Suerte dispar para las cofradías de Semana Santa que protagonizan el Viernes Santo

Con la procesión del Resucitado, en caso de que la lluvia permita celebrarla a partir de las 22.30 horas, se pone esta noche punto final a una Semana Santa avilesina brillante en el capítulo organizativo, notable en cuanto a seguimiento popular y, lamentablemente, irregular en lo que respecta a cumplimiento del programa procesional. El problema no fue tanto el frío, una variable que los cofrades no llegan ni a considerar, como la lluvia que impidió el desarrollo de las procesiones del Santo Encuentro y el Santo Entierro y mojó de forma «tolerable» las de San Pedro y la Tercera Palabra.

Pero como el agua es habitual compañera de viaje de la Semana Santa de Avilés, las cofradías pusieron en marcha los «planes B» que siempre tienen preparados a modo de consuelo para cuando fracasa el plan de salir en procesión. Así, los cofrades de San Juan y el Santo Entierro hicieron el viernes el Desenclavo dentro de la iglesia de San Nicolás mientras caía agua «a jarraos» en la calle. Y la novedosa interpretación de la canción «La muerte no es el final» se mantuvo, solo que también dentro del templo.

En ausencia de procesión del Santo Entierro y después de haberse quedado también en casa la del Santo Encuentro –las dos en las que participan–, los cofrades de La Dolorosa le rindieron honores musicales el viernes por la tarde en la campa de San Francisco con la banda de tambores y cornetas dando el do de pecho bajo el aguacero. También se sintieron frustrados los cofrades de San Juan, que este año se quedaron sin «bailar el santo» por la suspensión de las dos procesiones en las que el apóstol es llevado a hombros con un característico movimiento de balanceo. Al menos, los «sanjuaninos» se resarcieron sacando a la calle el jueves por la noche el paso de la Tercera Palabra pese a la gran incertidumbre meteorológica.

La tamborada de Viernes Santo en la plaza del Ayuntamiento se puso celebrar con total normalidad, lo mismo que la procesión nocturna de La Soledad por las calles de Sabugo. La Virgen cumplió el protocolo procesional arropada por una muchedumbre que se concentró especialmente en los dos puntos de itinerario donde se cantan las salves a la Madre: la Marinera en la plaza del Carbayo y la Popular en la plaza La Merced, cuando el paso encara ya los últimos metros de su recorrido.