El Principado prevé que la planta de Vesuvius en Langreo, cerrada hace algo más de un año, tenga nuevos dueños en el primer semestre de este año, generando una cifra de empleo “similar” a la que tenía cuando paró su actividad. En aquella época se sobrepasaba el centenar de trabajadores. Así lo expuso ayer el consejero de Industria, Enrique Fernández, en la visita a las obras de la red de geotermia del pozo Fondón.
Fernández mantuvo la esperanzadora línea argumental que el Principado ya esgrimió a principios de diciembre, tras la reunión de grupo de trabajo para reflotar la actividad, en el que están incluidos miembros del Gobierno regional, de los sindicatos y de la propia Vesuvius. En ese encuentro ya se habló de que podría haber una oferta de compra “en semanas”, aunque todavía quedaría por cerrarse la negociación. Además de buscar nuevos inversores, en la mesa se hace un seguimiento del programa de recolocación de los trabajadores afectados por el cierre. En Asturias habían encontrado empleo en diciembre 54 de las 73 personas inscritas en ese programa.
“En Vesuvius estamos cerca de poder presentar algún tipo de proyecto. En esa línea está la propia compañía, que ha liderado el proceso de búsqueda de inversores para la antigua planta. Obviamente, el advenimiento del covid no ha ayudado porque ha retraído las decisiones de inversión, y empresas que se habían mostrado interesadas antes de marzo de 2020, luego han parado su interés. Pero se observa una nueva aceleración de estos inversores”, indicó Fernández, que añadió: “Lo que estamos pidiendo a la compañía, tanto los sindicatos como el Gobierno de Asturias, es que en este primer semestre ya podamos anunciar una inversión que pueda generar una cifra de empleo similar a la que desgraciadamente se perdió”.
Térmica de Lada
Sobre el cierre de la térmica de Lada y los planes alternativos para la zona, el consejero de Industria manifestó que “se está trabajando con Iberdrola en tres elementos principales: en las labores de desmantelamiento, que supondrán una carga de trabajo, durante los próximos cuatro años, equivalente a la que tenía la planta en funcionamiento; en fijar los parámetros de un desarrollo medioambiental de la zona y recuperación de esos espacios con usos compatibles con el urbanismo del siglo XXI; y, en tercer lugar, en el desarrollo de planes alternativos que permitan generar actividad económica en la zona. Todo esto lo estamos haciendo en estrecha colaboración con la compañía y el Ayuntamiento. Creemos que estamos haciendo un buen trabajo que, más pronto que tarde, podrá dar fruto”.
Aludió también Fernández a la propuesta del SOMA de ubicar una planta de reciclaje de baterías de coches eléctricos. “Todas las propuestas son bienvenidas. Estamos en la fase en la que precisamente se están recopilando e identificando diferentes iniciativas que puedan tener encaje. Estamos apostando para que haya, entre otros usos, principalmente un uso industrial en el futuro”.
