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Albert Pla: “Le clavaría la mascarilla en la boca a mucha gente”

“Quien dijo que saldríamos mejores del virus era un animal”, dice el artista, que actuará en Mieres

Albert Pla, en una actuación. | LNE

Cada vez que Albert Pla se sube a un escenario lo hace con toda la seriedad del mundo “pero cuando más serio me pongo, más se ríe la gente”. Le ocurrió cuando en una entrevista en LA NUEVA ESPAÑA dijo que le daba “asco” ser español. “Lo dije por reírme”, asegura, pero también reconoce que sacó una lección de aquello: “España es el único país del mundo en el que la gente se enfada si dices que es una mierda”. Tampoco le ha quitado el sueño. “No me paso el día pensando si España es una mierda o no”, explica. Y apunta al procés, a la independencia de Cataluña, donde vive, para asegurar que no le interesa, “cómo me va a interesar, si yo soy cantante, soy un artista que hace cosas”.

Insiste en que sus espectáculos “no tienen nada que ver con la política” y en que “cada canción, cada fase o cada creación que uno dice, se puede interpretar porque yo puedo hacer una canción de amor de 345 versos pero si uno de ellos dice que me follé a la chica, se van a quedar con eso”. Además, sabe que si dijese eso “tendría problemas”. Es consciente de que en la sociedad actual “somos muy sensibles, pero es algo que está bien”. Pla fue censurado en muchas ciudades. En Gijón se suspendió su actuación, y él lo entiende. “Entiendo que me quieran censurar porque yo también le callaría la puta boca a mucha gente, les pondría una mordaza, les clavaría la mascarilla con clavos en la boca, que supongo que es lo que les gustaría hacerme a a mí a los que les caigo mal”.

Albert Pla estará el próximo sábado en Mieres Centru Cultural (21.00 horas. 20 euros) con su espectáculo “¿Os acordáis?”, en el que reta al público a pensar cómo ha cambiado todo con la pandemia del coronavirus.

–Hay quien dice que saldríamos mejores. ¿Eso es bueno o malo?

–Ni bueno ni malo, es mentira. No sé quién cojones lo dijo, pero era un pedazo de animal, y luego los que venían detrás se lo creyeron. Yo nunca compartí esta idea.

Aun así, el confinamiento le ha dado para crear una nueva propuesta escénica que combina (o no) la música y la declamación. En realidad “surgió por aburrimiento”, algo que no es malo, porque a Pla le encanta aburrirse. Lo que ocurre es que los de esta artista inclasificable son aburrimientos activos. Dice que sus creaciones no tienen carga política pero no duda en asegurar que una de las peores consecuencias de la crisis sanitaria ha sido “el aumento de la vigilancia”. Pla, que se mueve por toda España, ha visto como “para viajar necesitas el pasaporte covid, el pasaporte normal y el número de cuanta bancaria”.

–Y dentro de poco el pasaporte catalán.

–Sí, además, los que somos de Girona estamos esperando a que Cataluña se independice de España para independizarnos nosotros de Cataluña. A la gente le hace falta más independencia personal.

Esa ironía, que algunos entienden mal, es lo que le trae problemas al artista. Y es consciente. Sabe que “a todo el mundo le cae bien o mal media España”. Aunque él piensa que “luego estamos a los que solo conocen el 1 por ciento de los españoles, por tanto, solo caemos bien al 0,5 de los españoles”. Recuerda que “la primera vez que canté una canción fue delante de ocho amigos y siete de ellos no la entendieron”. Así que “cuando alguien se enfada con algo que digo o canto siempre digo lo mismo, es que yo no te lo decía a ti, yo canto para la gente que me quiere escuchar”. Tampoco le molesta ni le parece mal que algunos que le escuchan le critiquen, incluso que le pongan a parir sin conocer su trabajo, “porque también hay escritores que a mi me caen fatal y no he leído ninguno de sus libros, supongo que le debe pasar a todo el mundo”.

Ablert Pla no hace espectáculos para contentar ni para llenar estadios de fútbol, lo hace porque se lo pide el cuerpo. “ Vivo bastante dignamente con la gente que lleva 30 años viniendo a mis espectáculos”, asegura. Su última creación es la que se podrá ver el sábado en Mieres. En realidad ni él mismo tiene claro lo que hará. “Yo me planto allí con la guitarra a decir cosas hasta que no puedo más. A veces le pregunto a la gente si quiere que cante alguna canción en concreto”, explica. Es lo que tiene no depender de nadie ni de nada para subirse a un escenario. Lo hace solo, “y eso da libertad, te permite el lujo de ir cambiando según las circunstancias”.

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