"Iba muy drogado", lo que alega el detenido por el descuartizamiento de La Felguera

Javier R. E. pasa hoy a disposición judicial mientras la Policía amplía el radio de búsqueda con perros y drones para localizar más restos del cuerpo de la víctima

Un agente de la Policía Científica accede a la vivienda de víctima y supuesto asesino. | D. O.

Un agente de la Policía Científica accede a la vivienda de víctima y supuesto asesino. | D. O. / David Orihuela

David Orihuela

David Orihuela

Javier R. E., detenido como presunto autor del asesinato y descuartizamiento de Santos Conrado, vecino de La Felguera de 71 años de edad, asegura que no recuerda nada de lo que ocurrió, que "iba muy drogado". Es lo que afirmó al ser detenido el pasado sábado después de que el viernes por la mañana se localizase parte del cuerpo en una huerta cercana a la vivienda que compartían víctima y supuesto asesino en el barrio de El Villar, en Langreo.

Todo indica que el crimen tuvo lugar días antes, la madrugada del pasado lunes 18 de marzo y que durante toda la semana pasada, el supuesto autor de los hechos fue desperdigando restos del cuerpo por distintos puntos, todos ellos cercanos a la casa.

El detenido pasará este martes a disposición del juzgado de primera instancia e instrucción número 2 de Langreo. La Policía apura así las 72 horas de las que dispone para mantener al detenido en dependencias policiales antes de entregarlo al juez. Los responsables de la investigación quieren tener bien atados todos los cabos. Lo más importante es encontrar todos los restos del fallecido. Entre el viernes y el sábado se habían encontrado las piernas, el torso y la cabeza de Santos Conrado. Ayer, tras una intensa búsqueda, se encontraron más restos.

Intensa búsqueda

A las once de la mañana de este lunes comenzó un impresionante despliegue policial en El Villar. Agentes de la Policía Judicial, efectivos de la Policía Científica y guías caninos peinaron la zona durante todo el día. Los investigadores buscaban con perros y drones más partes del cuerpo de la víctima que pudieron ser desperdigadas por los alrededores del número 30 de la calle Joaquín Costa por el acusado, de 58 años, que mantenía una precaria convivencia como inquilino en una de las habitaciones del inmueble en el que vivía Santos Conrado.

Viena, la perra policía, estuvo en la huerta en la que se localizaron los primeros restos, las piernas, en pasado viernes. También recorrió las fincas anexas. La Policía pidió al Ayuntamiento de Langreo que limpiase tres terrenos para poder inspeccionarlas. Operarios municipales colaboraron con los agentes para desbrozar las zonas que estos les fueron indicando. Al mismo tiempo, un dron volaba casi a ras de tierra intentando localizar alguna evidencia. Más de una decena de agentes recorrieron todo el barrio, especialmente el entorno de la vivienda. También se centraron en la zona donde apareció un carro y otra bolsa con restos la noche del viernes. A lo largo del día, los investigadores fueron ampliando el radio de búsqueda llegando hasta el barrio Urquijo, al otro lado de la Avenida de Gijón, donde está la huerta en la que se hallaron los primeros restos de Santos Conrado, y las vías del tren de la línea Gijón-Laviana.

Rueda de reconocimiento

Esta búsqueda no es la única labor policial que se desarrollo este lunes en la zona, ni mucho menos. Un grupo de agentes recorrieron el barrio de Villar, donde residían víctima y acusado, para citar a los vecinos más cercanos a la vivienda, para que acudan el próximo día 1 de abril una rueda de reconocimiento. La intención es que el máximo de vecinos y potenciales testigos identifiquen al presunto autor del brutal crimen. Así se lo comunicaron a las tres personas que viven pared con pared con la casa en la que supuestamente se cometió el crimen.

Los responsables de la investigación quieren tenerlo todo lo más claro posible antes de que Javier R. E. se presente ante el juez. En la mañana del domingo acudieron con el arrestado a la vivienda para intentar reconstruir lo ocurrido hace aproximadamente una semana –se piensa que en la madrugada del domingo 17 al lunes 18– cuando, según los indicios encontrados, Javier R. E., que lidia con problemas con las drogas desde hace muchos años y con dificultades para su movilidad –usa permanentemente muletas–, podría haber matado a Santos Conrado, de 71 años, también involucrado en el mundo de la droga y el "trapicheo", y que para caminar con soltura precisaba la ayuda de una máquina de oxígeno. El proceso para descuartizar el cadáver, por su parte, podría haberse alargado más días –no está claro–, jornadas durante las cuales el detenido podría haber repartido los restos del cuerpo por distintas ubicaciones del barrio. El acusado se mostró poco colaborador con la Policía durante la reconstrucción, incluso llegó a discutir con algunos de los agentes, negando acusaciones y callando otras. No en vano, este lunes la Policía intensificó la macabra búsqueda, para intentar hallar el máximo de partes posibles del cuerpo de la desgraciada víctima.

Los vecinos vieron varias veces al presunto asesino cargando con bolsas de basura por el barrio. También con un carro similar al que utilizan los repartidores de bebidas. Ese fue el carro que apareció junto a las cocheras. Los vecinos le preguntaron dónde estaba Santos Conrado y les contestó primero que en el HUCA, luego que en la cárcel y finalmente que había sido secuestrado "por los rusos". Todo mentira. Estaba muerto.