época para la siesta, pero la realidad es que no existen razones reales para creerlo y mucho menos para justificar el temor que se le tiene. Ramón de Cangas, dietista y nutricionista con consulta en la villa avilesina, explica que es cierto que el estilo de vida típico de Asturias no es el que menos calorías incluye, pero la idea de que en verano engordamos más por ello es un completo mito: "En Semana Santa, verano y Navidad es cuando la ganancia de grasa corporal es habitual. No es algo específico de la época estival", señala.

Además, el especialista añade que "las meriendas y desayunos basados en bollería industrial son uno de los factores que favorecen las altas tasas de obesidad en nuestra comunidad", siendo esto algo que puede ocurrir en cualquier momento del año, no solo en verano, precisa.

Las vacaciones estivales pueden ser una época difícil si basamos nuestra vida en contar calorías, algo que puede terminar por obsesionarnos durante el año y hacer que en los meses de julio y agosto no queramos mostrar nuestro cuerpo por no haber superado la conocida como "operación bikini", o dieta previa.

La psicóloga Marisol Delgado asegura que los trastornos del comportamiento alimentario, también conocidos como "TCA", se ven en consulta y que, debido a falsos mitos e insanas dietas, "en verano pueden empeorar, pues se incrementan de forma exponencial los mensajes relacionados con lucir el "cuerpo perfecto" . Por otro lado, agrega, es un período en el que la exposición del físico "es más evidente". Si esto lo añadimos la falsa creencia de que el verano es el momento en el que más nos arriesgamos a aumentar de talla, el resultado puede ser una obsesión que nos frene y no nos permita llevar una vida "normal", remata.

"La educación nutricional es vital para entender que lo importante es aprender a comer y llevar una vida activa para cuidar la salud, el efecto secundario será perder grasa corporal. Las dietas milagro que se realizan antes del verano pueden poner en juego la salud", sostiene Ramón de Cangas, enfatizando la idea de que el temor por el verano y la presión por seguir los cánones de belleza pueden provocar que uno se someta a dietas poco saludables.

No ayudan tampoco a tener una relación tranquila con la comida los mensajes de tipo comercial que se lanzan cuando empieza el calor y el momento de lucir bañador. "Resulta innegable cómo las redes sociales y los medios ejercen una continua y enfermiza presión transmitiendo mensajes que potencian el malestar corporal, especialmente en las nueve de cada diez chicas que padecen algún TCA. Así, las dietas restrictivas, el miedo a engordar, el control del peso y la preocupación exagerada, incluso obsesiva, por el aspecto físico se convierten en valores ‘normales’ en nuestra cultura", advierte la psicóloga Marisol Delgado.

El miedo de los ciudadanos por engordar y ser menos sanos en verano sigue estando presente, pero quizá sea ahora el momento de empezar a desmoronar esas ideas basadas en falsos mitos y creencias sobre nuestra alimentación.

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