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José Luis Salinas

A este lado de la fuerza

Los fichajes en el medio para recuperar el juego y los matices que faltan para saber a qué aspirará el Oviedo

A ojos del espectador, los partidos de pretemporada no sirven para nada. Quizá los entrenadores y el cuerpo técnico puedan sacar conclusiones. Pero permítanme dudar de que sean demasiadas. Así que los irregulares resultados del Oviedo en estas pachangas estivales hay que cogerlos con pinzas. Ojo, también las evaluaciones individuales a los jugadores, que en las redes sociales hay mucho escarnio injustificado estos días. Todo cambiará cuando el balón empiece a rodar en dos semanas contra el Extremadura. Seguro. Aun con la cautela de todas estas premisas, es evidente que a los carbayones les sigue faltando algo de chispa en ataque. Bueno, algo no. Bastante chispa. Falta ese jugador diferencial que podría ser el mejor Joselu. Falta el que la enchufe dentro.

Viendo los fichajes que se han realizado para el medio campo es evidente que Anquela quiere recuperar el juego que estas últimas campañas se había perdido en el olvido. Exagerando, los centrocampistas oviedistas se habían convertido estas últimas temporadas en meros espectadores. Su ocupación cuando el equipo atacaba consistía en ver cómo el balón volaba sobre sus cabezas desde la defensa hasta el ataque. Con suerte pillaban algún rechace y quedando relegados únicamente a tareas defensivas. Que está bien, porque los partidos se ganan desde atrás, pero ya saben lo que pasa cuando sales a empatar? Bueno, menos con Pacheta, que muchas veces salía a empatar y ganaba.

Tejera y Javi Muñoz pueden tener la llave para que todo eso cambie, pero falta la puntilla ahí arriba. Y así hacer ya olvidar un poco al último centrocampista con criterio que tuvo el equipo. Un tal Curro. El extremeño con sus defectos, que los tenía y muchos, sigue instaurado en la memoria colectiva oviedista como ese medio que sabía cambiar el juego de banda a banda y que buscaba constantemente situaciones de peligro. Quizá el paso del tiempo y la falta de referentes en esa posición han provocado que se le haya aupado e idolatrado más de la cuenta. Quién sabe. Lo que es un absurdo es que el periodo de fichajes en España acabe quince días después de que la Liga comience. No tiene ningún sentido. Muchos de los equipos que se verán en esa primera jornada que ya asoma la cabeza no tendrán nada que ver con lo que serán en septiembre. Probablemente, el Oviedo sea el más reconocible. Solo falta algún que otro retoque. Pero serán unas pinceladas que se presumen esenciales para saber a lo que va a aspirar el equipo. A luchar entre los grandes de la Liga o a cotas mucho menores. Y la guinda la tiene que poner el delantero. Pero, uno de esos que meta goles, por favor. Porque ya cansa la coletilla de "hemos fichado a tal jugador, es delantero, pero no muy goleador". Vamos, que es algo así como un relojero ciego. Ya saben.

Parece que hay mimbres en el equipo, pero, no nos engañemos, todos los años es lo mismo, todos los años lo parece. Y muchas veces (en la inmensa mayoría de los casos) las apariencias engañan. La historia es siempre igual, la afición se ilusiona con fichajes de lo más desconocido, con viejas glorias que pueden dar unos resultados inciertos, y con futbolistas que vienen rebotados de decenas de equipos. A todos les unen las mismas declaraciones aduladoras hacia el equipo, la ciudad y la región que rozan el pelotilleo más cutre y descarado. Y esto puede generalizarse al resto de equipos.

Pero la larguísima temporada de Segunda acaba poniendo a todos en su sitio. A los buenos y a los malos, algo así como lo que pasa en las pelis de "La Guerra de las Galaxias". Así que queda la incógnita de a qué lado de la fuerza se colocarán Nereo Champagne, Carlos Martínez, Ibrahima Baldé, Richard Boateng, Sergio Tejera, Yoel Bárcenas y Javi Muñoz. Más el o los que vengan.

De los que estaban la temporada pasada ya tenemos media idea. Aunque puede haber sorpresas. Esperemos que sea a este lado de la fuerza. El del ascenso. Este año toca.

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