Si los aficionados que acudieron esta tarde a Miramar pensaban ver un partido atractivo por jugarlo dos equipos con sus objetivos ya logrados y que podrían tomárselo unos como ensayo para la fase de ascenso por parte visitante y otros para despedirse de su afición por lo que resta de temporada, saldrían decepcionados.

El ritmo del partido fue más propio de un partido de pretemporada. Sin intensidad, el partido fue aburrido y las ocasiones fueron llegando simplemente por inercia.

En la primera parte cabe reseñar un disparo de Chus Hevia que paró Orlando Quintana con dificultades en 2 tiempos y una falta botada por Señé fuera junto con un par de disparos flojos de Cerrajería y Cervero.

Sin empuje por ninguno de los dos contendientes el gol tenía que llegar por un error individual y el desgraciado protagonista fue el portero visitante. Tras despejar de puños defectuosamente quiso enmendar su error con un nuevo despeje en lugar de volver hacia su portería y eso permitió a Espolita batirlo de vaselina por alto.

El descanso sentó bien a los ovetenses que en esta ocasión vistieron de verde.

Salieron desde el comienzo con otro espíritu y tuvieron una pronta recompensa cuando a los 3 minutos en falta ensayada Álvaro consiguiera el empate.

Se le puso de cara al Real Oviedo cuando poco después Adrián Cruz era expulsado. Ya durante la primera mitad el colegiado le perdonó la expulsión y en esta segunda parte en la acción más discutible no dudó en señalarle el camino de los vestuarios.

El dominio visitante aumentó y como consecuencia de ello llegó el tanto de la victoria por mediación de Xavi Moré a la media vuelta desde el área pequeña.

Quedaban 25 minutos en los que el partido decayó. El Marino lo intentó aunque sin mucho ahínco y el Real Oviedo pareció más preocupado de evitar lesiones y de forzar tarjetas amarillas para que sus jugadores lleguen limpios de tarjetas a la fase de ascenso.

Final y decepción por el juego de los aficionados que hoy ayudaron a conseguir la mejor entrada de la temporada pero tranquilidad ya que ambos equipos apenas se jugaban nada en realidad y así se tomaron el partido.