El pintor mierense Inocencio Urbina falleció hace un año y sus amigos, familiares y alumnos han querido rendirle homenaje con una muestra que repasa su carrera pictórica y su historia vital. La exposición-homenaje "Un año sin Urbina" está abierta al público en el Ateneo de Turón, hasta el día 30, y ofrece una colección de 16 obras del emblemático artista, que sus seguidores definen como "un hombre de pincel oscuro y mente clara". En las paredes de la sala están algunas de las obras más significativas del artista, que se centró en los retratos y los paisajes y representó en numerosas ocasiones la actividad y la posterior caída de la minería.

La idea de organizar la muestra partió del director del Ateneo de Turón, Carlos Vega, y de Juan Luis Varela, artista, alumno y amigo de Urbina. Juntos encabezaron el acto de inauguración de la exposición-homenaje, que también contó con la presencia del escritor mierense Julián Burgos y el vicealcalde del concejo, Manuel Ángel Álvarez. El escritor fue el primero en tomar la palabra durante el acto, con un emotivo repaso a la vida y obra de Urbina. Burgos aseguró que el artista "vivía para pintar" y recordó que fue su pasión por el arte lo que le mantuvo en pie cuando su hija, la pequeña Ana, falleció de forma repentina.

Fue una época oscura para Urbina, pero también su momento más activo. No obstante, el artista pintaba desde pequeño y dejó como legado una obra muy extensa. En la colección de Turón destacan los bocetos, elaborados durante su juventud. La mayoría son retratos y uno de ellos muestra a su hija Ana cuando aún era un bebé. La familia fue una fuente de inspiración para el pintor mierense y, en otro cuadro de la exposición-homenaje, aparece su nieto Antonio Urbina a los nueve años. La abuela del artista, una mujer de semblante serio, completa la muestra familiar.

José Luis Varela, gran conocedor de la obra del pintor, es un fiel seguidor de los paisajes de Urbina y llama la atención sobre uno de los cuadros de la muestra. Se trata de una llamativa obra que plasma el pico Portiel.la con su cumbre nevada y bajo un cielo nublado. "Fue un pintor oscuro, porque le gustaba mucho el azul y los violáceos. Él siempre decía que Asturias no es tan verde como la gente piensa, que es una región azulada", explicó Varela.

Inocencio Urbina también supo plasmar como pocos en el lienzo el mundo de la minería y la vida de las gentes de las Cuencas. De hecho, recibió el Premio Nacional de Pintura con su obra "El silicótico", un cuadro que muestra a un minero jubilado de aspecto débil. Los promotores de la exposición "Un año sin Urbina" no consiguieron esta obra, pero la muestra sí que cuenta con un colorista cuadro en el que aparecen dos trabajadores del carbón, bajo el título "Los mineros en dibujos". La exposición se completa con un libro sobre una exposición antológica de la Casa Duró y otro libro del Grupo IRIS en homenaje a Urbina.

Los cuadros que llenan la sala de exposiciones del Ateneo de Turón, abierta en horario de tarde de lunes a viernes, fueron cedidos por la familia de Urbina. Ningún familiar pudo acudir a la inauguración, pero su nieto Antonio envió una emotiva carta. En el escrito, que se leyó acompañado por la música en directo del grupo "Coli Jazz Friends", Antonio Urbina agradeció este sentido homenaje al pintor, un hombre al que describió como "un apasionado de la pintura". Un artista que, según su nieto, se fue de este mundo con un único pensamiento: "Coger el pincel y pintar un nuevo cuadro".