Opinión | balcón al muelle

Cambiar para empezar

El entendimiento entre el Ayuntamiento y el club blanquiazul obliga a mantenerse firmes en los pasos dados para la renovación de la concesión y la reforma del estadio

Una de las cosas fundamentales para que una relación funcione –del tipo que sea– es la capacidad de comunicarse, es decir, no hablar desde el rencor o desde la rabia ni expresarse hiriendo. Existen personas también hipersensibles, lo que obliga a hacer un esfuerzo en pensar en cómo se siente el otro, y a veces hay que trabajar esa hipersensibilidad. Por eso, cultivar la paciencia es otro elemento fundamental en la comunicación. Nuestros tiempos no son los del otro, conviene ponerse siempre en los zapatos del otro. Y el tercer elemento para que la relación funcione es el perdón, pues no conozco a nadie que no haya metido la pata en algún momento.

Cambiar para empezar

Cambiar para empezar / Covadonga Jiménez

Viene al caso la reflexión porque el Real Avilés volvió a convertirse este viernes en el protagonista del pleno municipal al anunciar el responsable de Desarrollo Económico, Manuel Campa, que cuenta con el compromiso del presidente del club para ver saldada la deuda con el Ayuntamiento al final de la próxima semana. Habida cuenta de lo crucial de la próxima semana, en la que también se conocerá la resolución de la subasta para hacerse con los terrenos de la futura Ciudad Deportiva en Corvera, no cabe más que felicitar a las partes por los pasos dados para resolver la cuestión que late de fondo, y que no es otra que la formulación de una nueva concesión a largo plazo y completar la esperada reforma del estadio Román Suárez Puerta.

El último pago será también el paso final para romper con el apretado nudo que mantenía las relaciones entre el gobierno local y el principal equipo de la ciudad en una calma tensa. Las promesas de un lado no convencían al otro mientras que las amenazas veladas que se han dejado caer en los últimos meses tampoco favorecían que la comunicación fluyera en el sentido esperado. No sé si en esta ocasión ha habido perdón, pero entendimiento y sensibilidad, al menos, ha existido para cerrar una de las deudas históricas –que no económica– en esta ciudad. Que los aficionados puedan seguir disfrutando de su equipo en el céntrico estadio y que se abra ahora un escenario de negociación para, quién sabe, si en un futuro próximo se hará visible un nuevo emblema para el deporte avilesino con un estadio renovado y acorde a los tiempos, atendiendo también otras necesidades vinculadas del entorno que permiten hacer ciudad. Y como se ha traslado desde el Ayuntamiento, si es algo que interesa a todos, no cabe más que poner ya toda la carne en el asador. Y resolver también cuestiones de tipo legal sobre las que se ha advertido desde las filas del PP avilesino.

En la entrega de premios, esta semana, de Gastrónomos del Yumay, durante las jornadas del oricio, se exponía que el futuro de Avilés es el fútbol y en femenino. Añadiría que además de las chicas y el fútbol, el futuro de la ciudad pasa por un cambio de mentalidad. El primer paso para lograrlo es creérselo.

La segunda parte de este entendimiento entre el Ayuntamiento y el Real Avilés se verá si continúa intacto cuando se inicien las negociaciones para un nuevo convenio, previsiblemente en unas condiciones muy distintas a las presentes y, que tengan en cuenta, si es posible, el marco de trabajo de las próximas décadas.

Más cuestionable resulta, cerrada ya con la firma de Windar sobre el papel la venta de las antiguas instalaciones de Alu Ibérica, que el primer acreedor en cobrar sea, precisamente, el Ministerio de Industria. Cuando hubo cargos en el Gobierno que se pusieron de perfil, los trabajadores sufrieron la soledad y el silencio en el final de la actividad en la fábrica, sin soluciones para reactivar la fábrica. Solo después de mucho tiempo un proyecto valiente –y con sello avilesino– fue capaz de pelear y completar con éxito la lucha para que Avilés volviera a ver actividad económica y empleo en los terrenos de la antigua aluminera. Sobrevive todavía en las redes sociales un grupo que reivindica la reactivación de Alu Ibérica. La falta de un plan industrial y de apoyo financiero mantuvo en vilo a la comarca durante meses ante la posibilidad de que se desinflara el futuro para dar una nueva vida a la aluminera de San Balandrán.

Cuando por fin se acabó toda la incertidumbre y el pasado septiembre se confirmó que Windar sería la encargada de impulsar en los terrenos de la antigua Alcoa su plan industrial, se cerró la brecha de las dudas acerca de si Avilés volvería a ver de nuevo una gran industria, con su propia planta de producción en la margen derecha de la ría. Pero hasta que llegó Windar, pese a los mensajes lanzados desde el Gobierno, se echó en falta una mayor firmeza de las administraciones para apostar por ello, pues las palabras que no van seguidas de hechos no valen nada. Serán, sin embargo, los primeros acreedores en cobrar.

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