Un "ejército" de mil lectores arropó a Millás en Mieres: "La literatura es el único acto de rebeldía"

El autor se confesó "asustado" por las "dimensiones increíbles" del encuentro, en el recinto ferial de Santullano

Pocas veces un acto relacionado con la lectura es tan multitudinario. Pero Juan José Millás es otra historia. El escritor y articulista, colaborador entre otros de LA NUEVA ESPAÑA, ha reunido esta mañana a mil personas en el recinto ferial de Santullano. Todo un ejército, un millar para Millás. Minutos antes de empezar, se confesó "asustado" por las "increíbles dimensiones" del encuentro con clubes de lectura de toda Asturias. Ya sobre el escenario, no se percibió ese "susto". Perspicaz, cercano y brillante; respondió a las preguntas de sus "fans". Fiel defensor de la imaginación, apasionado por leer a otros, afirmó que "en la sociedad actual, la lectura es el único acto de rebeldía".

No todo fue perfecto, ya que el sonido no era del todo bueno. La idea de la coordinadora del Grupo de Animación a la Lectura de las Bibliotecas de Asturias, Cristina Jerez, fue que los asistentes acercaran sus sillas al escenario. Aún así, participantes en el acto aseguraron que las preguntas del público no se escuchaban bien -problema que la organización, destacaron, podría haber solucionado recogiéndolas por escrito-. Con un humor lleno de cariño, Millás reconoció que había estado en presentaciones "con mejor sonido" y "con menos frío". El público le respondió con un sonoro aplauso.

Juan José Millás -que el viernes estuvo en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA- dio la bienvenida a los clubes con un consejo: "Que sigan ustedes leyendo, aunque no me lean más a mí". De momento, la mayoría de los que estaban en el público tienen reciente su última obra: "Solo humo", que versa sobre el poder transformador de la literatura. "En un mundo en el que si los delincuentes desaparecieran tendríamos que financiarlos para que siguieran actuando; leer es el único acto de rebeldía que queda", afirmó. Y destacó que "la imaginación es revolucionaria".

Primera pregunta del público. La formuló Susana Losa, directora de la Red de Bibliotecas de Mieres: "¿Por qué es la fiebre un elemento recurrente en sus obras?". Porque, dice Millás, con unas décimas de fiebre "lo ves todo como si fuera raro; en realidad, lo ves como es". No habla de una fiebre de caerse, pero sí de unas décimas: "Sobre treinta y siete y medio", apuntó.

La imaginación, dice, es muy revolucionaria. "Las historias que contamos suelen empezar con 'fíjate lo que me ha ocurrido', casi nunca con un 'fíjate lo que se me ha ocurrido'". Porque con la imaginación, y a través de la lectura, puedes ser quien quieras: "Un día un asesino, otro día un marinero". No menosprecia la realidad, porque es la que crea los límites de la ficción. "Hay que saber manejarla", destacó.

Autores

"Los niños que son muy imaginativos dan miedo, y siempre se dice que tienen que tener los pies en el suelo". Error, piensa Millás. Él fue un niño que soñaba. Que un día descubrió otro mundo con Julio Verne. "¿Y, ahora, cuáles son sus autores favoritos?", le preguntó Gloria Torres, del club de lectura Ciudad Naranco. Nombró a muchos, y dice que seguramente se le haya olvidado alguno. Recomendó encarecidamente "La metamorfosis" de Kafka, "por su complejidad sencilla, por su sencillez compleja". A Truman Capote, a Vargas Llosa, a Mark Twain. Y "La muerte de Iván Ilich", porque tiene un punto de vista que le encaja. "Me gusta pensar que la muerte es una vulgaridad, porque no conozco a nadie que se haya quedado vivo".

Lector ávido, siempre. Y no solo de literatura. Dice que lee prensa, mucha. "Quizás más de la que debería", sonrió. Le preguntaron por el experimento que hizo en un programa de radio de mantenerse alejado de la realidad durante una semana: "La realidad tiene muchas grietas, me enteré de lo de Ana Obregón". Recomienda, eso sí, separarse de las redes sociales: "Nos hemos dejado llevar por la novedad, nos ha emponzoñado".

Nació en Valencia, pero está muy cercano a Asturias. Veranea en Muros del Nalón. Laureano López, del club de lectura de Castrillón, le preguntó si hay algo de la región en sus obras. Mucho más de lo que pensaba el público. "Siempre empiezo y termino de escribir en Asturias", confesó Millás. Esta vez, venía con el tiempo justo. Aún así, terminado el acto, no escatimó en abrazos y saludos entre su "ejército". Mil lectores armados de todas sus historias.

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