arte

Espontaneidad surrealista

Emily Wilcock y Pau Aguiló exponen "Una tierra adentro" en Espacio Líquido, en Gijón

Vista de la exposición.

Vista de la exposición.

Santiago Martínez

Pau Aguiló (Algaida, Mallorca, 2002) y Emily Wilcock (Brisbane, Australia, 2001) exponen "Una tierra adentro" en la Galería Espacio Líquido de Gijón. Una apuesta que sorprende por su originalidad y frescura, y una buena dosis de reflexión sobre el arte, que siempre es de agradecer.

Dos artistas formados en el Camberwell College of Arts, en Londres, que presentan una serie de trabajos con planteamientos formales y técnicos muy distintos pero que, sin embargo, coinciden en una gran sensibilidad hacia asuntos actuales, centrándose en las relaciones humanas y en temas sociales que nos afectan. Desde sus respectivas propuestas plásticas, abanderan una pintura comprometida hoy más necesaria que nunca.

La fuerza expresiva y cromática de las obras de Pau Aguiló nos lleva a una visión pesimista del mundo, un ambiente distópico en el que el absurdo y la barbarie campean a sus anchas. "Escorxador" (Matadero), es un óleo sobre lienzo que muestra, de manera visceral, la cadena de transformación de animales que se sacrifican para su posterior procesamiento y comercialización. Un entorno hostil y apocalíptico que se ve potenciado por el azul cobalto y los efectos metálicos que envuelven una instalación industrial que vomita sus heces contaminándolo todo. El informalismo de su estilo y las imágenes sintéticas y rotundas, así como el acentuado tratamiento matérico remiten al Art Brut, pero también al gesto libre del grafiti, ámbito en el que el artista ha trabajado.

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Obra de Emily Wilcock. / |

Son interesantes las obras concebidas como secciones arquitectónicas que permiten contemplar el interior de las estancias en las que se narran crípticos relatos, y que traen a la memoria algunos referentes formales, desde la pintura gótica al mundo de la ilustración e incluso las conocidas historietas de Francisco Ibáñez. Resulta evidente que el creador concibe sus pinturas desde la frescura e inmediatez propias de la juventud, pero sin desligarse del influjo de corrientes estéticas como el surrealismo o el expresionismo, no solo por el libre tratamiento de las formas, o por el contraste entre el amarillo y el azul que domina muchas de sus pinturas (y que recuerda algunos trabajos del grupo alemán Die Brücke); también por la singular manera de concebir algunos óleos a partir de la combinación de dos lienzos de distinto tamaño, como "El pintor" o el "El terrateniente". En su propuesta se intuye un compromiso entre el arte y la conciencia social, aspecto importante para seguir rastreando la evolución de este creador.

Emily Wilcock se mueve en un registro estético muy distinto, aunque sus originalísimas imágenes remiten también al surrealismo. Las figuras se funden y metamorfosean en complejas composiciones que hablan de la comunicación y de las relaciones humanas. Visualmente son obras muy atractivas que es necesario contemplar en directo; solo así se puede valorar la infinidad de matices técnicos. Todo está perfectamente imbricado, el elegante dibujo que fluye en la superficie del lienzo es fruto de la combinación de óleo, acrílico y bolígrafo y, en algunos detalles, hilo, alambre e incluso abalorios.

Una cierta ambigüedad se desprende de estas obras, transmiten fragilidad y una enorme sensibilidad, pero, al mismo tiempo, poseen la fuerza primitiva de un tótem. Sus protagonistas nos contemplan con unos enormes ojos de pestañas infinitas buscando nuestra complicidad, interpelándonos.

Frente a las obras de Pau Aguiló, de una rotundidad cruda y matérica, las pinturas de Emily Wilcock aspiran a un equilibrio emocional no exento de melancolía, son un canto a la fragilidad y resulta fácil empatizar con ellas. Contribuye también la sutileza cromática, los fondos son campos de color homogéneos, de tonalidades suaves y serenas, que armonizan con sencillos estampados de rayas y ajedrezados.

Pau Aguiló 1. Escorxador.PauAguiló.Oleo Sobre lienzo.120x100cm. 08 2023.2250EUR

"Escorxador", de Pau Aguiló / |

Parecen unas pinturas muy meditadas y, sin embargo, la propia artista habla de la importancia de su proceso creativo, cómo la intuición, los errores y el azar son claves en la configuración de sus obras, y cómo, desde un proceso liberador, van emergiendo las imágenes.

"Una tierra adentro" escarba en ámbitos personales de estos artistas, que, desde sus preocupaciones e inquietudes, dan rienda suelta a la imaginación, ofreciéndonos la oportunidad de profundizar en sus mundos, tan mágicos como reales. En un tiempo de tanta inestabilidad social y falta de sensibilidad, es importante que desde el arte se planteen cuestiones reflexivas en torno a nuestro presente; y más aún cuando los que lo expresan son jóvenes. Desde el compromiso que muestran hacia la pintura como herramienta de sensibilización, sus respectivas propuestas poseen un halo de esperanza.

Una tierra adentro

Pau Aguiló / Emily Wilcock 

Galería Espacio Líquido, c/ Jacobo Olañeta 5, Gijón. Hasta el 10 de enero

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