Las pioneras ceden el testigo: las capitanas en el anterior ascenso visitan al Oviedo Balonmano Femenino, a un punto de volver a la Liga Guerreras Iberdrola

Vicky, Sara y Alicia, del equipo de 2015, cuando el club subió por primera vez a División de Honor, se pasan por el Florida Arena antes del partido del sábado en León

Aida Palicio, Vicky Iglesias, Celia Rojo, Alicia Martínez y Sara García sostienen la camiseta con la que el Oviedo Femenino subió en 2015. |

Aida Palicio, Vicky Iglesias, Celia Rojo, Alicia Martínez y Sara García sostienen la camiseta con la que el Oviedo Femenino subió en 2015. | / Irma Collín

Antonio Lorca

Antonio Lorca

El deporte, la competición, los viajes, los entrenamientos, vestir una misma camiseta, representar a un club, a una ciudad, todo ello hace que se generen unos vínculos que son difíciles de romper. Vicky Iglesias, Alicia Martínez y Sara García, exjugadoras del Oviedo Balonmano Femenino, capitanas cuando el equipo logró el primer ascenso de su historia a División de Honor, en 2015, se dieron cuenta de ello ayer, cuando, reunidas por LA NUEVA ESPAÑA, volvieron al Florida Arena antes de que diera comienzo un entrenamiento del equipo que ahora está a solo un punto –lo pueden sumar el sábado en León– de imitarlas, salir campeonas y devolver al club ovetense a la máxima categoría femenina del balonmano español.

Por la izquierda, Elsa Martín, Dahiana Sánchez, Amaia Arróniz, Ariadna Molina, Aida Palicio, Ainhoa Etxeberria, Brenda Torres, Celia Rojo,Vicky Iglesias, Alicia Martínez, Manolo Díaz, Sara García Martínez, Carmen García-Calvo, Teresa Rodríguez, Inés Suárez, Julia Suárez, Miriam Cortina, Andrea Zulet y Elena Terrero. | Irma Collín

Por la izquierda, Elsa Martín, Dahiana Sánchez, Amaia Arróniz, Ariadna Molina, Aida Palicio, Ainhoa Etxeberria, Brenda Torres, Celia Rojo,Vicky Iglesias, Alicia Martínez, Manolo Díaz, Sara García Martínez, Carmen García-Calvo, Teresa Rodríguez, Inés Suárez, Julia Suárez, Miriam Cortina, Andrea Zulet y Elena Terrero. | / Irma Collín

Nada más entrar en el polideportivo, aún con dudas de si están en el lugar adecuado, se encuentran con Manolo Díaz, actual entrenador del equipo carbayón, que las reconoce de inmediato, las saluda con afecto y comienza una conversación que amenaza con retrasar el inicio del entrenamiento. Enseguida, aún sin moverse de la entrada, comienzan a llegar las jugadoras, a muchas de las cuales entrenaron cuando eran solo unas niñas, y se repiten los abrazos, el "¿qué es de tu vida?", "cuanto tiempo" y, por supuesto, el "¿cuándo volvéis a entrenar?".

Se ha roto el hielo y a algunas de estas exjugadoras no les importaría vestirse de corto y, mucho menos, repetir lo que vivieron hace ocho años. En el equipo actual, esa suerte solo la tiene Aida Palicio, una de las protagonistas de aquél ascenso y clave también en el que están muy cerca de lograr ahora. Celia Rojo, por su parte, llegó al Oviedo Femenino una temporada después del ascenso y coincidió con Alicia y Sara en su último año. Inés Suárez, la portera del equipo, era cadete entonces y subía a entrenarse de vez en cuando con el primer equipo. Más abrazos, más bromas, más conversaciones, más "¿te acuerdas de cuando fuimos a....?".

Las excapitanas del Oviedo Femenino, entonces Jofemesa y ahora Lobas Global Atac, se dan cuenta de que cada vez están más cómodas, que se alegran de haber hecho esta visita y de que forman parte de una gran familia. Alicia trabaja de técnica en un laboratorio de aguas, Vicky es comercial en una inmobiliaria y madre de dos niñas y Sara regenta dos franquicias de una popular tienda de ropa y tiene una niña. Las tres siguen en contacto entre ellas habitualmente y comparten equipo de veteranas, "para matar el gusanillo". Aida, que llega con algo de retraso, tarda en reconocerlas y, cuando lo hace, se sorprende. Unos segundos después ya están rememorando aquél viaje a...

Las tres veteranas tienen ahora 38 años y jugaron en equipos vinculados a este club desde los 8 años. Fueron jugadoras y entrenadoras y, de hecho, Vicky dirigió a Dahiana Sánchez e Inés Suárez, actuales porteras del primer equipo, y a Julia Suárez, extremo. Alicia y Sara lo fueron de Elsa Martín, que es una de las laterales. "Se echan de menos los nervios y la convivencia", dicen las tres, aunque Sara apunta rápido que "se echa de menos lo bueno, pero no lo malo". Y es que para ellas el deporte, conforme pasaban los años, sin contraprestación económica, con viajes, compatibilizándolo con el trabajo, terminó por ser un esfuerzo agotador.

Lo empieza a comprobar ahora Aida Palicio, que las mira y dice: "ellas hacían lo mismo que hago yo ahora, trabajar y jugar". Celia, actual capitana, asegura que ver a sus excompañeras le hace rememorar su primer año en Oviedo, cuando le pasaron "muchas cosas buenas". Las dos tienen ahora más responsabilidad en el equipo y lo primero que hacen es advertir a todo el mundo de que aún falta un paso por dar: "Esto no está hecho, nos falta un punto, tenemos que jugar contra dos grandes equipos". Aida, más atrevida, asegura que aquél ascenso de 2015 tuvo la gracia de jugar la fase, que hace que sea más especial la celebración. Las tres excapitanas le preguntan que si se ha olvidado de las dos fases de ascenso anteriores que se perdieron, de aquella derrota en Pumarín contra el Málaga.

Pero es cierto que los ascensos gustan más en casa y en eso lleva ventaja Celia, que lo puede conseguir en su hogar, en León, con su familia y amigos delante. Además, se quiere quitar una espinita que lleva clavada: "El año que llegué a Oviedo bajamos de División de Honor y ahora tengo la oportunidad de volver a subir". Las tres excapitanas del equipo se lo agradecerán.

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