El Sporting se ha topado con la Liga. O más concretamente, con su severa política de control económico. Tampoco ayuda la locuacidad de Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional, quien esta semana quiso marcar el rumbo al Comité de Control Económico de la Liga, un órgano aparentemente independiente que mañana decidirá la sanción que le impone al Sporting por su retraso en el pago de 523.000 euros a sus futbolistas correspondientes a la temporada 2013-14. Tebas anticipa ese fallo y asegura rotundo que el Sporting no podrá fichar por segunda temporada consecutiva. Un lastre que ningún otro club ha arrastrado antes. La planificación del club se ha paralizado a la espera de ver el alcance exacto de una sanción que puede influir en cuestiones estratégicas del club.

La planificación deportiva. El nuevo proyecto deportivo del Sporting se sustenta en la incorporación de Nico Rodríguez, un cotizado director deportivo en el fútbol de plata. El Sporting ha hecho un importante esfuerzo para traerlo a Gijón. Un movimiento difícil de entender si el club no puede finalmente hacer fichajes. A su vez, Nico Rodríguez estará limitado en su trabajo y en la estructura que quiere organizar en la secretaría técnica. La parcela económica se reduciría notablemente y se bloquearían las salidas de futbolistas.

La plantilla. La influencia de una posible sanción en la confección de la plantilla sería manifiesta. Futbolistas que hoy tienen muy complicado seguir en el club en Primera División, pasarían a jugar un papel importante como secundarios y hasta tendrían una participación significativa, similar a la que tuvieron en esta temporada del ascenso. Los casos más evidentes son los de Juan Muñiz y Hugo Fraile, que terminan contrato. También jugadores jóvenes para los que se contempla una cesión, como el caso de Julio, o futbolistas con contrato con los que Abelardo no cuenta, como Santi Jara o Mandi.

El nuevo organigrama. Javier Fernández ya tiene en la cabeza el diseño del nuevo organigrama para mejorar el funcionamiento del club. Sin la posibilidad de fichar y de hacer un proyecto más ambicioso, la planificación administrativa podría verse reducida de forma significativa. Javier Fernández tendría de nuevo dificultades para encontrar nuevos consejeros. La reforma que quiere llevar a cabo el máximo accionista tiene sentido en un proyecto de consolidación del club en la máxima categoría del fútbol español.

La campaña de abonados. Con un proyecto deportivo menos ilusionante (a pesar de que el objetivo seguiría siendo alcanzar el puesto 17º), los abonos verían reducidos su coste de forma evidente. El Sporting no dará a conocer la campaña definitiva de abonados hasta saber qué les puede ofrecer a cambio del pago de su carnet. Parece evidente que, con libertad para reforzar el equipo en puestos clave, las opciones de permanencia se multiplican.

Amortización de la deuda. No todo serían malas noticias. Un menor gasto en la plantilla deportiva, permitiría al club abordar una mayor amortización de deuda en esta primera temporada. El problema viene a medio plazo. Sin refuerzos deportivos, el riesgo de descenso aumenta y si no se logra la permanencia, el Sporting tendrá mucho más complicado aliviar su delicada situación financiera.

La necesidad de un nuevo milagro. El Sporting de los guajes, gracias al trabajo de Abelardo, rompió todos los pronósticos. Empezó la temporada con el modesto objetivo de conseguir la permanencia y terminó logrando el ascenso directo en una mágica tarde sevillana. Si el Sporting no pudiera fichar por segunda temporada consecutiva, Abelardo tendría que obrar un nuevo milagro para mantener al equipo en el máxima categoría, a la que ha costado tanto llegar. Con el Pitu y los guajes, no se puede descartar nada, pero Abelardo ya advierte que "Primera no es Segunda".