Circo político

La unidad y solidaridad de un país a través de la labor de sus dirigentes

La pérdida de confianza en las formaciones políticas afecta a todas, sin excepción. Credibilidad es la tarea pendiente que deberían de trabajar todas las formaciones. La confianza se tarda mucho en conseguir, sin embargo, para perderla basta un instante.

Si preguntásemos cuál es el político ideal, posiblemente diríamos que aquel que gana elecciones, al igual que el mejor futbolista diríamos que es el aquel que mete más goles. Continuando con la reflexión si ahora nos preguntamos sobre las cualidades necesaria para ganar elecciones, ¿cuál sería la respuesta?

Un dirigente político habría de ser capaz de reunir un mínimo de ciertas cualidades, integridad, honestidad, coherencia a partes iguales y no menos importante capacidad de diálogo, de escucha, empático. Pero ¿cómo ve la ciudadanía a los políticos, que percepción se tiene de ellos?

El político ya no se ve como alguien que sirve a la colectividad o a la comunidad, la percepción que se tiene de la política es de la lucha por el poder, con todos los condicionantes negativos de éste, y sin duda casi todos hemos escuchado alguna vez esa frase de "todos son iguales".

¿Cuáles son las razones para este declive? Promesas electorales incumplidas sistemáticamente, corrupción cuasi generalizada, demagogia y el uso de la mentira como herramienta habitual serían algunas de las causas que nos impide ver a la política como una noble actividad, que no profesión.

Ahora que se acercan las elecciones volverán las promesas electorales, aquellas que el político arroja con el ánimo de ganarse las elecciones pero que una vez electo, son incumplidas, a modo del dicho: "donde dije digo, digo Diego". Nos hemos acostumbrado a que nos engañen y casi no nos parece tan grave.

A modo de ejemplo, Pedro Sánchez, en las pasadas elecciones dijo que nunca gobernaría con Podemos porque no podría dormir. Dijo que nunca pactaría con ERC o Bildu. Decía defender la separación de poderes. ¿Qué pasó después? Se gobierna en coalición con Podemos y tenemos como socios habituales a ERC y Bildu, y en relación a la separación de poderes, creo que es necesario recordar los ataques que ha sufrido el Poder Judicial en la presente legislatura, sin duda nunca había sido tan cuestionado. Estas afirmaciones son, como se dice en una sentencia, hechos probados.

Si es un hecho probado que nos ha mentido, la pregunta es, ¿podemos creerle cuando le volvamos a escuchar "sus promesas electorales"?

Si es grave el incumplimiento de las promesas electorales, sin duda la corrupción es otra de las causas del descrédito en los políticos. En las últimas semanas el "caso Mediador" ha sido centro de la actualidad política. Mordidas y extorsiones a empresarios ganaderos y alimentarios en Canarias. El mediador, nexo entre los políticos y empresarios habla de drogas, sexo, fiestas, sin tapujos. El exdiputado del PSOE Tito Berni, su sobrino, y un general de la Guardia Civil completan los personajes de esta película de miedo cuyo final aún podría traer alguna que otra sorpresa.

Vaya por delante mi opinión sobre que la corrupción no es patrimonio de ninguna formación política, por mucho que las formaciones de izquierda enarbolen la bandera de la honestidad, ya se sabe que en todas las casas cuecen habas y en la mía a calderadas.

Es absolutamente necesario que no se dé la imagen de la impunidad de los políticos, de estar por encima de la ley y por supuesto un mayor compromiso de todas las fuerzas políticas contra la corrupción, que no puede continuar como arma arrojadiza o instrumento para la obtención de rédito electoral y si ha de ser un enemigo común a batir.

Cuestión importante es marcar el objetivo de la política como satisfacción del interés general, solucionar los problemas de la comunidad, algo obvia verdad, al menos es fácil de entender. ¿Busca el interés General el Presidente de España, cuando para poder gobernar se alía con aquellos que no buscan el bien general, sino el de una parte de esa generalidad, es decir, cuando no se respeta la solidaridad? Bonita palabra, sin duda.

Artículo 2 de la Constitución Española: "La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas".

Si leemos con atención este artículo, creo que no hay mucho más que decir, sólo mirar los acontecimientos de esta legislatura y ver si la unidad de España se ha cuestionado más que en otras legislaturas, o comprobar si la solidaridad entre las diferentes comunidades autónomas se ha reducido o por el contrario aumentó.

Cumplir las promesas electorales, compromiso contra la corrupción, satisfacción del interés general, credibilidad, son requisitos necesarios para que los políticos tengan una mayor imagen y añadiría además respeto. Cualidad esta última en la que esta legislatura que está a punto de acabar ha sido la gran ausente. Permítanme una pequeña maldad, Ángela Rodríguez, Secretaria de Estado de Igualdad, publica en las redes un vídeo con la manifestación del 8-M en donde un grupo de jóvenes cantan: "Qué pena me da que la madre de Abascal no pudiera abortar". La sonrisa de la Secretaria es evidente en el citado vídeo, no se puede ser más irrespetuoso.

En fin, las elecciones ya están ahí, comienza el espectáculo, que es lo que marca la política actual. Sin contenido, sin partidos de Estado que sepan anteponer el interés general a los suyos partidarios, mientras los que pretendan destruir el sistema tengan poder decisorio, lamentablemente aumentará el circo en la misma proporción que la democracia se debilitará. El ciudadano ha de ser más exigente con los políticos, ya lo dijo Platón, hace mucho: "El precio de desentenderse de la política es el ser gobernado por los peores hombres", pero hay que adaptarlo a nuestros tiempos para que nadie se moleste: los/las/les peores gobernantes (en estas dos últimas palabras me ayudó la RAE en el tema de la igualdad) … menos mal.

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