Tinta, tijera y tinte sin salir de Piedras Blancas

Poldo Fernández y Mario Cuervo regentan un local que aúna peluquería y estudio de tatuajes en Piedras Blancas: "Hay quien hace un dos en uno"

Por la izquierda, Mario Cuervo, el cliente Daniel Alonso y Poldo Fernández. | Luisma Murias

Por la izquierda, Mario Cuervo, el cliente Daniel Alonso y Poldo Fernández. | Luisma Murias / Noé Menéndez

Noé Menéndez

Noé Menéndez

Apenas dos meses acaba de cumplir uno de los negocios más novedosos que tiene ahora mismo Piedras Blancas. Poldo Fernández y Mario Cuervo, tatuador y peluquero, respectivamente, decidieron enlazar sus caminos para crear un negocio que reúne en el mismo local sus dos profesiones. Así nació "The Code", un estudio de tatuajes y peluquería, los dos al mismo tiempo, que está triunfando en Castrillón. "Por ahora estamos muy contentos con la acogida que estamos teniendo, la gente está respondiendo", coinciden ambos.

"La idea nos surgió hace unos meses, incluso me atrevería a decir que años, pero no fue hasta diciembre que decidimos dar el paso", reconoce Fernández. Y es que ambos se conocen de toda la vida y, charlando, fueron perfilando la idea. "No es un concepto que hayamos descubierto nosotros, ya lo habíamos visto en sitios como Madrid, pero en Asturias casi no había negocios como este", señala Cuervo. Así fue como decidieron arrancar. Ambos son de Piedras Blancas, por lo que decidieron apostar por su casa para dar vuelo a su idea. "Aquí la gente nos conoce de siempre, que mejor sitio para hacer cosas que en casa. En otros lugares hay más competencia y aquí nos podemos diferenciar con más facilidad. Por eso creemos que está funcionado", apuntan.

Pero antes de unirse cada uno ya había arrancado su carrera por separado. Fernández empezó hace siete años de manera autodidacta a tatuar, aprendiendo por su cuenta y especializándose en los tatuajes lineales. Cuervo, por su parte, se formó en Gijón en una academia de peluquería y tras trabajar en Avilés y en Gijón, volvió a Castrillón para trabajar en una peluquería. A pesar de que ambos estaban en un buen momento de sus carreras, decidieron juntarse. "Al final nos ayuda a ahorrar costes y nos podemos beneficiar ambos", indican.

Mario Cuervo y Poldo Fernández, en la planta donde se hacen los tatuajes. | Luisma Murias

Mario Cuervo y Poldo Fernández, en la planta donde se hacen los tatuajes. | Luisma Murias / Noé Menéndez

Y es que, en muchas ocasiones, el que va a cortarse el pelo acaba con el gusanillo de hacerse un tatuaje. O viceversa. "Nos ha pasado varias veces, de gente que a lo mejor viene a tatuarse y descubre que Cuervo les puede cortar el pelo, y entonces piden cita para cortarse aquí. O al revés, alguien que entra a hacerse un degradado, ve que aquí también se hacen tatuajes y ya deja su cita reservada", confiesa Fernández. "Incluso hay gente que hace dos en uno y primero se pasa conmigo, acaba y va a tatuarse con Poldo", revela Cuervo.

Aunque acaban de empezar su negocio ya ha empezado a coger fama gracias al boca a boca y la reputación que traían consigo, lo que ha hecho que hasta algún que otro futbolista se acercase a Piedras Blancas a visitar el local. "Nosotros le vemos mucho futuro. Es algo que nos gustaría, si podemos, sacar fuera de Asturias", reconocen. Además, los interesados pueden incluso hacerse piercings en el local avisando con tiempo. Para ellos la clave de su éxito está en el buen trato y en conseguir llamar la atención. "Al final, si haces lo mismo que todo el mundo nadie se fija en tí. Nadie se espera ver un estudio de tatuajes y una peluquería juntas, por lo que da que hablar a la gente y, aunque sea por curiosidad, acaban entrando", confirman. La simbiosis entre tijeras y tinta triunfa en Piedras Blancas.

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