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Motocross

Pablo Gutiérrez, un campeón desde la cuna

El joven piloto de Valdesoto comenzó su carrera en el mundo de las motos cuando apenas tenía 2 años

El piloto de Valdesoto, en el cajón más alto del podio, en el Campeonato de España. En la imagen del círculo, junto a sus padres. L. S.

Podía haber escogido otro deporte, pero decidió que su vida deportiva iba a estar encaminada a las dos ruedas. Y ya casi, o sin casi, desde la cuna. ¿Por qué? Pues gracias a una promesa que le hizo su abuelo cuando apenas tenía 2 años. "Me dijo que si dejaba el chupete me compraba un quad, lo dejé y me lo compró". Así comenzó el idilio entre el mundo del motor y Pablo Gutiérrez Solís, un joven piloto que con apenas 12 años ya atesora un palmarés donde se incluyen campeonatos de Europa y de España, además de títulos regionales. Por aquel entonces, evidentemente, Pablo no sabía lo que le depararía el futuro, ni que diez años después iba a subirse al cajón más alto del podio en un Europeo. Ahora, echando la mirada atrás, él lo tiene claro y apunta su receta del éxito: "Yo disfruto encima de la moto". A partir de aquí, todo viene rodado. Eso sí, detrás de los éxitos hay muchas horas de entrenamientos y esfuerzo.

Su madre, que le sigue a todas las carreras, vive la pasión de su hijo por las motos con cierta tranquilidad. "Es un deporte como otro cualquiera, mi hija jugó al fútbol y también me ponía nerviosa. Que es un deporte peligroso, sí, pero si él va tranquilo, yo también", asegura Luz Solís, madre del deportista. El quad a Pablo apenas le duró un año y medio "porque ya lo ponía a dos ruedas", así que se pasó directamente a las motos. Con una de 50 c.c. de color azul empezó a descubrir el mundo del motocross: "Iba a dar vueltas", dice. Cuando cumplió los 6 años dio el salto a la competición. Fue el primer paso de su carrera deportiva. "El primer año me dediqué a disfrutar de las carreras más que ir a ganarlas", indica Pablo, que despierta "sensatez", cualidad que le imprime su madre y que le acompaña en su vida.

Desde hace tres años ya compite a nivel nacional. En su palmarés destaca el Subcampeonato de España en 2015 en la categoría MX65 - -"que quedé a las puertas del título, se me rompió la moto y no pude terminar", recuerda-; y el título en el Campeonato Nacional al año siguiente, donde consiguió subirse al cajón más alto del podio, quitándose así la espinita que tenía clavada del año anterior.

Además, también tiene en su haber el Campeonato de Europa EMX65 de la zona Suroeste. "Cuando gané fue emocionante", indica el piloto de Valdesoto.

A Pablo le apasiona el motocross -"la velocidad no me gusta, me da miedo", dice-, una modalidad "en la que tienes que pensar mucho", explica el piloto. Pablo tiene claro que además de poseer cualidades, el éxito depende en cierta medida de la dedicación que cada uno le ponga. "Hay que entrenar mucho, estar bien físicamente y andar bien en moto, es echarle horas y horas".

A estas alturas, Pablo acaba de finalizar una temporada ilusionante. Tanto como la próxima. "Ahora toca descansar", dice, aunque por su cabeza ya empiezan a sobrevolar las ganas de volver a subirse a la moto, que la próxima temporada será de una nueva cilindrada: pilotará una Yamaha oficial de 85 c.c. "Ya la probé, la verdad es que tengo muchas ganas de entrenar y darle gas", apunta.

El cambio de moto no será la única novedad de cara a la próxima campaña. Y es que recalará en un nuevo equipo, el Team E. Castro da Silva. "La verdad es que estoy muy ilusionado de cara a la próxima temporada".

Pablo compagina el deporte con los estudios de 1.º de ESO en el Instituto de Pola de Siero, donde, reconoce, "los profesores se portan muy bien conmigo". Y es que Pablo sale a competir fuera de Asturias y en alguna ocasión tiene que hacer los exámenes otro día diferente al de sus compañeros.

Durante la temporada, hay semanas que entrena hasta todos los días. ¿Sacrificado? "Hay jornadas que lo pasas mal, es duro, pero yo disfruto mucho en la moto y eso es lo importante", indica Pablo, que cuenta con el apoyo incondicional de sus padres.

El piloto ya tiene la mente puesta en la próxima campaña. El objetivo no es otro que "seguir ganando". Eso sí, es consciente de que al cambiar de cilindrada la competencia será mayor. Aun así, sus retos seguirán siendo los mismos, que no son otros que "seguir ganando".

Pablo Gutiérrez Solís tiene por delante muchos kilómetros que recorrer, muchas pruebas que ganar, y el tiempo dirá si la promesa del motocross se convierte en realidad con el paso de las temporadas. De momento, su palmarés y su pilotaje son su mejor aval. Con apenas 12 años, lo que sí puede decir Pablo es que está viviendo una experiencia inolvidable. Y todo gracias a la promesa cumplida que le hizo su abuelo. Es el principio de la historia deportiva de Pablo. El final, aún está por escribir.

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