Amantes de libros, amantes de palabras, amantes de historias

Todo lo que la lectura nos puede aportar

Marisol Delgado

Marisol Delgado

De pequeña nadie me obligaba a leer.

Pero en mi casa había libros. Libros de mis hermanos mayores. Libros que, tras cada visita del comercial del Club de Lectores, llenaban las estanterías de detectives de toda condición y pelaje, de jóvenes amantes de la aventura, de familias en dificultades, de revoluciones populares, de incomprendidos monstruos con buen corazón, de inhóspitas islas desiertas, de tesoros de tumbas egipcias, de planetas remotos plagados de criaturas intrigantes …

Doy gracias a la vida por haberme dado la curiosidad de acceder a esas lecturas y por haberlas tenido tan a mano. La fuerza de voluntad y la valentía de caminar casi tres kilómetros de noche para ir a la biblioteca pública no deja de ser una hazaña solo al alcance de un grande como José Saramago.

Ya sé que está muy manido eso de decir lo de que abrir un libro es abrir una ventana al mundo, adentrarnos en mil y una vidas, en mil y una historias, sumergirnos de lleno en apasionantes relatos, pero no me negarán que es condenadamente cierto.

Los libros nos hacen reír, nos hacen llorar, nos hacen pensar, nos llevan a soñar con los ojos abiertos y nos permiten viajar, pues, como decía Emily Dickinson, "para viajar lejos no hay mejor nave que un libro".

Y son hasta terapéuticos.

Nos ayudan a relajarnos y a dormir mejor. Leer un poco al finalizar el día nos facilita llevar a cabo esa desconexión tan necesaria del estrés acumulado durante toda la jornada.

Leer mejora las capacidades cognitivas de atención y concentración, incrementa nuestra imaginación, mantiene nuestro cerebro activo, resultando ser un factor protector que puede prevenir o retrasar algunas importantes enfermedades degenerativas.

Nos viene bien, incluso, para cultivar la paciencia en un mundo en el que la inmediatez se ha convertido en una necesidad básica.

La lectura desarrolla nuestra empatía y apertura a diferentes realidades, potencia nuestra capacidad de vencer estereotipos y prejuicios. Lo refleja Irene Vallejo en su mágico "El infinito en un junco": "Somos los únicos animales que fabulan, que ahuyentan la oscuridad con cuentos, que gracias a los relatos aprenden a convivir con el caos, que avivan los rescoldos de las hogueras con el aire de sus palabras, que recorren largas distancias para llevar sus historias a los extraños. Y cuando compartimos los mismos relatos, dejamos de ser extraños".

Añadamos todo lo que se aprende al leer. Y no me refiero solo al vocabulario. "Todo lo que supe de ti lo aprendí en los libros y a lo que faltaba yo le puse palabras", Cristina Peri Rossi siempre sabía.

Creo, además, en lo mucho que influyen los libros en la adquisición de pensamiento crítico y capacidad de análisis. Imprescindibles herramientas ante los bulos, noticias falsas y manipulaciones interesadas que siempre acaban yendo en contra de nuestros propios intereses y derechos si no nos percatamos de ello.

Ya para finalizar, les ruego que interpreten mi perorata solo como una humilde y personal exposición y no como un arma con la que pretenda ganar adhesiones a la causa. Quién soy yo para imponerles mis desvaríos particulares…

"La poesía no quiere adeptos, quiere amantes". Federico García Lorca, por mucho que te asesinaran en aquella infausta madrugada, nunca podrán silenciarte.

Suscríbete para seguir leyendo