El campus de Mieres coordina sus estudios con las necesidades de las empresas para colocar al 100% de los alumnos

La Escuela Politécnica busca conocer la percepción de los empleadores de sus graduados para adaptar las metodologías formativas

Participantes en la reunión del grupo de trabajo celebrada ayer en el campus de Mieres.

Participantes en la reunión del grupo de trabajo celebrada ayer en el campus de Mieres. / D.M.

El campus de Barredo gradúa cada curso a entre 80 y 90 nuevos ingenieros. La mayoría de ellos dejan las aulas ya con destino laboral lacrado, y el resto no tardan mucho de acceder al mercado de trabajo. La Escuela Politécnica de Mieres pretende que estos jóvenes profesionales cuenten con una formación académica lo más adaptada posible a las necesidades del mercado. Para ello, la dirección del centro mantiene un permanente contacto con las empresas que demandan a los titulados. “Buscamos introducir aspectos formativos que resulten funcionales y que tengan aplicación real en el mundo laboral”, apunta Ángel Martín, director de la Escuela. 

Para los profesores es importante contar con criterios para evaluar el resultado del trabajo que se realiza en los cursos. De esta forma se han establecido grupos de trabajo con empleadores de los distintos grados que se imparten en Barredo. Geomática ha sido el último espacio de encuentro con empresas de base tecnológica. “Podemos tener mucho nivel acelerando neutrones, por ejemplo, pero luego resulta que nuestros geomáticos no necesitan dominar este procedimiento. Y es ahí donde las empresas nos pueden indicar que eso no les vale y proponer alternativas y cambios”, destaca Martín. “Lo importante es poder chequear si nuestros estudios están a la altura de lo que la sociedad nos requiere e introducir metodologías aplicadas que respondan a lo que el mercado laboral demanda”, añade el director del centro.

Al encuentro celebrado en el campus de Mieres acudieron responsables de varias empresas, como Intrazados, Dogram, Hito 1 o Excade. El subdirector general de esta última firma, David Álvarez, explica que una decena de ingenieros integrados en la dirección técnica de la empresa son egresados de la Escuela Politécnica de Mieres. “Esto significa que el peso técnico de la empresa sale de Barredo”, destaca el responsable de la firma, dedicada a la demolición y excavación y distinguida en 2021 por su innovación (Premios Empresariales del Principado de Asturias). La empresa, con cátedra universitaria propia, opera desde 1985 y tiene más de 70 empleados. “Hay una retroalimentación entre el conocimiento que arrastra la empresa y el que se ha ido generando a través de gente joven, con ganas y nuevas ideas”, indica David Álvarez. A su juicio, aun se puede enlazar con más finura la relación entre universidad y mundo empresarial. “Más o menso el campus tiene todo el espectro cubierto. Lo que nos gusta mucho en la transversalidad y la interoperatividad”. Con todo, percibe que se puede ir un poco más lejos de las actuales dobles titulaciones, “que puede pecar un poco de endogámicas”, como Minas y Caminos. La especialización del campus local dentro de las ingeniarías de la tierra debería ser la base para explorar nuevos terrenos. “Resultaría muy interesante, por ejemplo, una doble titulación con informática». 

El grupo de trabajo con empleadores cuenta también con la participación del Colegio de Ingeniería Geomática y Topográfica y de la Consejería de Cohesión Territorial. La participación de los docentes que imparten las materias resulta fundamental. Cristina Allende es la coordinadora del grado de Geomática. “Las ingenierías no están tan demandas como hace unos años. Pueden influir diversos factores, incluida la dificultad”, señala la docente. En el caso de Geomática, este curso se han incorporado ocho alumnos a los estudios, muy lejos de la capacidad de absorción del grado. Una demanda que no está acorde con una oferta de inserción laboral que hace que muchos alumnos reciban ofertas de trabajo incluso antes de acabar su formación. “En el caso de Geomática uno de los problemas es el cambio de denominación desde la antigua ingeniería topográfica. La sociedad tenía un conocimiento de la materia, pero no se ha entendido que la topografía se ha quedado como una especialidad de algo más amplio, que es la Geomática. Transferir a la sociedad el conocimiento sobre esta materia no está resultando sencillo”, señala. Cristina Allende. “En cuanto los estudiantes ven de qué se trata y toman contacto con los drones, el escaneado en 3D, la fotometría o el láser resulta que les encanta y se quedan. Pero no está resultando sencillo llegar a ellos”.  

La oferta académica

A la espera de que septiembre llegue a Mieres la Escuela Superior de Minas, son cuatro grados y un doble grado los que se cursan en el concejo. Se trata de los grados de Ingeniería Civil, Geomática, Recursos Mineros y Energéticos, y Forestales y del medio Ambiente. El doble grado unifica Ingeniería Civil y Recursos Mineros. Además, están los másteres de Caminos y Geotecnología.

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