Despedida al doctor Estévez

Manuel Vigil Rubio

Manuel Vigil Rubio

Nos acaba de dejar Pepe Estévez Bravo, neurólogo, psiquiatra y psicólogo, como jocosamente decía a los que le llamaba la atención que tuviera tantas especialidades. "¡De todo lo que hay de las cejas para arriba!"

Médico Interno en el hospital Marqués de Valdecilla de Santander donde obtuvo los títulos de especialista en Neurología y en Psiquiatría estuvo trabajando como neurólogo en el servicio de Neurocirugía del hospital Clínico de Madrid durante tres años que aprovechó para estudiar la carrera de Psicología.

Y el bautizo en Avilés del hijo de un amigo íntimo, ingeniero en Ensidesa hizo que el neuropsiquiatrapsicólogo y Médico de Empresa Dr. Estévez desembarcara en nuestra villa por casualidad.

Como Jefe del Servicio de Neurología y Psiquiatría, del Sanatorio de Ensidesa, pionero, entonces en su género en cuanto a dotación neurofisiológica (Electroencefalografía, Potenciales evocados, Electromiografía) y de neuroimagen (arteriografía cerebral), realizó durante más de 25 años tareas de Medicina Asistencial, Preventiva y de Investigación en el medio laboral.

Destacan sus estudios y publicaciones monográficas sobre el sistema nervioso periférico y sobre la predisposición y factores humanos de los accidentes. La preocupación en la dirección de Ensidesa por conocer y prevenir las causas de los suicidios en los trabajadores llevó al Dr. Estévez a profundizar en su estudio y detectar detrás de ellos, un serio problema de adicción al alcohol. Su programa de Prevención y Tratamiento del Alcoholismo le llevó a ser una autoridad nacional en el tema.

En 2011 recibió el premio de Toda una Vida de la Cofradía del Colesterol por su trayectoria profesional que resumía el cariño de toda una ciudad a la que había curado, ayudado, mejorado sin esperar nada a cambio, porque su personalidad humilde contrastaba con la de un intelectual de gran calibre que en su jubilación se dedicaba a los estudios del cerebro sano y la relación mente-cerebro.

Hemos perdido a un compañero entrañable, humano, servicial, científico. Bravo de apellido y bravo como persona. Nos unimos al dolor de su mujer María Ángeles, apoyo fundamental de Pepe y a sus dos hijos, Gregorio y Santiago médico seguidor de la saga.

Suscríbete para seguir leyendo