Opinión

Convivencia en positivo

La incapacidad del gobierno de Mieres para corregir los defectos de la ordenanza de mascotas

El grupo municipal socialista continúa en su línea de propuestas y medidas para mejorar nuestros espacios públicos, para convertirlos en espacios accesibles, seguros, con zonas verdes, de ocio y no solo aparcamientos. Trabajamos por y para nuestra ciudadanía, proponiendo y apoyando acciones que mejoren la convivencia, el bienestar de personas y animales desde el más absoluto respeto.

El pasado mes de enero, el gobierno de IU aprueba con el respaldo del PP la nueva Ordenanza Municipal Reguladora de la Tenencia de Animales de Compañía, desoyendo las alegaciones y propuestas realizadas desde el PSOE que ya en el Pleno advirtió de los errores, las carencias y la ambigüedad de interpretación que la nueva normativa presentaba.

No es la primera vez que el gobierno de IU se enroca en sus decisiones sin atender las peticiones del resto de los grupos municipales, y colectivos diversos, pero en esta ocasión su obstinación ha dado lugar a un conflicto de convivencia generando que la coexistencia entre propietarios y no propietarios de animales de compañía (recogido como punto esencial en la ya mencionada norma) se vea alterada.

Mieres necesita ser un municipio acogedor, amable, confortable y accesible para todas las personas sea cual sea su edad, necesidades o prioridades. Desde la Administración debe fomentarse la educación cívica para ayudarnos a compartir espacios sin problemas, sin excusas y sin exclusiones y nunca fomentar la crispación entre la ciudadanía.

Una ordenanza, que en origen se plantea como norma de consenso y buen entendimiento, debe estar abierta a las correcciones, a las alegaciones y al diálogo y, por ende, el gobierno municipal debe admitir y corregir los errores que contenga, no negar lo evidente culpando al resto. Esta vez el gobierno de IU no puede eludir la culpa, estaba advertido de los errores que contenía y de los problemas que se iban a generar porque muchas de las cosas que contemplaba no iban a poder llevarse a cabo. Eran conscientes de ello, pero prefirieron centrarse en las cuantiosas sanciones con las que penalizar a la ciudadanía sin, ni siquiera, tomarse la molestia de realizar una buena campaña de información.

La garantía de higiene y ornato de la ciudad, las condiciones de movilidad, circulación y transporte en lugares públicos, la regulación de la tenencia, protección, defensa y atención de los animales son también recogidos como puntos esenciales del desarrollo de esta norma, pero la obligación de la Administración va más allá de aprobar una ordenanza.

Nadie quiere encontrar porquería en las calles, ni de humanos ni de animales, y la solución no debe basarse en las sanciones económicas. La solución pasa por tener herramientas y elementos que ayuden a recoger y limpiar los espacios públicos, las fuentes, las papeleras... por concienciar e informar a la ciudadanía, por habilitar zonas adecuadas y accesibles con agua, con luz y no solo parques precarios a las afueras del casco urbano.

Existe la necesidad de acabar con los muchos problemas de limpieza en Mieres, uno de ellos, la recogida de excrementos por parte de algunas personas irresponsables, pero prohibir todo “acceso de animales a parques con zonas de juego infantiles y cualquier lugar destinado a usos recreativos para niños, piscinas y otros recintos fuera de las zonas habilitadas al efecto” no es la solución por dos razones obvias; no hay zonas habilitadas en todo el municipio, y no diferencia entre “atravesar” y “permanecer” con los perros.

Aprobar una Ordenanza Municipal implica reconocer la existencia de un problema y este no termina con la aprobación de la norma. La obligación de la Administración va más allá, ha de facilitar los servicios, medios y recursos que permitan cumplirla, ejercer el control necesario para comprobar que se haga y finalmente sancionar a quien no cumple.

La obligación de la administración es dar ejemplo de cumplimiento, velar por el bienestar de personas y animales, verificar que se cumplen las obligaciones de los dueños de los animales, que estos estén en buenas condiciones de alimentación, de saneamiento, con microchip, etc. La obligación de la administración es controlar las colonias de gatos para que se mantengan en buenas condiciones higiénicas y no produzcan molestias ni enfrentamientos entre vecinos. La obligación de la administración es velar para que no se abandonen animales y si esto ocurre atenderlos de la mejor manera posible, fomentando la adopción responsable y cerciorándose de que el contrato con el albergue de animales se cumpla en su totalidad para proteger así adecuadamente a los mismos.

No hay espacio para la excusa, el equipo de gobierno de IU estaba avisado y aún así ha generado un problema de convivencia. Ha intentado ocultar su incapacidad de gestión poniendo el foco de atención en la no recogida de excrementos por parte de los propietarios de animales. El problema de las basuras y la suciedad en Mieres se acerca a límites de insalubridad y no es un problema generado por los dueños de los animales.

Desde el grupo municipal socialista proponemos medidas que fomenten un municipio integrador, un Mieres mejor para todos.

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