El puerto de Avilés busca 20 millones para ampliar el espigón que evita la entrada de arena y garantiza la navegación en la ría

Santiago Rodríguez Vega advierte: "Si con estos temporales hemos perdido calado y no podemos dragar, ¿qué hacemos?, ¿cerrar?"

El dique de San Juan de Nieva.

El dique de San Juan de Nieva. / Mara Villamuza

Saúl Fernández

Saúl Fernández

La Autoridad Portuaria de Avilés tiene previsto contratar de manera inmediata el proyecto para la ampliación del espigón de San Juan de Nieva, una infraestructura que es vital para la supervivencia del Puerto. La institución portuaria no puede ir más allá de eso –contratar el proyecto–, porque, según explicó ayer su presidente, Santiago Rodríguez Vega, no puede financiar las obras precisas. No tiene dinero. "Estamos hablando de una inversión de quince o veinte millones de euros", dijo Rodríguez Vega, que ayer fue el anfitrión de una jornada de trabajo organizada por el sindicato Comisiones Obreras (CC OO) y la Fundación Juan Muñiz Zapico y que se desarrolló durante toda la mañana en el salón de actos de la institución portuaria.

Rodríguez Vega llamó al proyecto del espigón "reto". Y lo localizó entre los importantes: "Lo que queremos hacer es alargarlo otro tanto de lo que hay, una infraestructura que en alguna parte iría sumergido". La razón es que su "prolongación reduciría la necesidad de los dragados constantes", continuó el presidente del Puerto. Este del dragado es otro de los "retos" a los que se enfrenta la ría de Avilés para crecer.

El impedimento de los dragados, a diferencia de la prolongación del espigón, no es presupuestaria: "Los puertos de interés general viven de sus propios ingresos, no lo hacemos de los presupuestos del Estado. Si no somos eficientes económicamente, nos convertimos en un estorbo", señaló el primer ejecutivo de la Autoridad Portuaria. El problema de los dragados viene de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), que es un informe que emitió el Ministerio de Transición Ecológica en el que se valoran y se concretan "las condiciones que deben cumplirse durante la ejecución de un proyecto para conseguir una adecuada protección del medio ambiente y de los recursos naturales afectados", dice la ley.

"La Declaración de Impacto Ambiental (DIA) nos obliga a devolver a la playa de Salinas la arena que saquemos en el último dragado: son 90.000 metros cúbicos. Esta medida es de imposible cumplimiento porque no encontramos arena en el sistema marino", explicó Rodríguez Vega. "Si con estos temporales de la semana pasada hemos perdido calado no podemos dragar porque nos lo impide la DIA. Y sin dragar, ¿qué hacemos? ¿cerrar?", preguntó Rodríguez Vega. El calado nominal del canal de entrada en el Puerto de Avilés es de 12,8 metros.

¿Y cómo se salva este problema? Santiago Rodríguez Vega es elocuente: "Nos dice la DIA que el mismo volumen de arena que quitamos del puerto y que luego echamos al punto de vertido tenemos que devolverlo a la playa. Protesté mucho, pero sin resultado". Y añadió: "Cuando nos pusimos a buscar arena nos encontramos con que no la hay. La encontramos en Ribadeo, que tenía las condiciones de granulometía adecuada. En Ribadeo, encantados, porque nosotros les hiciéramos el dragado. Estaba todo listo, pero Costas dijo que no, que no podíamos llevárnosla de aquel entorno porque también la playa de Reinante tenía carencia. Le decimos al Ministerio: ‘usted me pone una obligación de reponer arena, pero cuando la encuentro no puedo llevármela. Si no puedo cumplirla, libéreme de esa obligación’". Y en eso está el Puerto de Avilés: con las manos atadas.

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