Santana, optimismo para un Alimerka Oviedo triste

El base canario, que estuvo en el OCB en dos de sus mejores temporadas, decisivo en la Copa Princesa de 2017, llega hoy para intentar mejorar la toma de decisiones de un equipo en descenso tras desperdiciar en Cáceres otra ocasión de coger aire

Fabio Santana da un pase, rodeado por jugadores del Burgos, en la final de la Copa Princesa, en 2017. | Miki López

Fabio Santana da un pase, rodeado por jugadores del Burgos, en la final de la Copa Princesa, en 2017. | Miki López / Antonio Lorca

Antonio Lorca

Antonio Lorca

Vino a Oviedo en 2016 para ganar en conocimiento y experiencia, y vuelve siete años después para intentar aportar todo el aprendizaje que ha acumulado desde entonces a un Alimerka Oviedo Baloncesto con muchos problemas, demasiado bisoño, que se atasca en los momentos importantes de los partidos, que muchas veces se equívoca en la toma de decisiones y al que Fabio Santana (Las Palmas de Gran Canaria, 1992) debe ayudar a cambiar la cara. Un equipo muy tocado después de perder (70-68) el miércoles en Cáceres un partido que rozó con la yema de los dedos pero que, como le está ocurriendo en demasiadas ocasiones este curso, se le acabó escapando.

El regreso de Santana, además de que se le necesita para, entre otras cosas, evitar que Marc Peñarroya tenga que jugar los 40 minutos de un partido, como en Cáceres, tiene un componente sentimental muy fuerte. Si el Oviedo está ahora mismo en una situación muy difícil, en puestos de descenso, sin terminar de encontrar el camino en su lucha por salvar la categoría, el base viene porque el Força Lleida ha decidido no seguir contando con él para hacer otros retoques en su plantilla, algo que pilló por sorpresa al jugador y que le ha empujado a volver a un lugar en el que fue feliz.

Volver a las temporadas de Santana para la afición del OCB es hacerlo a un paraíso perdido, el de Dani Pérez, Miquel Salvó, Víctor Pérez, Eduardo Fernández-Sonseca, Johan Löfberg, Agustí Sans, Moha Barro, Paul Jesperson, Manu Rodríguez, Carlos Martínez, Felipe dos Anjos, Alonso Meana, los entrenadores Carles Marco y Javi Rodríguez, todos ofreciendo la Copa Princesa a un polideportivo de Pumarín que rebosaba de gente y de alegría. Es regresar también a la temporada 2017-18, ya con Oliver Arteaga en Oviedo y con una plantilla que les permitía soñar con todo.

Fue esa última una gran temporada para Fabio Santana, al que se le dio el mando del equipo y lo aprovechó. Era el espaldarazo que le faltaba para dar el salto a la ACB, recalando en las filas del Basket Zaragoza, paso previo a su vuelta a casa, al Gran Canaria, donde estuvo otras dos campañas en la máxima categoría. Pero ese camino tampoco ha estado exento de dificultades para Santana, con poco protagonismo en sus años en el Gran Canaria y al que después le ha costado volver a hacer camino en la LEB Oro, primero en Almansa y esta temporada en el Força Lleida.

Jugador de talento, que ve el baloncesto como pocos, viene a Oviedo a dar criterio al equipo de Trifón Poch, a poner un poco de orden. El tiro quizás no sea su mayor virtud, pero si es feliz puede hacer de todo bien. Pocos habrán olvidado sus dos triples en la Copa Princesa.

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