Pola de Siero,

Manuel NOVAL MORO

El traslado de las dependencias de Urbanismo de Siero a la antigua Casa de Cultura de la Pola, con el que el equipo de gobierno municipal pretendía ahorrar los más de 6.000 euros al mes que cuesta alquilar la actual sede de Urbanismo, se ha descartado definitivamente, según aseguró ayer la concejala de Hacienda, Paula Onís. La antigua Casa de Cultura albergará sólo el archivo municipal, que en un principio ya estaba previsto, y también los servicios informáticos, «que ahora están bajo una escalera».

En su día, la propia Onís y el edil de Economía, Luis Vázquez, anunciaron el nuevo uso de la Casa de Cultura para Urbanismo y el archivo, aduciendo que, con una inversión de 250.000 euros para acondicionar las dependencias, en tres años se amortizaría el dinero con lo que se dejaba de pagar por el alquiler. Sin embargo, ahora se ha decidido mantener sólo el archivo en toda la planta baja, donde estaban las bibliotecas y la sala de exposiciones, dejar tal como está el salón de actos e instalar en la primera planta a los informáticos.

Onís adujo razones de espacio. Según la concejala, si se mantuviera el proyecto que tenían originalmente, «a los dos días no se podría ubicar el archivo, porque en poco tiempo no cabría», y «el dinero cuando se gasta, hay que hacerlo bien, y, de momento, se va a hacer esto», razonó, lo cual no significa, según la concejala, que no se esté estudiando el traslado de Urbanismo. Ahora se ha abierto un período «de negociaciones» y «se está realizando un estudio; cuando esté todo elaborado, se decidirá».

Con respecto a la ubicación del archivo en la antigua Casa de Cultura, la archivera municipal, Rosa María Villa, aseguró que «viene a colmar una vieja aspiración» suya, ya que desde que accedió a su puesto tuvo como meta conseguir un archivo «moderno, dinámico y transparente». Y, si bien contó con personal y medios de modernización, siempre tuvo la desventaja de su ubicación. Ahora, el archivo está distribuido en tres dependencias: el sótano de Urbanismo, el antiguo telecentro y un edificio de la plaza Olof Palme. Este último sufrió cuatro inundaciones en los últimos años, la última de ellas en enero de este año, con aguas fecales, que afectó a741 cajas, de las que se echaron a perder 300.

Gracias al trabajo del personal, el archivo tiene hoy, explicó Villa, «1.900 metros lineales de documentación perfectamente clasificada y accesible», y desde 1993 se han informatizado los fondos con 260.000 expedientes clasificados, 150.000 de ellos en formato electrónico. La nueva ubicación recompensará, en palabras de Villa, «esta ingente labor», y permitirá optimizar el trabajo y conseguir nuevas metas como la digitalización de algunos fondos, la organización de visitas escolares y muchas otras propuestas que se pueden ir haciendo con el tiempo.

Villa se comprometió a «modernizar el archivo y ponerlo al servicio de la ciudadanía, en una doble vertiente: testimoniar documentalmente sus derechos, porque este servicio es reflejo de la transparencia administrativa imprescindible en un estado de derecho, y crear un espacio abierto de conocimiento de nuestra historia». Además de «apoyar en su gestión a la administración municipal», porque esa es su labor, remarcó la archivera, quien hizo énfasis, asimismo, en que en el archivo trabajaron y se formaron otras siete personas a través de planes de empleo.

Onís anunció que el proyecto de reforma de la Casa de Cultura, que incluirá la reparación del tejado y otros imprevistos, se licitará en breve plazo.