La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Pensamiento político

Informe sobre el monstruo

Owen Jones, autor de Chavs, deja al descubierto en El Establishment cómo la élite adinerada ha puesto el sistema a su servicio

"El Establishment ha dejado a mucha gente resignada, sin esperanza y convencida de que la resistencia no es posible. Por supuesto, esto ayuda a perpetuar su dominio". Owen Jones (Sheffield, 1984), considerado por algún crítico como el George Orwell de la nueva generación de autores británicos, incluye esa reflexión en su segundo y esperado libro, El Establishment, recién editado en España por Seix Barral con traducción de Javier Calvo. Es un certero diagnóstico que puede ayudar a explicar el último y aplastante triunfo del conservador David Cameron en las últimas elecciones del Reino Unido. El primer ministro, un activo servidor del poderoso conglomerado de intereses que Jones describe como el "Establishment" (algo así como la "casta" a la que se refiere Pablo Iglesias en España), prolongará su estancia en el número 10 de Downing Street para satisfacción de los predicadores del dogma neoliberal y de los recitadores de los mantras del thatcherismo, su categoría política.

Si el joven Owen Jones deslumbró a sus lectores en 2011 con la publicación de Chavs. La demonización de la clase obrera (Capitan Swing) por su perspicacia para analizar desde los datos y los testimonios la criminalización rampante de los sectores sociales más desfavorecidos, en este nuevo estudio pone el penetrante foco de su trabajo sobre las fauces mismas del monstruo. El ensayista tira de un estilo ágil -trufado de entrevistas personales y de datos, como en los mejores reportajes- para describir el sistema de intereses que ha provocado la mayor crisis económica del mundo occidental desde 1929. Habla de Gran Bretaña, aunque todo lo que cuenta tiene una preocupante similitud con lo que hemos vivido también los españoles desde la quiebra de Lehman Brothers, el 15 de septiembre de 2008, y aun antes.

Pero ¿qué es eso a lo que el escritor, columnista de "The Guardian" y "The Independent", además de conocido activista de la izquierda inglesa, llama el "Establishment"? La descripción que hace Owen Jones no puede ser más clara: "el vehículo institucional e intelectual que usa una élite adinerada para defender sus intereses en una democracia"; es decir, un instrumento de poder al servicio de los ricos. Se trata de un selecto grupo al que debemos reconocer una persuasiva capacidad para presentar ante la sociedad sus intereses económicos como si fueran los de todos y al Estado, como un enemigo de la libertad individual y de la prosperidad social. No han estado solos en la agresiva batalla ideológica que vienen librando desde antes, incluso, de que se rompiera el consenso de Bretton Woods (1971) y de la llegada de Margaret Thatcher y Ronald Reagan al poder, en 1979 y 1981, respectivamente. Y siguen muy bien acompañados pese a la evidencia de que el descontrol de los mercados y el turbocapitalismo que propugnan ha sido el causante del fuerte sufrimiento de millones de personas.

Owen Jones señala en su libro la siguiente paradoja: los más acérrimos críticos de cualquier tipo de control estatal sobre la economía han aplaudido las onerosas intervenciones para rescatar los bancos quebrados en la última crisis. Gran Bretaña dedicó a esa "emergencia" más de un billón de libras de dinero público. Nunca los neoliberales mostraron tanta comprensión por una medida socializante. Y, sin embargo, hay que inclinarse ante la habilidad de los defensores del "Establishment" para difuminar las causas mismas de aquel hundimiento y su capacidad retórica para reconstruir su discurso: la reducción de los servicios públicos y su privatización está justificada porque fue el exceso de gasto lo que nos llevó al precipicio. De esa falacia surgió el dogma de la "austeridad" y, por ahí seguido, el nuevo acoso al Estado del bienestar que se ha convertido en religión en Europa, incluido el Reino Unido.

El "Establishment", grupo cohesionado por comunes intereses alejados de los de la mayoría de los ciudadanos de nuestras precarias democracias, viene sirviéndose de una serie de instrumentos para perpetuar su control sobre un sistema que está a su servicio, según desvela Owen Jones. Éste dedica ocho capítulos de su libro a mostrar cómo operan estas fuerzas conchabadas: desde los "escuderos" (elaboradores de la ideología neoliberal y neoconservadora a través de fundaciones fuertemente subvencionadas), a los medios de comunicación (muy ilustrativas las referencias al magnate Rupert Murdoch y su grupo de periódicos), pasando por lo que el autor denomina como "el cartel de Westminster" (en el mantenimiento del statu quo que exige el "Establishment" han intervenido con el mismo convencimiento gobiernos conservadores y laboristas) o la City de Londres ("los amos del universo").

Resulta difícil no compartir algunas de las opiniones que Owen Jones introduce en su libro, donde analiza también el creciente vínculo de dependencia de Estados Unidos (la "relación especial" o la "ilusión de la soberanía") que ha cultivado la élite británica. El escritor define con pocas palabras la "naturaleza" del capitalismo moderno: "un chanchullo financiado públicamente, donde los verdaderos 'gorrones' no están en el escalafón más bajo de la sociedad, sino en lo más alto". Y aún aporta algunas "conclusiones" a favor de una revolución democrática: "construir una argumentación intelectual atractiva que pueda conectar con las experiencias y las aspiraciones de la gente, además de "usar el poder colectivo para obtener justicia social". Como ha escrito Irvine Welsh, el autor de Trainspotting, un libro sobre "política real", o lo que es lo mismo, sobre los hechos, las personas y las instituciones que nos han traído el actual malestar.

Compartir el artículo

stats