Rodrigo Cuevas lo peta en Avilés este fin de semana

El músico asturiano actúa tres días en el Niemeyer, a lleno diario, antes de viajar a Francia, Suiza y Colombia

Rodrigo Cuevas.

Rodrigo Cuevas. / Irma Collín

Saúl Fernández

Saúl Fernández

Rodrigo Cuevas lo sabe: por donde va, triunfa. Este fin de semana es el suyo en Avilés: mañana, jueves, el viernes y el sábado tiene previsto montar tres romerías consecutivas en el teatro del auditorio del Niemeyer. La primera empieza a las 20.00 horas y las otras dos, a las 20.30 horas. "Con la tercera colgamos el cartel de no hay localidades en diez minutos", reconoce el músico asturiano del momento. "Lo mismo es porque los de casa querían participar de la fiesta", añade. Y es que Cuevas, "agitador folk", premio Nacional de Músicas Actuales, últimamente se prodiga poco por su tierra. Y eso crea melancolía entre los que le siguen. "Saben lo bien que se lo van a pasar en la romería", apunta y así cualquiera no corre directo a comprar una entrada (no hay ninguna).

Trae bajo el brazo su "Manual de romería", el mejor de sus tres discos. "Sabía cuando empecé que quería unir la música tradicional con la electrónica, lo que no tenía tan claro era lo de componer: ahora no hago más que componer", apunta. "Son canciones para el próximo disco", aclara porque la pila de esta publicación de ahora tiene cuerda para rato. "Para todo este año, por lo menos", apunta.

La gira que viene después de estos tres conciertos "increíbles" en Avilés es, cuando menos, esplendorosa. El día 6 tiene previsto salir al escenario del Gran Teatre del Liceu, en plenas Ramblas, en el templo de la ópera, el de la Caballé y de todo lo grande. Y luego, Francia, Suiza. En junio, Colombia. Tiene reservado para el próximo enero el Wizink Center de Madrid: 14.000 espectadores. O más.

Promete "darlo todo" estos tres días "cuevinos" en el Niemeyer. "Vamos de fiestón en fiestón", reconoce. "No puedo estar más contento de lo que estoy", añade. Echa la vista atrás y ve que su evolución musical no ha sido tan rápida. "Es verdad que en 2017 tocaba en los bares y que ahora voy de teatro en teatro, pero ha sido poco a poco. Ha habido dos discos más que este, tres giras… Pienso que ha sido un trabajo muy continuo", explica. “Esto cambió cuando empecé con las ferias de teatro: me empezaron a llamar…", añade. Pero no cuenta que el "trabajo continuo" no da siempre en un premio nacional, en entrevistas en medios especializados. "En ‘Rockdelux’ eligieron mi disco como el mejor del año pasado… Es increíble". ¿Y cómo es que triunfa en Francia? "Porque los franceses son gente de muy buen gusto", responde así como si nada.

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