Avilés se tira de cabeza al hielo

La pista de patinaje de Las Meanas triunfa, rozando el lleno, en el primer día de apertura: "Si le pillas el truco es fácil"

Noé Menéndez

Noé Menéndez

Durante unas semanas los gritos de niños en el parque de Las Meanas se moverán unos metros. Ayer se estrenó la pista de patinaje que durante los días navideños promete llenar de risa, y de algún que otro golpe, a los más pequeños de Avilés, que aprovecharon las primeras horas para hacer sus primeras internadas con los patines. "Lleva todo el día diciéndome que hoy teníamos que venir, que era lo único que quería hacer hoy", apuntó Sara Gómez, quien junto a su hijo Sergio fueron de los primeros atrevidos a lanzarse al hielo sintético.

"¿Qué es una Navidad sin una pista de hielo? Hay que venir e intentar pasarlo lo mejor posible, aunque con lo que resbala no es sencillo", bromeaba David Jiménez, que sufría horrores para mantenerse en pie encima del hielo sintético. Más habilidad demostraba Yanira Jiménez, que danzaba de lado a lado sin problema, regateando a alguno de los más pequeños que poblaban la pista. "Es una gozada tener sitios así para pasarlo bien, no puedo estar más encantada", aseguraba la avilesina, una de las que mejor desempeño tuvo durante toda la tarde.

Tanto el acceso a la pista como el alquiler de los patines es completamente gratuito, algo muy aplaudido entre los asistentes. "Es una gran iniciativa. Así se fomenta mucho más que la gente se acerque al parque a pasar la tarde. Seguro que estos días los bares de por aquí tienen más gente de lo normal", vaticinaba Lorena Menéndez, quien junto a su hija Jimena iba a probar por primera vez lo que calzarse unos patines. "Un poco de respeto siempre existe, pero al no ser hielo de verdad espero que esté un poco más blandito, por si me caigo", señala la avilesina. Otros dos debutantes eran Pelayo y Saúl García. "Como no teníamos clase decidimos venir y probar", comentan ambos hermanos, que a pesar de ser la primera vez que se atreven a patinar sobre hielo, firmaron un papel más que notable. "Pensaba que iba a ser más complicado, pero si le pillas el truco prácticamente no tiene complicación", apuntó el primero. Su hermano Saúl no opinaba lo mismo. "Yo me he caído unas cuantas veces, voy a tener hasta moratones en el culo", reconocía el más joven de los dos, que a pesar de no ser el más hábil salía de la pista con una sonrisa de oreja a oreja.

"Acaba de aterrizar de Alemania y ha sido lo primero que ha hecho, venir a patinar con su hermana pequeña", asegura sobre Evelyn Jiménez su madre, que observaba como ella y Gisselle Pla, su hermana, deslizaban sobre la pista, primero ayudadas del bordillo y luego con libertad absoluta.

Como ellas, decenas de familias decidieron echarle valor y, con ayuda o no, lanzarse en vez de a la piscina, al hielo. La sensación para todos era la misma: la pista de hielo va a dar muchas alegrías en Avilés.

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