El viento no frena el hambre de Comida en la Calle en Avilés: "Nada nos va a quitar de disfrutar"

“Por mucho viento que haya, nada nos va a parar. Hoy es un día de disfrutar”. Aunque muchos se tenían que sujetar el pañuelo de Asturias para que no saliese volando, nadie se quiere perder una nueva edición de la Comida en la Calle. Aunque durante momentos cayeron un par de gotas que hicieron a muchos temer lo peor, finalmente más de 15.000 personas pudieron sacar su mantel a las calles y disfrutar de uno de los días más importantes para cualquier avilesino.

Tres, dos, uno... ¡a comer!: más de 20.000 personas toman las calles de Avilés en el gran banquete del Bollo

Alrededor de las doce los más madrugadores ya se acercaban a sus mesas para prepararse para la hora de comer. “Hay que venir pronto, no vaya a ser que nos quiten el sitio”, señalaba Adolfo Fernández, que quería aprovechar para “tomar el vermú con los amigos, que hoy es día de celebrar”. A su lado estaba Marisa Artime, que se afanaba en sacar las empanadas y las tortillas. “Hoy es uno de esos días en los que da gusto cocinar. Nos juntamos toda la familia, es un día especial”, apuntaba la avilesina, que juntó en su tablero a quince familiares.

VÍDEO: animación previa a la Comida en la Calle del Lunes de Pascua en Avilés

Subiendo por la calle Galiana muchos ya echaban manos a la botella de sidra. “¿Qué es una Comida en la calle sin unos culinos?”, indicaba Mateo González, que junto a sus amigos repartían sidra a aquel que la quisiese probar. “Hoy es un día para compartir, que así la fiesta es mucho más entretenida”, apuntaba Miguel Coto mientras sacaba unos postres que le había preparado su madre. “Como tenga que ponerme yo a cocinar creo que acabamos todos intoxicados”, bromeaba.

EN IMÁGENES: el ambiente en la Comida en la Calle de Avilés

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Y es que los avilesinos y cientos de visitantes llegados de toda Asturias han tomado las calles del casco histórico con el propósito de comer y divertirse en la multitudinaria Comida en la Calle del Lunes de Pascua. Salen de su casa cargados con tortillas, empanadas y filetes rusos, entre otra viandas, para compartir mesa con sus convecinos en el casco histórico de la ciudad. No faltan la sidra y, por supuesto, las ganas de fiesta.

Hay reservadas 15.000 plazas en un total de 29 calles y plazas de la villa, que este año estrena dos nuevos emplazamientos: el parque del Muelle y la plaza de Pedro Menéndez, recientemente renovados. La Comida en la Calle cuenta además con animación de fanfarrias y charangas y actuaciones musicales de pequeño formato en la plaza de Carlos Lobo, la plaza de Hermanos Orbón, la plaza del Carbayo y, como novedad, el parque del Muelle y Rivero. Para celebrar esta fiesta, la organización ha colocado 3.750 caballetes y 1.250 tableros, que alcanzan una longitud de casi cinco kilómetros.