Cabruñana (Grado),

Lorena VALDÉS

El lobo ha vuelto a las andadas en Cabruñana (Grado). Tras el ataque que sufrió el rebaño de ovejas de César José Llanes la noche del domingo y que tuvo como consecuencia la muerte de once animales, y otros tres gravemente heridos, el cánido regresó de nuevo a la finca de 6 hectáreas, situada a unos 6 kilómetros de la villa moscona, la madrugada de ayer para devorar a otros cinco animales. Llanes, que sólo conserva a cuatro de sus veinte ovejas, tres de ellas heridas, reclama que «el Principado no convierta a Asturias en un paraíso para los lobos».

Preocupado por lo ocurrido, el dueño de las ovejas hizo guardia el martes hasta la medianoche. «Intenté guardar a los animales pero estaban tan asustados que no lo conseguí», explica Llanes, quien a la mañana siguiente tuvo que revivir la desagradable estampa de ver a parte de sus ovejas muertas y sus restos esparcidos por el prado. En algunos casos el lobo sólo dejó la cabeza y el costillar del animal, y otras moribundas, llenas de sangre y sin poder moverse tras haber sido mordidas con ensañamiento.

A la tristeza de perder prácticamente la totalidad de su rebaño se suma la indignación que siente este vecino de Cabruñana por el retraso de los guardas del Principado en acudir a la finca. «Ya pasó el otro día y hoy, por ayer, igual aquí no apareció nadie en toda la mañana. Es una pena ver a estos animales agonizando sin poder hacer nada», afirma Llanes. El propietario de las ovejas reclama una solución tajante a los ataques del cánido. «A mí no me sirve de nada que me indemnicen por las ovejas muertas, compre otros animales y al día siguiente me las vuelvan a matar. La gente que está sentada en sus despacho en el Principado debería venir unas semanas a un sitio como éste y saber lo que se sufre cada vez que el lobo masacra a tu ganado», concluye Llanes, que sospecha que por las pisadas encontradas en la finca se trata de una manada «muy grande, con crías».