Principado y Universidad apoyan que la cultura minera tenga declaración de Bien de Interés Cultural

Qué mejor escenario que la entrega del premio de la Fundación Emilio Barbón al Montepío y Mutualidad de la Minería Asturiana para defender la cultura minera. Fue en Pola de Laviana y el presidente del Principado, Adrián Barbón, que jugaba en casa, aseguró que su gobierno respalda la petición del sindicato SOMA, socio protector del Montepío. "Como gobierno recogemos el guante y vamos a apoyar esa petición, ya lo he hablado con la viceconsejera de Cultura, Vanessa Gutiérrez", afirmó Barbón, que aseguró que "no nos podemos permitir perder los valores que representa la cultura minera, valores como la solidaridad, la lucha, la reivindicación y la capacidad de entrega".

Barbón no fue el único que apoyó la petición del Soma, lo hizo también la presidenta del jurado del premio Emilio Barbón, Pilar García Cuetos, vicerrectora de Extensión Universitaria y proyección cultural de la Universidad de Oviedo, que garantizó el apoyo de la institución "en todo lo que sea defender la cultura minera".

El Montepío es precisamente la representación de todo eso. Lo resumía el acta del jurado que premia a una institución que "representa la opción de respuesta, comunitaria digna, sin depender de terceros, sino cambiando la propia realidad desde el compromiso directo".

De esa solidaridad nació el Montepío, de ese apoyo mutuo. "Donde quede un minero se sentirá orgulloso de este premio", reconocía el alcalde de Laviana, Julio García, para quien "en estos momentos de cambios y de oportunidades para las Cuencas mineras, debemos seguir el camino que marcó el Montepío".

Una de las palabras más repetidas de la noche fue solidaridad, "un elemento clave en l cultura minera", resumió el presidente del Principado. Adrián Barbón recordó que el colegio en el que estudió de niño, el San José de Sotrondio (San Martín del Rey Aurelio), es ahora lugar de acogida temporal de personas que huyen del horror, aquí no caben la xenofobia ni el racismo", remarcó.

Ese gen solidario de la minería está en el ADN del Montepío y lo volvió a poner de manifiesto el presidente de la entidad en su discurso de agradecimiento por el galardón. Un emocionado Jesús Armando Fernández Natal, Mandi, reveló que la residencia del Montepío en Los Alcázares, en Murcia, acoge desde este miércoles a 160 migrantes en situación de vulnerabilidad. El público que llenaba la sala prorrumpió entonces en un gran aplauso. Allí estaban el presidente de la Junta General del Principado, Juan Cofiño; los consejeros de Bienestar y Ciencia, Melania Álvarez y Borja Sánchez, o los alcaldes de San Martín del Rey Aurelio y Caso, José Ramón Martín Ardines y Miguel Fernández, entre otros.

Mandi tuvo que interrumpir su intervención cuando recordó una imagen. "Para el Montepío es un honor recoger este premio que distingue a entidades sociales con mayúsculas", comenzó, para detallar que "hace dos años se concedía el galardón, en representación de todos los voluntarios de Cruz Roja, a Luna Reyes, a quien visualizamos en una fotografía abrazando a un migrante senegalés sentado sobre una roca tras llegar exhausto a la costa e Ceuta". El presidente del Montepío se dirigió al jurado: "Hoy, en un momento de crisis migratoria, os vuelvo a felicitar por esa concesión y designación como referente social representativo de los más altos valores humanos. Unos valores en los que queremos reflejarnos con hechos". De ahí el anuncio de la acogida de 160 personas en las instalaciones de la entidad en Los Alcázares.

El premio de la Fundación Emilio Barbón es para el Montepío "un reconocimiento a la labor de miles de familias mineras que, hace ya algunas décadas, apostaron por un proyecto colectivo, social y solidario, aportando parte de su salario, como trabajadores mineros y mineras, para hacer frente, colectiva y solidariamente, a las prestaciones no cubiertas por la Seguridad Social, como los heridos en accidentes de trabajo menores de 45 años sin derecho a pensión, la necesidad de complementar jubilaciones con pensiones irrisorias, los derechos de las viudas, los huérfanos, el vale de carbón, etc.". En definitiva, un premio a la solidaridad minera, a una cultura que quiere ser Bien de Interés Cultural.

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