Alfredo González cierra su etapa como cantante en el Niemeyer

El músico mierense resumió su trayectoria en solitario, subió al escenario a Marco Castañón y hasta versionó a Bob Dylan

Alfredo González, ayer, en el Niemeyer.

Alfredo González, ayer, en el Niemeyer. / Ricardo Solís

M. N.

Alfredo González se despidió anoche como artista con nombre propio para emprender nuevos proyectos –que no desveló– en la sala Club del Niemeyer llena hasta la bandera y con dos espectadores de campanillas: el presidente del Principado, Adrián Barbón, y la viceconsejera de Cultura, Vanesa Gutiérrez.

Sólo, detrás del teclado, sobre el escenario recién remozado de los bajos del auditorio del Niemeyer, aludió a la circunstancia de la conmemoración de la jornada –el 25N: el día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres–. Recordó su propio origen: "Vengo del matriarcado", dijo antes de ponerse a cantar "Hasta las manos", aquella canción que empieza con un "igual que perros hambrientos / nos devorábamos a todas horas / haciendo un orden del caos".

Solo con voz y piano continuó con "Vivos de frío" y, seguidamente tocó una balada titulada "Corredera", en alusion a una calle de Malasaña en Madrid, e ironizó sobre aquello que dijo la Presidenta de la Comunidad de Madrid en el Congreso: "Si os imagináis a Isabel Díaz Ayuso comiendo una fruta seguro que canto mejor".

Después de un par de temas en asturiano cantó "Wikileaks", uno de sus temas más conocidos, tanto que hasta lo versionó Quique Gonzalez.

La sala estuvo entregada en todo momento y se notó bien cuando subió al escenario Marco Castañón, el músico que empezó con él. A Alfredo González le dio tiempo a hacer versiones hasta de Bob Dylan para conseguir, al final, una gran ovación.

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