Noreña, J. E. CIMA

Miguel Indurain era el único español que ganó la París-Niza hasta que el domingo lo hizo Alberto Contador, en parámetros de aficionados en las sesenta ediciones del Trofeo Iberduero -ahora Iberdrola- sólo el asturiano Antonio Menéndez había vencido, hasta que el domingo lo hizo el joven noreñense Andrés Antuña. Una prueba que tiene gran prestigio nacional y sólo la ganan privilegiados como el mismísimo Indurain y que normalmente esta victoria les sirve para pasar a profesionales.

Andrés Antuña (Würth) se impuso en la meta del alto del salto del Esla (Zamora) a sus tres compañeros de fuga, Gonzalo Zambrano (Fuenlabrada), Miguel Candil (Dirco) y Héctor González (Saunier), tras 167 kilómetros de recorrido. Este noreñense de 20 años, tras regresar con el trofeo, manifestó que «al ser principio de temporada pensaba en ir a coger ritmo de cara a las carreras del verano y no me esperaba este resultado. Fui mejor de lo previsto. Incluso en el equipo nos dieron las órdenes de estar al tanto de los cortes aunque iba a ser complicado que hiciéramos algo bueno porque había élites y ciclistas de más edad».

Era su tercer carrera de la temporada, tras competir el pasado fin de semana en Cantabria, quedando «decimoquinto en una carrera y en la otra estuve escapado 100 kilómetros para probarme», dice el aficionado asturiano. Antuña añade sobre este LX Trofeo Iberdrola que «los primeros 100 kilómetros eran llanos y peligrosos por el viento, así que intenté ir atento. En la parte final, ataqué en la subida a falta de 20 kilómetros, pero luego me alcanzaron tres corredores. Lo dejé todo para subida final de 1.500 metros y tras tantear a los rivales sprinté a falta de 150 metros y gané. Fue una gran alegría. Luego me comentaron de la importancia que tiene esta competición. Ahora me gustaría hacer algo bueno en el Memorial "Valenciaga", para completar una gran temporada. También al final hacerlo bien en la Vuelta a Palencia y probarme en la Vuelta a Bidasoa».

Empezó a correr en alevines en el Ciudad de Oviedo-Colloto, en cadetes pasó al Estel-Las Mestas y en aficionados corre en el Würth, que era equipo filial del Liberty de Manolo Saiz. Antuña logró triunfos sólo para privilegiados como etapas del Trofeo Fuente, La Bira y Sierra Norte y la clásica de Peñafiel. El de Noreña reconoce que «esta gran victoria me compensa mucho del año pasado parado por una condropatía en la rodilla. La victoria que me hizo más ilusión fue la primera, era aún alevín, al ganar en el Naranco».

Además, este ciclista tiene mucho mérito porque estudia también tercero de Derecho. Antuña señala que «no tengo ni un minuto libre. Me voy a entrenar a las 9 de la mañana y la tarde la dedico a los libros. No me pude matricular en la Universidad de Oviedo porque era incompatible los horarios con la bici. Así que hago la carrera por la Universidad a Distancia».

Se considera un escalador por descarte, según Antuña, porque «en llano voy mal al tener poco peso, en los abanicos peor, la contrarreloj no se me da bien y no tengo corpulencia para los sprint. Así que ataco subiendo cuando puedo y hago daño, como en este Trofeo Iberdrola».

Triunfo de Oyarzun

Carlos Oyarzun (Ciudad de Oviedo-Tartiere Auto) se adjudicó la general de las metas volantes en la Vuelta a Alicante. Se impuso por delante de Cecilio Gutiérrez, que será profesional en el Andalucía-Caja Sur. El equipo de la capital del Principado tuvo una buena actuación en tierras de Levante.