Siguiendo con los negocios del Anuario de 1932, empezamos con la mercería de Enrique Sánchez Rodríguez, en el antiguo Campu la Iglesia de San Julián, en el bajo de casa Ferina, donde estuvo hasta hace unos años el bar Plaza de Carlinos. Enrique era hermano de Rosario la del chigre y estuvo casado con la Raca de Ceceda.

Había otro capítulo con el nombre de "Paradores", nada que ver con el significado que hoy tiene. Contamos con el de José Fernández Ordóñez, en La Venta, delante del palacio de Martimporra, al lado del antiguo camino real y muy cerca de la riega que marca la raya entre las parroquias de Santu Medero y San Julián. A pesar de los achaques y los años todavía resiste en pie. Taberna y posada con mucha historia, fue parada de diligencias que hacían el trayecto Laviana-Nava y reposo para los intrépidos romeros que, cruzando el valle de Bimenes, se dirigían a Oviedo y a Santiago. Asimismo se cita otro parador, el de Casimiro Ortiz Vallina.

Destaca una tienda de ropa, "Ropas hechas", en la misma taberna Paniceres, en Rozaes. Estaba a nombre de Francisco Paniceres Fernández y, según Tatina, primero la tuvo en Piñera. Es uno de los chigres emblemáticos del concejo que todavía sigue abierto, atendido por Consuelo. Antes lo llevaron sus padres, Vite y Conchita. La única "sastrería" citada era la regentada por Severo García Gutiérrez, ubicada junto a dicha taberna Paniceres. Severo, natural de Santagadía, también fue panadero, y era el padre de Amancio García García, a quien todos llamaban Severín, muy conocido por haber trabajado muchos años en el Ayuntamiento yerbato.

También constan en el Anuario el empresario minero Aquilino Montes, la fábrica de gaseosas de Cleto Sánchez Blanco y la mercería de Vicente Sánchez Fernández, esta última en Rozaes. Aparece una "Explotación de minas de hulla", se refiere a la del vecino de Suares Benigno Díaz Acebal, Beninín, dueño de la mina Cecilio, en el lugar de El Malatu. Tenía depósitos de carbón en La Texuca y junto a la estación de trenes de Carbayín. Sus camiones transportaban carbón a El Musel, Santander o Burgos, y de esta última ciudad venía cargado de patatas. Incluso, de manera clandestina, llevó personas a Bayona. Casó con Manuela Sánchez Álvarez y tuvieron diez hijos, de los cuales solo vive Avelina.

En el apartado de "Vinos", se nombran el establecimiento de Ramón Martínez Díaz y el de Celso Sánchez Blanco. El negocio de Celsón estaba en Cardeli, cerca de Rozaes. Fue una persona emprendedora: además de la distribución de vinos, tenía una tienda de ultramarinos y fue dueño de varios chamizos. A él le cabe el honor de ser el padre del fútbol en el concejo, pues fue quien lo introdujo en el pasado 1919. Después siguieron con el negocio primero su hijo Celsín y luego su nieto Carlos, hasta hace poco tiempo. Tuvieron, detrás de casa, dos molinos eléctricos donde molían maíz y también se encargaron de la distribución de piensos Biona y Asturcón.