El libro conserva intacto todo su potencial como arma arrojadiza en la batalla ideológica. Eso, y que la industria severamente castigada por la crisis está obligada a aprovechar todo nicho negocio, provoca que en momentos como el actual, con un grado de politización y movilización social que algunos no conocieron y otros ya no recuerdan, proliferen los títulos de pensamiento político. Y también de economía, después de comprobar de nuevo cómo la condición tenebrosa de esta disciplina recobra todo su vigor en manos de doctrinarios inasequibles a los hechos y al sufrimiento de la población. En línea con El Establishment de Owen Jones, Capitán Swing publica La casta, de Sergio Rizzo y Gian Antonio Stella. El apelativo a la clase dominante está ya tan gastado y es una muletilla que ahorra tantos esfuerzos de precisión conceptual a quienes la utilizan que quizá haya llegado el momento de saber, de primera mano y a cargo de quienes acuñaron el término, de qué hablan cuando hablan de casta. La casta es, en esencia, la personificación de la desigualdad, que tiene ya la dimensión de un enorme y comprometedor problema sistémico. Göran Therborn, catedrático emérito de Sociología de la Universidad de Cambridge anticipa en La desigualdad mata, quizá con un exceso de esperanza, que la batalla por la igualdad está a punto de comenzar y que a ella se sumarán clases medias y populares enfrentada a una oligarquía tan parasitaria como la vieja aristocracia.
Esa lucha ideológica requiere el instrumental de un mínimo saber económico. Eso es lo que trata de proporcionar Yanis Varoufakis en Economía sin corbata -y algo descamisada, podrían añadir los cazadores de tendencias-, en el que con muchos ejemplos y metáforas, trata de contar a su hija la mecánica del sistema. Lo mismo, pero con mayor amplitud persigue el profesor de Cambridge Ha-Joon Chang en Economía para el 99% de la población, libroameno y clarificador, aunque no tan delicioso y contundente como 23 cosas que no te cuentan sobre el capitalismo, su anterior obra.
